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El garrobicidio de Pichi


Son varias las veces que he hablado de en este blog. Pichi es un perro especial, entre otras cosas se arrima al sol que más calienta. El elige su jefe de la manada según le va. Normalmente se queda aquí todo el día tumbado al sol, pero eso del pienso no es lo suyo y de vez en cuando se va con Carlos al hotel, porque sabe que allí siempre hay un alma caritativa que le da una hamburguesa. A Carlos también le viene bien porque al atravesar el Río Pánica, cosa que tienen que hacer a la fuerza, en caso de que haya un cocodrilo se da por supuesto que elegirá a Pichi nadando.
Pichi tiene, digamos otro defecto. Cuando hay una perra en celo a kilómetros a la redonda, la huele y desaparece uno o varios días. Siempre viene malparado. A pesar de lo pequeño es un perro chulo, pero claro esta los otros lo destrozan. La última vez creía que se quedaba lisiado. Últimamente ha desaparecido algún día y lo único que ha venido es con una pata coja.


Dormía la siesta, o por lo menos lo intentaba, más que por otra cosa para amortiguar la ansiedad, cuando escucho un gran escándalo. Esta vez el que se había metido en el baño era un garrobo. La verdad es que no hace gracia hacer alguna de tus necesidades fisiológicas con semejante acompañamiento.
Esta vez en vez de sacarlo con la escoba , se les ha ocurrido que lo saque Pichi y como es lógico el en lo primero que ha pensado es en el festín que se iba a dar, pero de nada le ha valido porque aunque lo ha intentado al parecer tienen la piel demasiado dura para ellos.


Digo para ellos porque se nos ha pegado otro perro, creo que le decían Messi y cuando Pichi ha dejado al pobre garrobo por imposible, el otro no ha hecho nada por comérselo.



Estamos en la época de cría de iguanas y garrobos y al igual que todos los años en el agujero del centro de las mesas del jardín, hay una.
Son bichos de sangre fría y por la mañana salen del agujero y en lo alto de la mesa buscan desesperados los rayos de sol para coger energía. A esa hora es fácil cogerlos.

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Plántulas de zapote y de cafeto. Araña camuflada


Hablaba en una entrada anterior de la semilla del zapote

.
Pues bien mi hijo se trajo una de Nicaragua y la sembró en una bolsa de plástico y hoy se ha fijado y nos hemos quedado asombrados de que no solo ha nacido el arbolito sino que ha crecido bastante. Se ha traído unas macetas y la ha trasplantado.


Ya ha aprovechado y una planta de cafeto que hace tiempo que trajimos del rancho de Alvarito, también la ha trasplantado. En realidad nos trajimos varias pero solo esta agarró y no termina de echar vida. El tipo es de las primeras que se plantaron en Costa Rica y al parecer tiene una altura muy superior a las que se siembran ahora.


Y posyaque, mientras tomaba imágenes de estos vegetales me llaman la atención de una araña algo especial. Lleva un camuflaje que no hay bicho viviente que pueda imaginarse que es tal, así que se pone las botas comiendo insectos. También tiene una tela algo perfecta.

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Caballos en Playa Tambor y accidente de moto


La verdad es que verlos en la playa es bonito. No lo es tanto cuando vas de noche por la carretera y al salir de una curva te los encuentras.
Precisamente ayer, venia de Cóbano y justo después de pasar un badén, nos encontramos con una manada mezcla de cabras y ovejas, cosa rara por este lugar del mundo.
Ya he hablado del peligro que corren en especial las iguanas al cruzar la carretera, porque hay otros animales que van conduciendo carros y para ellos es una machada el contarles a sus amigos que le ha pasado justo por encima.
Yo creo que menos felinos y cocodrilos he visto toda clase de bichos atravesarla desde salvajes a domésticos. Un caso muy normal de estos últimos son las gallinas.
Hasta ahora solo había pensado en los pobres animalitos, pero anoche me llaman por teléfono diciendo que V… (La innombrable) estaba en el ambulatorio que había tenido un accidente y me puse en lo peor cuando vi que no estaba el carro, pero me aclaran que había sido con una moto y que ya la traían.
Desde pequeño había escuchado que cuando ves una pelota atravesar la carretera, toma todo tipo de precauciones porque detrás viene un niño, pero nadie dice que cuando veas a un niño atravesar una calle, mucho ojo porque detrás puede venir su perro y en el caso de V…, era bastante hermoso. Revolcón y magulladuras por todo el cuerpo. La verdad es que no hubo rotura de huesos, pero heridas como la que pongo a continuación, tampoco son muy agradables.


Si viajas por Costa Rica en especial de noche, te recomiendo que vayas con los cinco sentidos puestos en la carretera, porque aunque es verdad que nosotros les hemos usurpado el terreno en especial a los salvajes, pero al final perdemos todos.

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La defensa de la mantarraya


“Como decíamos ayer”…, la sinapsis de mis neuronas, aun no dejan circular a su ritmo entre otras a mi serotonina, por lo que no se me apetece para nada desarrollar “mi espíritu aventurero”, pero la gente de por aquí conoce mi afición a fotografiar todo lo se sale de lo común y me traen desde semillas hasta flores.


Ayer, Rolo me trajo el aguijón de una , que no es otra cosa que su cola. Supongo que al entrar en la carne no debe de doler mucho, pero si no se le ha partido y es ella la que tira, debe de ser horrible, porque se trata de una especie de arpón múltiple, que al sacarlo hace el efecto de una doble sierra. He visto en directo a dos personas que le han hincado este aguijón. Una de ellas de la saco de un tirón y no sé si como consecuencia del dolor, o del veneno, le entró hasta diarrea, y a la otra la tuvieron que llevar al ambulatorio para quitársela, aunque no sé qué le podrían hacer allí aparte de ponerle anestesia.
La playa de tambor debido a los arrastres del Río Pánica es de arena muy fina, y supongo que al igual que hacían las tembladeras (otra especie similar que habitaba en el Mediterráneo) se entierran en la misma esperando a sus presas.


Una noche estábamos en Pochote, junto al estero y había una pareja con sus críos pescando. Sacó una y me acerqué a fotografiarla. Me regañó, diciendo que si estaba loco. Al parecer me había acercado demasiado.

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Réquiem por el gato sin nombre


Ya conté aquí su historia conocida y algo de la desconocida.
El sábado me extraño que a la hora de comer no se pusiera junto a mí, esperando que algo cayera. En caso de que no le echara nada, él se encargaba de empujarme con su pata, diciéndome que se encontraba allí esperando. Ya por la noche lo busque y siendo lo sobón que era, lo acaricie y no se levantaba. Le puse agua, hizo un esfuerzo, se puso de pie y estuvo bebiendo un buen rato. Comer, no quiso comer nada. No se le veían heridas.
El domingo no daba un duro por él, y el lunes en cuanto me levante y vi que seguía con vida, lo primero que hicimos fue llegarnos a Cóbano al veterinario. Lo auscultó delante de mí, y al tocarle en los riñones empezó a orinar sangre. Exactamente igual que cuando lo llevamos la primera vez, lo cual quiere decir que el animal, fuera humano o de los otros, que lo destrozó la primera vez, le dejo los riñones bien jodidos.
No era el mismo de antes. Se pasaba el día durmiendo y no insistía mucho para que lo acariciara.
Esta mañana llamaron advirtiéndonos que no se recuperaba y esta tarde la definitiva, que había muerto. No era el gato de las siete vidas.
Ha muerto sin que ni siquiera le pusiéramos nombre. Lo llamábamos gato.


Entre Rolo y Carlos le han hecho su tumba donde esta noche cuando lo traigan lo enterraremos.


R.I.P.

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De corralitos, borrachera de guaro, luna llena y lapa


Decidí tomarme el antidepresivo por la noche en vez de hacerlo por la mañana. No comprendía que me despertara bien y después de tomar la dichosa píldora, la ansiedad me subiera por las nubes, y no sé si será cuestión psicológica o es que había acertado, que ayer por la mañana me encontraba bastante bien. No me lo pienso y decido ir a Cóbano. Tenía que sacar dinero, comprar más píldoras, comprarle pienso al gato y algo más. Cóbano está en el interior y no corre ni pizca de aire, así que hacia bastante calor.
Al carro después de pasar la RTV, no le hemos puesto la capota y cuando volvemos se agradece. Llegada y a comer. Me hecho un poco y después me pongo delante de la computadora y veo las alertas. En la primera estaba el vídeo que encabeza esta entrada (es de fecha 25/03/2013). . No sé si sería porque estaba medio dormido o porque la cosa es deprimente, pero cojo un cabreo ansioso que estallaba. Decido no ir a ver el atardecer, pero después lo pienso y me digo: ¿Y que gano con esto?, así que a la ducha y me voy para la playa.
Con esto de la semana santa, ya están llegando los turistas nacionales y no esperaba encontrar una mesa vacía. Me siento con Cinia, que andaba con una camiseta de España, le pregunto que por qué eso, y me dice que España le ha ganado a Francia. Me imagino a todos los españoles de fiesta y sin pensar en lo que se nos avecina.


Los que estaban sentados en mi mesa, se van y me voy para ella. No tarda en pegárseme Vallejo. Estaba de guaro hasta las cejas. Antes de que me lo pida le doy un cigarro, que si lo veis en el video, no consigue encenderlo. Se sienta el loco II y un par de ellos que no conocía. La verdad es que entre observar a Vallejo y escuchar las paridas del loco, me voy olvidando de mis mierdas mentales.


Desde que incendiaron una de las montañas que rodean la bahía, las lapas están locas. No paran de pasar en un sentido y en otro, pero ayer una se paró en el malinche que nos cobija y le saque una buena foto.


Aunque hoy es la luna llena, ayer lo parecía y también la fotografió por si hoy hay nubes y no puedo hacerlo. Ahora está saliendo justamente por el centro de la entrada a la bahía. O sea que o hemos pasado o estamos cerca del equinoccio de Marzo. Intente fotografiarla justo cuando delante estuvieran unos caballos que por la playa estaban pastando.
La verdad es que Volví muy relajado. Intente ampliar información sobre lo que pasara en España pero me dije: A freír espárragos, se lo tienen tan bien estudiado que nada se puede hacer, pero me vienen a la cabeza el despilfarro de las autonomías, los coches oficiales, los asesores de los políticos, la corrupción, y paro de contar porque si no retrocedo.

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El sapo que se merienda la comida del gato


No suelen verse muchos sapos por esta época, pero en el trayecto entre donde vivo y la cocina todas las noches hay uno. Siempre se encuentra debajo de una de las luces, por lo que me he imaginado que allí espera a los insectos que a ella acuden.
Por otro lado el gato ya comienza a decir miau, porque de sus peleas territoriales con otro amarillo, se quedó afónico. Antes de ensalzarse a uñazos y a bocados, se tiraban más de media hora con unos aullidos espeluznantes, me imagino que con el ánimo de disuadir al contrario de la pelea.
Vuelvo al sapo: por su lado pasan el gato y los perros y ni le atacan ni él hace por huir.
Las otras noches estaba fresqueando, y el gato no paraba de darme el coñazo, por lo que decido echarle pienso en su comedero. Era hambre lo que tenía porque se pone a comer como un desesperado.
Mientras le echaba la comida, estaba observando el sapo y no sé si por el ruido del pienso al caer o porque lo olio, se puso a dar saltos hacia nosotros, y me quedo pasmado cuando veo que importándole un rábano el felino, se mete dentro del comedero y se pone a comer. El gato reculo, daba vueltas alrededor, y me miraba como diciendo: que me están quitando la comida.
Me dicen que por las espaldas sueltan un veneno, al que le temen los animales, pero más de uno se ha colado dentro, los he cogido y aún sigo con vida.
Me da la impresión de que a este le ha gustado el pienso y a lo que viene no es a por insectos, sino esperando comerse las sobras del gato.
Intente sacarle un video pero había muy poca luz, pero aquí lo dejo. Tenía que haberle tomado fotos con flash.


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Congo semielectrocutado


Sin carro, y con la ansiedad por las nubes, es poco lo que me muevo, eso sí, no hay día que falte a ver el atardecer. A la playa estaba llegando cuando escucho un golpe como de haber caído un saco, me fijo y veo al pobre congo desparramado. Miro hacia arriba y veo los cables, así que no dudo que se ha electrocutado. Pasado un momento, intento acercarme a él pero veo que me enseña los dientes. Lo toco con un palo y lo muerde. Este se salva, pienso. Espere un rato y empieza a subirse por una alambrada, consigue asirse de una rama, pero de allí no lo veo que pueda pasar. Pasaba de poner cara de fiera a cerrar los ojos como diciendo: ya no puedo más, así que lo dejo. Creo que más bien estábamos estorbando. Alguien incluso quería traerle agua.
Ya en mi mesa y no habrían pasado ni veinte minutos, volví para ver cómo se encontraba. Ya no estaba, lo cual para mi es buena señal.
No es la primera vez que los veo .

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Ansiedades y pajarracos


Yo creo que nací ansioso (primera acepción). Recuerdo siendo muy pequeño que el médico de cabecera me decía que era digno hijo de mi madre. Ella lo era aunque en aquel entonces se decía que era muy nerviosa. Cuando pasé la depresión, el diagnóstico fue, si mal no recuerdo, un cuadro depresivo ansioso. Estuve largos años medicándome y llego un momento que creí lo había superado, cuando sufrí, estoy convencido, lo que llaman un trastorno por , tan es así que me pasó por la mente en cuestión de segundos la película de una época de mi vida y alguien que entiende del asunto, me dijo que me había librado de una buena, porque lo normal es que hubiera desencadenado un infarto. Estaba completamente convencido de que algo iba a salir bien y fue todo lo contrario. El choque fue terrible.
Volví a Costa Rica con una dosis de ansiolíticos, la cual me fui bajando, cuando fue pasando el tiempo, pero mira por donde entre las cosa que me traje pendientes, una fue quitarme de fumar, no porque el tabaco matara a Manolete, que es lo que nos vienen a decir ahora, sino porque lo considero el vicio más estúpido del mundo, y encima los gobiernos en vez de prohibirlo (cualquier alimento o producto que sea cancerígeno lo prohíben, ¿el por qué no el tabaco?), sabiendo que es , lo que hacen es aumentarle los impuestos para dárselos a los bancos ¡pobrecillos!
Pues bien, hace unos días creí había llegado el momento y lo intenté. Pensé lo conseguía, pero al par de días, no es que mordiera las uñas, es que creí estallar. He respirado fuerte, me he ido a pasear por la playa y nada de nada. Antes de reventar, sigo fumando y estoy igual que empecé. Lo pensaré bastante antes de hacer otro intento. Al final nos morimos todos.


Mientras paseaba por la playa, esta vez he estado observando a las fragatas y hay algo que me ha llamado la atención: No hacen picados sobre sus presas al igual que los pelícanos, sino que siempre andan alrededor de ellos, tocan el agua más bien con las patas, pero por más que me he fijado nunca los he visto con un pez. Investigo y esto dicen: . Después de leer esto, esta tarde he intentado ver ese robo, pero los buchones, al menos los que yo he visto se tragan su pieza, bien tragada.
Me han dado otra explicación: El buchón coge un pez, pero en su picado golpean a otros pocos, los cuales quedan muertos o atontados y estos son los que cogen las fragatas. Por ahí sí.

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Visitando la reserva natural de Curú


Está muy cerca de aquí, y es mucha gente la que se extrañaba de que aún no la hubiera visto y hay dos razones para que no lo haya hecho: La primera y principal que huyo de los lugares a los que llevan a los turistas, Llámese Curú o Isla Tortuga. El 90 % de los tours organizados son a estos dos lugares, pero en el caso especial de , es una playa y según la , en su Artículo 23, dice textualmente:
El Estado o las Municipalidades deberán construir vías, para garantizar el acceso a la zona pública.
Se declara de interés público toda vía de acceso existente o que se origine en el planeamiento del desarrollo de la zona pública y procederá su expropiación
. En el Artículo 10.- La Zona Pública, que es la faja de cincuenta metros de ancho a contar de la pleamar ordinaria y las áreas que quedan al descubierto durante la marea baja .
Pues bien, muchas de las vías de acceso que yo conozco, están cerradas y en el caso de Curú incluso te cobran por entrar; 2.000 colones a los ticos y 5.000 a los extranjeros (Con desgana, yo solo pagué 2.0000).
Me imagino que habrá sus excepciones y Curú representa uno de los pocos bancos de genes de flora y fauna silvestre protegidos en la Península de Nicoya y fue el primer Refugio de Vida Silvestre en manos privadas creado en Costa Rica.


Ya en la entrada, hasta el aparca carros sabía perfectamente inglés y a todo lo que te guían es a que hagas un tour en panga hasta Tortuga que esta tan cerca que se puede llegar nadando, o a que cojas un guía para recorrer los senderos. Como es lógico nosotros nos fuimos solos.


Veo un hermoso cartel en el que te vienen a decir que si no tienes cuidado los cocodrilos te devoraran. ¡Aleluya! ¡Por fin voy a ver cocodrilos! Ni uno solo vi, e hice por verlos. Primera tomadura de pelo.


Senderos, puentes que les falta poco para caerse y hermoso cartel que indica Finca de los monos. Después de mucho caminar, veo un . Alegría, porque desde que estoy en Costa rica es la primera vez que lo veo a pesar de que son muchos los que me han dicho que por encima del muelle hay bastantes. Al pobre cariblanco lo atosigue tanto que al final se cabreo, e incluso en su ayuda acudió otro. Me hicieron dos ataques, en el primero tuve sus colmillos a veinte centímetros de mi cara, pero en el segundo que se subió en una hoja de una palmera. Creí se me tiraba encima, aunque al final lo único que hizo es tirarme trozos de palo y chillarme en plan agresivo.
El bosque lo vi demasiado seco, también es verdad que estamos en esa época y ya todos están amarilleando. Según las estadísticas, Enero, Febrero, marzo y Abril, son meses en los que no cae una sola gota en Tambor.
Había restaurantes, pero estaba tan desilusionado que decido irme a comer al estero de Pochote. Allí da gloria estar.


En el camino de vuelta veo a un venado hembra con su cría. No era el primero, pero nunca tan cerca.
Merece la pena clocar estas imágenes de los cariblancos.




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Probadera de toros en Tambor de Puntarenas


La vida sigue. Después de un día sin internet, ayer decidimos ir a Cóbano para ir preparando el carrillo para ver si pasa la RTV (Riteve), nada o poco hicimos y al final volvimos después de las cuatro de la tarde. Alguien me dice de ir a ver las probaderas de toros, y aunque la verdad sea dicha no tenía muchas ganas de fiesta, me digo que hay que tirar hacia adelante y allí vamos.
Llaga el verano y son las fiestas de la mayoría de los pueblos; dentro de poco son las de Cóbano, y en la mayoría de ellas entre los espectáculos esta la monta de toros.
No llevan cualquier toro a las montas, por lo que antes de las mismas se celebran las probaderas.
Por todos estos pueblos hay redondeles para hacer probaderas. El de Tambor, junto a la plaza (campo de futbol) y la verdad es que después de haber pasado por allí cantidad de veces, nunca la había visto.
Separada de la carretera unos cien metros, solo aparcar el carro, ya a lo lejos se ve el ambiente. Antes pasamos por donde están los bichos. La verdad es que las tienen bien estudiadas: Corrales, caminos con sus cercas de madera para llevarlos a una especie de chiquero donde los preparan para la monta, y otros caminos por donde salen los ya montados que los dirigen a otro corral.
Junto al redondel, venta de comidas y bebidas. A su alrededor se concentra gran cantidad de gente y los que mejor quieren ver el espectáculo, ya están subidos en los palos del redondel. Los demás tenemos que conformarlos en verlos a través de los palos paralelos al suelo. Estos palos los veía tan precarios que lo primero que pensé: como un toro venga directamente a topar aquí, los parte y no solo pueden escaparse, sino como mínimo dañarte. Y no solo por los palos, sino que los que están sentados en lo alto, al menor peligro saltan y para nada piensan en los que estamos de pie.
En teoría, el probador, solo debe mantenerse sobre el toro unos ocho segundos, pero entre toro y toro, pasan más de quince minutos. Mientras lo meten en esa especie de chiquero, que es donde le atan una cuerda alrededor del pecho, agarre del probador, y este se sube pasa un buen rato, después la mayoría de los toros una vez acabada la monta, se van directos a la puerta de salida, pero otros, incluso laceándolos se resisten. Cuando yo me vine habían probado quince toros y tenían que hacerlo con cuarenta, así que debió durar hasta bien entrada la noche.
Ni que decir tiene que el sentido de estas probaderas, es ir seleccionando a los más adecuados para las montas propiamente dichas, espectáculos no ya solo de Costa Rica, sino de gran parte de América.
Una experiencia más.

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El perro cojo de Tambor y el vagabundo Pichi


El que le falte una de las patas delanteras no es óbice para que sea un perro de lo más normal del mundo. Juega con los otros perros y si se presenta les planta cara.


Lo que más me ha llamado la atención hoy es que se ha pasado más de una hora buscando algo que su olfato le decía que estaba pero que no encontraba.
He preguntado varias veces su nombre y no he encontrado a nadie que lo sepa, aunque si me han dicho que tiene dueño.
Al atardecer, no solo los humanos nos acercamos por la playa, yo creo que se reúnen todos los perros de Tambor.


Y ya puestos, creo que hasta ahora no he hablado de Pichi. De Pichi nadie sabe quién fue su primer dueño, ni de dónde vino, el caso es que digamos se encariñó con Carlos y él lo adoptó, pero Pichi lleva lo de ser un perro vagabundo en sus venas, ahora lo ha abandonado y por aquí lo tengo. No por ser un perro tan pequeño, deja de ser un perro brabucón, y como consecuencia es más de una vez la que ha venido maltrecho de las palizas que le han dado los otros perros. Hasta que decida volver con Carlos, ahora se pasa todo el día en la puerta y por la tarde me acompaña a la playa.
La verdad es que es un compromiso el puñetero porque no hay moto a la que no persiga y perro al que no provoque, y si pasa algún percance seguro que me culparan a mí.
No lo veo aguantando todo el día sentado en la puerta.

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Penca también nos dejó


Los acontecimientos se van uniendo y el dolor afectivo se va multiplicando, hasta llegar al escrito anterior.
Ayer hablo con España y me dicen que la Penca, está muy mal, que ni siquiera podía salir de su caseta y que daba una especie de aullidos lamentándose. No me cupo la menor duda, no llegaría al día siguiente, incluso si no hubiera sido fiesta y hubiera habido un veterinario al que llevar. Hoy me lo han confirmado. La Penca dejó de existir.
Como llegó hasta mí ya lo hace bastantes años. También hace más de un año cuando lo hice sobre su . No voy a volver a describir lo que fue la Penca, puesto que más o menos ya lo hice en los enlaces que he colocado, pero esta tarde me he acordado de algo en concreto. Todos sabemos del gran olfato de estos animales, en especial porque son utilizados por la policía para detectar drogas. Quizás lo que mucha gente ignora es que cuando los humanos tenemos miedo, segregamos un olor que también lo detectan, de ahí que algunos se envalentonen e incluso ataquen, pero de lo que estoy casi completamente seguro es que muy pocos, o quizás nadie, sepan, es que también huelen cuando una persona sufre.
Estaba en plena depresión, y en la misma hay altibajos. En los bajos es cuando piensas que para sufrir de esa forma mejor es dejar esta vida. En esos momentos desesperantes, aparecía la Penca y sin pasar de la puerta de la habitación en que me encontraba, se tumbaba, pero no precisamente para dormir, sino que me miraba con unos ojos más bien de vigilancia, o de reprimirme. En uno de esos momentos, tuve la fuerza suficiente para sacarle la imagen que encabeza este escrito.

No, esta tarde no me he ido a las mesas de la playa. Precisamente por estar en las fechas en las que estamos, ha venido mucha gente (ticos) y sabía que no iba a tener la tranquilidad que deseaba, así que me he ido a la desembocadura del rio a intentar sorber paz interior, cosa que necesitaba.


He visto la puesta de sol y he vuelto con algo de luz. Me ha hecho bien.
Se han encadenado una serie de cosas, algunas extrañas, como que me acordé de un blog que debía de quitar de la circulación y por circunstancias que no llego a comprender me dio por imitarlo y después no he sabido (tampoco he profundizado demasiado) devolverlo a lo que era, pero bastante menos el que desapareciera la última entrada, la que antecede a esta (he tenido que volver a meterla). Sigo sin creer en brujerías, milagros ni en quimeras.

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Del gato que estuvo a punto de morir, al garrobo que murió en sus fauces


Observo que entra el gato con algo en la boca y se mete bajo la cama. Miramos y llevaba un garrobo. Retiramos la cama y conseguimos que el gato lo suelte. Con una escoba le empujo hasta fuera. Me retiro esperando que deje de , pero el gato vuelve a aparecer a toda velocidad la vuelve a coger y desaparece entre unos arbustos. Cuando consigo acercarme escucho una especie de crujidos de huesos y observo que ya tenía el rabo partido, por lo que me digo adiós garrobo. Otra vez la .
Bueno la verdad es que si lo pienso en este caso no existe la cadena trófica, puesto que el gato se ha limitado a jugar con él y despues matar al pobre garrobillo y después no se le ha comido, al parecer le gusta más el Mix (pienso para gatos), y lo que es a él, por aquí no llegan ni el puma ni el león breñero, ni otros que se lo puedan merendar a él. Su único peligro son los humanos y los perros que ya una vez , pero tampoco se lo comen.

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De cimarrones y del gato adoptado


Hará un par de meses, cuando por aquí apareció un gato. La verdad no era el primero, pero a todos intente acercarme y huyeron echando leches. Me dijeron que eran gatos cimarrones, gatos domésticos que escapan de sus amos y se asilvestran. Pasó uno y ¡sorpresa!, cuando lo llamé, aunque con mucho sigilo se acercó. Ni que decir tiene que le eché comida y sobre todo lo acaricié.
El gato se quedó aquí.
Se pasaba el día dentro de la casa y por las noches, no sin resistencia por su parte, lo echaba fuera.
Los primeros días, en especial por la noche, sus peleas con otro de color amarillo, eran constantes. Los gatos son demasiado territoriales y a este que había usurpado el del cimarrón de verdad, ya no había quien lo echara de su parcela. Por lo general perdía, puesto que por las mañanas estaba lleno de heridas.
Se pasaba el día maullando para llamar la atención; cuando estabas comiendo, a pesar de que disponía de pienso en abundancia, pero en especial cuando quería que lo sobaras. Jamás he visto un gato tan sobón.
Alguien me dijo que este gato estaba en el Timonel, bastante lejos de aquí, me dijeron incluso el nombre, cosa que nosotros no hemos hecho, darle un nombre, que ha estado en varias casas y que al parecer aquí ha encontrado la definitiva. Un gato aventurero o que nadie aguantaba sus runruneos para que lo rascaran.


El sábado desapareció. Habrá alguna gata en celo por aquí cerca, me dije. Por la noche alguien estaba regando las plantas y escuchó algo parecido a un maullido. Busco y me lo encuentro escondido entre unas plantas del jardín. Algo le ha pasado sospechamos. No se quería mover ni incluso poniéndole leche y un trozo de salchicha. Lo saco y veo que tiene dos heridas como si fueran las picaduras de una serpiente. ¡Adiós gato!, pensé. Era demasiado tarde para llevarlo al veterinario.
Al día siguiente, esperaba encontrarme un cadáver, pero vivía. Era domingo, y cuando llamamos al veterinario de Cóbano, estaba de viaje. No volvía hasta las siete de la tarde.
Lo más extraño era que no quería ni agua. A las seis, ya de noche pusimos rumbo a Cóbano y lo llevamos al veterinario. Desechó la serpiente, le toco cerca de la cadera y el bicho no solo maulló de dolor sino que aun tenía fuerzas para arañar. Tenía muy cerca de cuarenta grados de fiebre. Dos inyecciones y dijo que para saber lo que era como mínimo tenía que hacerle una radiografía.
A la mañana siguiente volvemos casi convencidos de que ya estaba bien, pero el veterinario nos enseñó las radiografías en las que se veían ligamentos destrozados, y un video en el que se veía que orinaba sangre. El sospechaba de un atropello, pero conociendo al gato, este no salía a la carretera ni de coña, así que una patada de algún animal humano o como más probable un perro (yo los he visto morderlos por la espalda, vapulearlos y caer el gato con la columna destrozada y no decir ni pio). Nos aconsejó que no nos lo lleváramos porque tenía que ver la prueba definitiva, que empezara a comer. Según nos dijo, los gatos cando se ven bien jodidos, se dejan morir.
Empezó a comer y por la noche nos lo trajimos.
A día de hoy no lo veo muy recuperado. También es verdad que sigue tomando antibióticos y no sé qué más. Come algo y lo que más agradece es que lo acaricien.
Sigo creyendo en las siete vidas de los gatos.
Por asimilación: Pintaban mi banco y tuve que sentarme en otro que le tengo manía. Cuando me levanté estaba torcido perdido. Antiinflamatorios y pastillas para el dolor y mi Quiropráctico escocés no puede verme hasta el viernes. Estoy peor que el gato. ¡Vaya pareja!

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La peligrosa locura de Javier el loco

¿Le mordería a Javier?

Es curioso que de un personaje como Javier, al que tanto he mencionado desde que me encuentro en este pueblo (fue con la primera persona que hablé cuando en él decidí asentarme), no sepa aun su historia, y digo que es
curioso porque de la mayoría de sus habitantes la sé, pero en su caso, hay lagunas que me impiden cerrar el circulo.
La crisis y sus locuras, han hecho que se encuentre sumergido en un pozo del que veo muy difícil que salga.
La historia que me contó, de que su mujer tuvo que llevarse a su hijo para que lo curaran en Guatemala, de donde es natural ella, no me parecía verosímil, pero si sabia de los envíos de dinero que le hacia y casi siempre con el mismo pretexto, la enfermedad de su hijo (mas de una vez hablé con ella). Tuvo que hipotecar la casa en una cantidad que difícilmente podrá recuperar.
Pasa el tiempo y lo de la enfermedad no era muy creíble, por lo que los envíos de dinero, ya eran para comprarle zapatos, uniformes para la escuela, y por que no, otra enfermedad nueva del niño o de la mujer.
Desde que lo conozco, sus ingresos por la venta de abalorios en el hotel, solo tenían dos posibles caminos, los gastos fijos [hipoteca, teléfono (no le puede faltar porque casi todos los días tiene que hablar con sus seres queridos) electricidad, agua y patente (permiso para la venta), y no menciono comida porque nadie se explica de que se alimenta] y envíos a Guatemala. Llega la crisis y sus ventas, y por tanto sus ingresos, disminuyen. Los envíos a Guatemala no los perdona, por lo que va dejando de pagar los gastos fijos. Cortes de luz, avisos de que o paga la hipoteca o lo embargan, se recupera, pasa el punto álgido del turismo en este país, y llega la cuesta abajo.
Lo que tenia que pasar pasó. Javier de nunca ha estado bien visto en el hotel, y periódicamente tratan de hacerle la vida imposible. La policía lo encuentra sin los pagos de la patente y por tanto sin validez, por lo que lo echan. Podía haberla pagado; Cartago que dormía en su casa (seria otra historia), le da el dinero suficiente para hacerlo, pero el tiene que mandar a la maldita Guatemala; no lo duda y hace esto último. Sigue sin poder vender y sin dinero. Su mente no para de darle vueltas y se le ocurre que en Atenas, su ciudad natal, su padre quería sembrar unos plátanos (que no bananos) y allí se dirige. En Costa Rica no hay hijos para padres, ni padres para hijos, por lo que no le perdona a su progenitor el esfuerzo de su trabajo.
De esta paga la patente, me digo. Me equivoqué garrafalmente. Pudo más Guatemala.
Hace intentos de ir al hotel, pero lo han calado. Nuevamente la policía lo manda al carajo y esta vez con cajas destempladas.
No tiene salida, me sigo diciendo. Para colmo Cartago, que ha vuelto a su antigua trabajo con un gringo, abandona la casa, por lo que su único ingreso también lo abandona (Cartago por aguantar, hasta le había pagado la electricidad y el agua de las que hubiera carecido tambien él).
A estas alturas no se ni de que come.
La locura de Javier va en aumento, incluso creo se esta volviendo peligroso, al menos para si mismo (baila delante de la gente para llamar la atención).
No soy el único del lugar que esta observando a Javier, por lo que se van comentando cosas. Las escucho y ato cabos. Creo que la historia de la enfermedad del hijo por la que se fue María (india maya), no es cierta. María no podía soportar a Javier. No la dejaba que se mezclara con la gente, incluso la compra en el Súper, la hacia él. Son mas las cosas que me cuentan de por qué María no sufría a Javier.
María jamás volverá con Javier.
Hay un hecho evidente, últimamente para nada menciona la enfermedad de su hijo, motivo por la que según él lo dejo.
Con Javier no se puede hablar de este tema. Es tabú.
Dos cosas me tienen intrigado: la primera es el por qué Javier tiene entre todas sus prioridades mandar ese dinero y la segunda el por qué María a sabiendas de que no va a volver, sigue sacándole hasta la cerilla de los oídos.
De la primera creo saber la razón: Javier espera que de esta forma alguna vez vuelvan su hijo y su mujer. Otro dato curioso del que me he enterado en estos días es que Javier no puede ir a Guatemala por carecer de pasaporte (Costa Rica es el único país de Centroamérica que no permite la libre circulación de personas) y él no se lo quiere sacar no se por que extraña locura (otra mas). De la segunda, no quiero creer que lo crematístico sea el único motivo.
A Javier el único recurso que le queda soy yo, los dos lo sabemos, pero aplicando la teoría de mi amiga Helena con los drogadictos, de que hay que dejarlos que se hundan del todo antes de ayudarles, no lo he hecho, aunque no se las consecuencias que puede tener para uno o para otro. Últimamente sus locuras se escapan de las que en él serian normales, y esta noche lo he visto, si no agresivo, si diciendo estupideces que no venían a cuento.
Continuaré.

El no haber escrito antes, no es ni por falta de temas, valga como ejemplo el cómo he sido meado por un mono congo y los motivos por los que el mono me meó, ni por ganas de hacerlo, sino porque mi nube, ya casi de colores, me tiene en otra.

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Regreso a un nuevo mundo, no sin ciertas dificultades


Padecí un cuadro ansioso/depresivo que tenía completamente olvidado, pero una serie de circunstancias se han ido encadenando de forma tal que no seria sincero si negara que he echado de menos mi Trankimazin.
En un Airbus Industrie A340, anunciaban la llegada de una nube que en su día fue negra y la esperaba, si no de colores, blanca o como mínimo gris.
La compañía de ferrys de Puntarenas a Paquera ya hace meses que venía avisando del mal estado de la rampa de subida de vehículos de Paquera. El aviso se convirtió en negativa de subir vehículos pesados, pasado un tiempo, de vehículos ligeros, hasta que dejo amarradas las embarcaciones. El MOPT, decía que tenía una nueva rampa preparada para colocar, pero que no tenía grúa para hacerlo. Vehículos dando la vuelta por Playa Naranjo. Acumulación de ellos y por tanto grandes esperas.
Me veía dándole la vuelta al Golfo de Nicoya, cosa que no me hacia gracia después de mi viaje a la ciudad del mismo nombre.
Alerta en Google y me aparece la primera noticia sobre el tema. Se solucionará para cuando llegue mi pájaro volador. Aparece la segunda alerta. Voy bien, el lunes todo esta arreglado, así que saliendo a las once tengo tiempo suficiente.
Tertulia del domingo por la noche: Alguien dice que uno de los ferrys esta averiado. Llamadas a diestro y siniestro hasta que me confirman tal extremo.


El lunes, día D, salida de mi pueblo antes de las ocho, con media hora de viaje hasta el terminal para tener cabida en la embarcación superviviente que salía a las once.
Llegada al Juan Santamaría, y donde tenia que decir que la llegada del avión era a las quince horas, anuncia a las dieciséis cuarenta. Pienso en atentado terrorista y más catástrofes posibles.
Por fin llegada a las diez y seis (no se de donde se habían sacado los cuarenta).


No quiero equivocarme, pero la sensación que tengo es que la nube negra venia con unos bonitos colores.
Ni con mucho acabaron aquí las calamidades: Nos equivocamos de carretera al recoger a una persona, dificultades de embarque en el último ferry que salía para Paquera, con lo que podríamos haber hecho noche en Puntarenas.

Al día siguiente las nubes impidieron ver salir la luna llena en toda su plenitud, malentendidos con la muchacha que me había hecho la comida hasta entonces, y cabronada que me gasta alguien del que no podía esperar otra cosa y al que en su momento pondré firme.
Si a lo anterior, le sumo problemas con mi banco, desaparición de unos ingresos y acabo de una puñetera vez, recurro a la Ley de Murphy, la modifico a mi gusto para que defina la sensación que he tenido los últimos días, y la dejo como sigue: Si hay posibilidades de que varias cosas vayan mal, espontáneamente aparecerá otra.


Mientras pasan cosas.


Ha llegado la semana santa, y nunca había visto el camping tan lleno, lo que me hace pensar que jamás entenderé a este país. Donde parecía que la crisis lo había sumido en un profundo sopor, despierta fulgurante a pesar de los problemas de comunicaciones, cosa que tampoco me ha hecho mucha gracia por una tontada como que encontrar mesa en la playa era casi imposible.


Entre col y col lechuga y he contemplado una especie de procesión de semana santa que no había visto en los años anteriores. En varias casas del pueblo habían preparado una mesa vestida de blanco con un jarrón con flores en la que paraba la comitiva y acompañados de una guitarra cantaban una especie de rezos. Al parecer eran los vía crucis si mal no recuerdo me dijeron.



Muy cerca de mi casa hay una cría de iguanas. Dentro de ella he visto a dos pequeñas preciosas.

También ha florecido el malinche que tengo de vecino.


La nube continúa de colores aunque en la distancia, y en algunos momentos de morriña se le ven tonalidades grises.

Detalle curioso: los zancudos no respetan ni a las nubes.
Yo entre la Ley de Murphy, y mis nubes ando descontrolado, pero recurro al no hay mal que cien años dure…
Espero que mi nube y yo vayamos cogiendo nuestro ritmo, que por supuesto va a ser algo maravilloso.

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Los buchones/pelicanos/pelícanos en Bahía Ballena

En el encabezamiento pongo estos tres nombres, porque solo por los dos primeros se les conoce por esta zona. Quizá el mas común es el sin acento, que según la RAE, es el que tiene cano el pelo.

Si quieres verlos en la bahía, en cualquier época del año, no tienes más que acercarte por el embarcadero y allí tienes la impresión de que son animales domésticos. Están a la espera de la llegada de las pangas, y de la limpieza de sus pesquerías se alimentan. En este lugar ni hacen picados ni nada por el estilo. También forman rifirrafes entre ellos por la captura del despojo.
Hoy los pongo porque de vez en cuando, en grandes bandadas, se acercan a la orilla. Supongo que esto se debe a que acorralan a algún banco de peces y lo acercan a las aguas poco profundas donde les es más fácil pescar.
No se si es por épocas, o coincidencia de que las capturas de las pangas por estas fechas son bien escasas, motivo por el que al no tener comida fácil, arriman el hombro para alimentarse.
He estado sentado en un palo, con los pies en remojo, y aparte de fotografiándolos, los he estado observando. 
Qué es lo que mas me ha llamado la atención. Creo que donde mas torpes son, es al levantar el vuelo; vuelan tan a ras del agua que da la impresión de que la tocan, levantan unos cinco metros y hacen un picado, no se si al azar, o cuando tienen localizada a la presa.


Ya retirado a mi mesa, quería saber a donde se dirigían al anochecer. En esas estaba cuando llega Joan a hacer un descanso en su trabajo (no es necesario decir que se fuma un puro para quitarse el estrés) de venta ambulante de ceviche, dos minutos de charla, y visto y no visto, no quedaba ni uno.

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Publicado por Perroverde para Diario de un asceta en Costa Rica el 3/02/2010 08:22:00 p. m.



El perro más desgraciado del mundo


Desde Barcelona a Montevideo, pasando por otros lugares de este alejado planeta, me llegan sugerencias de que siga escribiendo, y no retomo el teclado por ellas (con perdón), sino por seguir con una costumbre que adquirí en un momento bastante desagradable de mi vida y en la que encontré muy buenas satisfacciones, y sin pretenderlo, me puso en contacto con una serie de personas, muy especiales todas ellas, y a las que tengo bastante que agradecerles.
También es verdad que rehúyo de las obligaciones y no quiero que esta lo sea. Escribo porque me gusta, pero sin marcarme el día y la hora en que tengo que hacerlo.
La razón de no haber escrito, al menos con la asiduidad con que lo he hecho hasta ahora es muy simple: estoy en una nube de la que no me quiero bajar porque desde ella observo a otra muy distante y negra y no precisamente porque las condiciones atmosferitas sean las adecuadas para tal no color, sino porque no ha conocido el arco iris, y le cuesta reconocer que puede entra en la gama cromática.
Temas para escribir me sobran; desde mandar a tomar por el culo a Blogger, por no advertir que las imágenes de blog las conserva en Picasa, con lo cual y debido a mi manía de hacer desaparecer todo lo que no considero útil, se me han evaporado la gran mayoría del mío (he visto el pretexto perfecto para evaporarlo por completo), contar la ultima crisis amorosa de Helena (la canadiense) con More (el negro/Jorge), el dilucidar, mientras escribo por supuesto, el por qué para algunos es una obligación afeitarse el vello facial y no el púbico, hablar sobre las fiestas de Cóbano, mi capitá, hasta escribir sobre el perro mas vagabundo que he conocido; pero no, hoy le ha tocado a su congénere mas desgraciado.
El perrillo, así lo llamo desde nuestro primer contacto, es desgraciado pero no tonto. No fue solo a mi al que solo verme empezó a hacerme fiestas, lo hacia con todos los gringos, lo que demuestra que no hay mucha diferencia entre los humanos y los perrunos ticos (todos los humanos de este lugar que no me conocen y quieren entablar conversación conmigo lo hacen en ingles) y pienso que el razonamiento del perro es bien simple: estos hijos de puta no solo no me pegan patadas, sino que encima me acarician.
Mi playa esta situada cien metros al sur de donde vivo (en este país todo esta situado cien metros al sur de algo) y en mi desplazamiento hacia a la misma tenia que pasar por su morada, donde me esperaba y me hacia sus consabidas fiestas. Me acompañaba una cierta distancia, pero al llegar al territorio de la perra malafollá del rentacar de cuadras y jet acuáticas, su miedo era superior a mis caricias, así que con cara de pena estaba un rato observándome mientras desaparecía. Un día me propuse que pasara, no solo enfrentándome a la puñetera perra, sino que tuve que llevarlo casi a rastras. No fue el único territorio enemigo que tuvo que cruzar, por lo que tampoco fue el primer día que me lo propuse el que me acompaño a mi destino final, pero el que la sigue la consigue y el pobre perrillo un día descubrió el mar. Alucinaba. Ni que decir tiene que me esperaba hasta volver. Era demasiado el terreno hostil el que tenia que recorrer él solo.
Que recibía patadas, era cosa segura.
Una tarde vi que no me esperaba, por lo que pensé algo malo le había ocurrido y en poco me equivoqué. Pregunté y me informaron que un carro lo había atropellado. Sobrevivió aunque cojo perdido.
Yo daba por seguro que solo los humanos éramos la única especie que tropezaba dos veces en la misma piedra, pero no, al pobre perrillo lo volvió a atropellar otro carro.
Con las dos patas de estribor jodidas y la trompa maltrecha, me seguía acompañando, y a la vuelta lo hacia hasta mi casa. Se lo agradecía echándole una salchicha o similar, pero pronto comprendí que la cosa no me era muy rentable, por lo que le compre un saco de pienso. Si alucinó con la vista de la bahía, con su cacharro de pienso, ya no se lo acababa de creer; me miraba como preguntándome: ¿de verdad me puedo comer esto y no me pegaras por hacerlo?
El perro ya era mío, aunque no había quien le quitara sus escapadas. Era feliz siendo un perro realengo.
Primer inconveniente para nuestra convivencia: jamás he visto a un perro tan lleno de reznos.
Lávalo con este champú, pero después lo enjuaga bien.
Ni caso; lo lave con él y no lo enjuagué. O bien la garrapatas bajo los efectos del champú o el champú en si, debían de picarle bien, porque las corridas que daba y al final de las mismas los restregones contra cualquier piedra u objeto punzante con el que se encontrara, eran alarmantes.


No desaparecieron los reznos a pesar de varios lavados. Lo único que conseguí es que hiciera mucho deporte. Vuelta a la cooperativa y explico el caso.
Póngale esta inyección y remedio santo.
Oiga, en la vida he puesto semejante cosa, aunque en su día estudié algo así como medicina naval.
Es muy fácil… Explicación al canto.
Pellizco en la piel del cuello, aguja paralela al suelo, pinchazo, atravieso su piel por dos veces y me pincho en el dedo gordo. A repetir la operación. Los aullidos del animal se escuchaban en la Conchinchina. Por supuesto lo tenia atado y bien atado.
De remedio santo nada.
Hablo con un veterinario que cada cierto tiempo aparece por aquí y me dice: es inútil, hay perros que tienen una sangre exquisita para esos bichejos, y el tuyo la tiene, así que como no sea que todos los días, a base de pinzas, lo desparasites, siempre estará lleno de ellos.
En esas estaba cuando por aquí aparece la gata. La gata que era experta en cazar iguanas dice que eso es mucho deporte y decide comerse el pienso del perro (ley del mínimo esfuerzo). Pero aquí no acaban las desgracias del pobre. Yo tenia asumido que la cadena de poderío era perro/gato/ratón, pero no, la gata ha desplazado al perro. O será que esa cadena es hembra/macho. No hay forma de que entre en esta casa mientras este la gata y siempre lo esta. De aquí no hay quien la eche.

El pobre perro a pesar de no recibir recompensa, o quizás la de las caricias sea suficiente, me sigue acompañando, aunque a la vuelta se queda en su casa.

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Piratas somalíes. La otra cara de la moneda




Es tiempo el que tengo en reserva el vídeo que encabeza este escrito, pero unas veces por abandono y últimamente con la captura del Alakrana por los piratas somalíes, lo he ido dejando; no estaban los ánimos como para verlo imparcialmente.
Bajo ningún concepto quiero darles la razón a estos desgraciados, último eslabón de unos mafiosos de guante blanco que nada tienen que ver con África.
Ya hace tiempo que escribí la forma en que esquilmábamos los océanos y de lo poco que de ello se habla. No voy a repetirme. Este video puede servir de complemento.
También puedes leer aquí otra versión sobre la piratería en Somalia.

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