Llegaron/se fueron las fiestas de mi pueblo (ENERO DE 2010)


Y con estas son dos.
Pasa el tiempo.
El uno de enero, en todo el sur de la Península de Nicoya, la fiesta de mi pueblo, era la única, o al menos eso me cuentan. A este lugar acudía por esta fecha gente de todo este territorio, pero llegó el turismo y todo lo jodió. Las gringuillas andan en Santa Teresa y en Montezuma y hacia allí se dirigen los chavales/también chavalas (quizás temiéndole a la competencia).
Estas fiestas ya no son lo que eran, es uno de los comentarios que escuche varias veces. También es verdad que aunque ellos no sepan de que va (país mas feliz del mundo), la crisis ha llegado.
Son muchas las imágenes que tomé, pero se repetirían con el álbum que coloque el año pasado así que solo pondré algunas que me han llamado la atención. Por supuesto que se las he tirado a la pizzería, a la carreta de los helados, a los puestos de comida y demás; también al camping y a la playa.
La que encabeza este escrito, no va por las “modelos”, aunque con ella mato dos pájaros de un tiro, va por el personaje: Curioso viejillo, que solo aparece por el pueblo por estas fechas (nadie ha sabido decirme de donde es) y su meta es lucirse bailando. No se quita el sombrero ni en el baño.


Este es el ambiente que veo, junto al Bar los Gitanos, al llegar. Definitivamente las fiestas van a menos.


El personaje frente a la orquesta no es el cantante de la misma, simplemente uno que esta bien tomado, y no tiene complejos en imitar al de verdad que esta tras de él.


La noche ha sido dura y que mejor para descansar que la arena de la playa.


Han sido varias las personas, femeninas por supuesto, que me han preguntado que ropas/peinados se ponen/hacen para este tipo de eventos. Puede que esta los defina.


Williams, estaba demasiado tomado, nada especial en él; para nada hacen falta las fiestas para que lo este. La policía lo aparco fuera del bullicio, posiblemente pensando que le podía pasar algo.


A las fiestas no podía faltar el guiri.


Por ultimo:
Por estas fechas, me han llegado de España las razones por las que, dicen, me vine a este país:
Me vine por una tica.
Pues bien, esta es. Lo pasamos muy bien en esta fiesta.
Con todo el dolor del alma pongo una mía, solo las he puesto cuando la razón del escrito la requería, y creo esta es una de ellas. ¿Contentos/as de saber quien/como es?


Por si al estar junto a mi le resto meritos, aquí os la pongo sola.

Hasta el próximo año.

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Piratas somalíes. La otra cara de la moneda




Es tiempo el que tengo en reserva el vídeo que encabeza este escrito, pero unas veces por abandono y últimamente con la captura del Alakrana por los piratas somalíes, lo he ido dejando; no estaban los ánimos como para verlo imparcialmente.
Bajo ningún concepto quiero darles la razón a estos desgraciados, último eslabón de unos mafiosos de guante blanco que nada tienen que ver con África.
Ya hace tiempo que escribí la forma en que esquilmábamos los océanos y de lo poco que de ello se habla. No voy a repetirme. Este video puede servir de complemento.
También puedes leer aquí otra versión sobre la piratería en Somalia.

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Serpiente coral. Visitas poco recomendables


La serpiente de coral centroamericana (Micrurus nigrocinctus) es una especie de serpiente de la familia Elapidae; es crepuscular y nocturna, se alimenta principalmente de serpientes pequeñas, anfibios y peces. Es altamente venenosa.

Me llama mi amigo Javier. Sabe de mi afición de fotografiar todo lo que me llama la atención y me dice que tiene una serpiente coral en su casa. No termino de creérmelo aunque le digo que no tardo en llegar.
Que haya escuchado casos de mordeduras (a la madre de Norberto), no hace que dejes de pensar que estarán en pleno bosque y al igual que cualquier tipo de bicho salvaje huye de los humanos.
Al verla tan cerca, sientes respeto. La casa de Javier esta muy cerca de la mía, por lo que el próximo en tener la visita de una puedo ser yo, y mas teniendo la experiencia de que de otras especies son muchas las que me han visitado.
La coral es preciosa.
También es verdad que desde que la gata ha tomado posesión de esta morada, no he visto ninguna. Espero que las ahuyente.
Tengo que reconocer que las serpientes siempre me han fascinado y jamás he matado ninguna, pero que sean venenosas ya no me seduce tanto.

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