El virus del resfriado y la industria farmacéutica

Estornudos, secreción nasal, dolor de cabeza, goteo y congestión nasal, ojos llorosos, picor, dolor o flema en la garganta, tos, cansancio y una sensación de malestar general. Es una de las enfermedades más comunes que, por lo general, dura entre 3 y 10 días. Aunque el resfriado común no tiene cura, los síntomas generalmente se resuelven espontáneamente en 7 a 10 días. Esto leo por ahí que son los síntomas de la resfriado. Por si alguien lo duda, le aseguro que puedo certificarlo incluso ante notario.
Como mínimo hace más de tres años que no recibía la visita de semejantes bichitos [los virus del resfriado (así también los encasilló un antiguo ministro)], y no esperaba su visita para nada, ha sido una verdadera sorpresa, puesto que vivo en un lugar, en el que semejantes elementos se perderían por el camino, pero hete aquí, que mi compañera del alma, se le ocurre ir a los madriles, y me los ha traído todos.
De siempre he sabido que contra estos malditos virus no hay medicinas (no es la primera vez que la OMS nos llama la atención por consumir contra los mismos antibióticos), solo las hay para aliviar sus síntomas y la industria farmacéutica se frota las manos cada vez que llega el invierno (se desarrollan mejor con el frio), porque solo en analgésicos, gotas para la nariz (obstrucción de la misma), espray para la garganta y no sé cuántas chorradas más, nos gastamos verdadera fortunas. Las multinacionales de los medicamentos, habrán hecho sus cálculos y se habrán dicho: Con el medicamento para curarlo, o prevenirlo, ganamos X y con los de aliviarlo Y, sensiblemente mayor que X, luego dejemos las cosas como están. No acabo de creerme que a estas alturas de la película, en qué, en laboratorio, se inventan virus, llámese de la gripe A, aviar y otros que ni siquiera bautizan, no se haya descubierto una vacuna contra el resfriado.
También leo: Ahora un equipo de médicos de las universidades de Maryland y Wisconsin ha resuelto parte del misterio. En la edición digital de la revista «Science» detallan la secuencia del genoma de casi un centenar de cepas del rinovirus que causa el catarro común, aunque probablemente haya muchas más. Los códigos genéticos se han unido en un árbol genealógico que muestra cómo las distintas cepas están relacionadas. De esos genomas, se podrán obtener los puntos más vulnerables del rinovirus para atacarlo. El estudio se basa en las muestras de fosas nasales humanas recogidas en todo el mundo durante dos décadas. ¡A buena hora mangas verdes!

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