Cumpleaños de Vane y de Vero y matanza de una chancha


En realidad el asunto comienza dos días o tres antes del cumpleaños propiamente dicho. Que yo sepa se dan dos viajes a La Esperanza. El primero a tratar la compra del chancho, que luego resulto ser cancha. Segundo con un remolque a por ella, pero por tal autopista, el remolque se escoña, así que al siguiente, reparación del remolque y traída del pobre animal. Según me cuentan la velocidad a la vuelta es de un promedio de 10 Km/h.
La chancha entra en capilla, y al día siguiente a las seis de la mañana ajusticiamiento y preparación de lo que serían los interiores, sesos, hígado y demás con una salsa que estaba riquísima.
Viaje a la playa a por leña y sobre las cuatro de la tarde preparación de la fiesta propiamente dicha: mesas, asientos, colocación de bebidas duras y a hacer un fuego en el que se prepararía lo que es la carne propiamente dicha. Conjeturas sobre si llovería o no, cosa que al final llueve, razón por lo que hay que trasladar el fuego bajo techo.


Ya todo preparado a ducharnos y a vestirnos de fiesta. Estaba anunciada para las siete, pero ya van llegando invitados.
Llega Miguel con su equipo de música y lo instala, hay que animar la fiesta. Ya a esta hora había algunos estómagos, más llenos de Imperial que de carne.
La verdad es que no esperaba tanta gente. La chancha pesaba unos sesenta kilos (1.400 colones el kilo) o sea que supongo que lo que es carne no faltará. Aparte de la cerveza había bastantes botellas de Guaro, ron, whisky y otras. Hay quien prepara una sangría.
Algunos se animan a bailar aunque son los menos.
Llega el apagado de las velas y la verdad es que a partir de aquí la mayoría de los invitados se van yendo, aunque llegan los rezagados.
Al menos yo a las diez de la noche, me voy a la piltra.
Día siguiente: Recogida de basuras. Fregado de cacharros, baldeo, y hasta el año que viene.

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Renovación residencia. Después de un año lo conseguí


Si hago esta entrada, aparte de recordatorio, es porque posiblemente la meta en la página de Facebook Españoles en Costa Rica. Son muchos los españoles que aun residen en España que dan por hecho que lo de venirse a trabajar es coser y cantar. Repito lo que dije en otra entrada que nos dijeron en Migración: Para estar legal en el país, solo se pueden coger uno de estos tres caminos: Casarse con una tica, tener un hijo tico, o tener contrato de trabajo (con los dos primeros casos, se puede obtener la residencia, con el último no). Si das con los mismos abogados que di yo, te dirán que es fácil y probablemente te estafaran.
Me he entretenido en buscar en mi antiguo blog lo que anoté sobre todas las putadas que me hicieron no solo en Migración, sino los abogados, e incluso La Embajada de España.
Poco a poco iré poniéndole enlaces para que puedas dirigirte a lo escrito en su día, mientras tanto, copia cualquiera de ellas y pégala en el casillero que hay en la parte de arriba del todo, y dar en la lupa.




Certificado de renta. Enésima vez a Puntarenas a por la cédula de residencia.
Renovación de cédula y nuevo viaje a Puntarenas
Vuelta a Puntarenas. Hay que ser más tico para soportar a la burocracia
Segundo viaje a Puntarenas para renovación de residencia
Viaje a San José a la Embajada de España. Certificado de Antecedentes Penales
Pasó un mes desde que llegué a Costa Rica
Obtener residencia en Costa Rica II. Ya tengo la
Los otros inmigrantes también sufren. Costarricenses
Problemas de residencia y cuasi riña del Negro con
Un año de estancia en Costa Rica. Reflexiones
Obtener residencia en Costa Rica. Aviso para navegantes
Mi residencia en Costa rica. El cuento de nunca acabar
A la tercera la vencida. Conocer san José
Mi viaje a San José
Embajada española en Costa Rica… ¡Que desastre!
Embajadas españolas. Película de terror
Agilizando mi residencia y contestando a una/un


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Certificado de renta. Enésima vez a Puntarenas a por la cedula de residencia.


Con esta parece que son dos las veces que doy por hecho que ya tenía la cedula de residente en este país, y sigo sin tenerla. Me llaman de Migración de Puntarenas, diciendo que tengo que entregar un certificado de lo que cobro, porque si viene una inspección y se dan cuenta de que falta, me la pueden retirar.
Decía la última vez que escribí sobre este tema: Me habían dado un papel que decían que tenía que entregar en Correos cuanto antes, así que esta mañana, lo primero que hago es llegarme a Cóbano. El sistema no funciona, me dice el funcionario. ¿Funcionará antes de cerrar? Cara de no sé, y a volver mañana a ver si funciona el dichoso sistema o no hay tanta prisa como me dijeron en Puntarenas. Pues bien al otro día el sistema seguía sin funcionar y me hizo un recibí a mano.
Dos cosas por resolver: el entregar el certificado que me pedian y que el dichoso sistema hubiera funcionado, así que me decidí a resolver el que podía que era el de llevar el papel a Puntarenas, y con esta son tropecientas las veces que voy a dicha ciudad para el mismo tema. Las primeras veces, me encantaba. Me recordaba a Cádiz, aunque sabía que no lo era por el sabor de sus viviendas, muchas de ellas con su arquitectura colonial. Carlos Cano comparaba a Cádiz con la Habana. Si hay alguna ciudad que se le parezca es Puntarenas.
Vienen conmigo Vanessa y Jose. Querían salir en el ferry de las cinco y media a lo que les digo que ni loco, así que lo hacemos en el de las nueve. Una vez allí, lo primero, comprarle un regalillo al funcionario/a, que no teniendo culpa del sistema, tengo que reconocer que se ha portado todo lo bien que ha podido conmigo. Me pide la cedula, y le doy la vieja, cara de sorpresa porque daba por hecho que ya tenía la nueva. De todas formas me aconseja que haga un escrito a Migración, solicitándole que me cambien la residencia como pensionado, por la de permanente, cosa que al parecer se puede hacer a partir de los tres años de serlo, con lo que me evitaré mucho papeleo.
Ya con seguridad que nos habíamos perdido el ferry de las once, así que a esperar al de las dos.
Ni puñetera idea de cómo había perdido las gafas que me traje de repuesto, así que la vez anterior, me volví a graduar la vista, y a la semana o por ahí, alguien me las trajo. Eran unas gafas progresivas, pero cuando me las probé, de lejos veía bien, pero lo que es leer o usar la computadora, ni torta, por lo que me llego a la óptica nuevamente. Mi estado de ánimo negativo, me decía que me tendría que joder con ellas, pero no, reconocieron su error, y que vuelva dentro de una semana (las tienen que mandar a San José).
Me siento en una especie de soda que había entrada de un comercio y me tomo un café. Vanessa y Jose no paran de visitar tiendas, pero yo a pesar de ir con las “figueres”, me duelen los pies. Al final voy con ellos a más de uno.
Comida en un lugar que solo sirven pollo frito, taxi y a ir recogiendo las cosas compradas y vuelta al ferry. Llegué destrozado, aunque eso sí, me fui para mi playa.


La verdad es que me entretuve tomando algunos videos que dieran una idea de lo que era Puntarenas y por la noche los armé.
Esta mañana he sufrido toda la ansiedad que me tragué ayer.
Le estoy tomando manía a esta ciudad.

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