Vuelve la depresión con todas sus consecuencias


Ya hace tiempo que vengo mencionando la depresión en este blog, pero temiendo hacerlo; como si al mencionarla creyera que la atraía y que lo que tenía era un bajón que lo mejor era ni hacerle caso, pero ya no, sé que estoy bien abrazado a la misma.
Sé que no hay dos depresiones iguales y está en nada se le perece a la que me tuvo cerca de la muerte, más bien creo que un cuadro ansioso, sin el depresivo detrás y es mucho tiempo el que lo estoy padeciendo.
El puto cerebro gasta putadas que ni los Psiquiatras tienen puta idea. También es verdad que lo que conocemos como Psiquiatría más o menos a comienza en el siglo XX.
En mi anterior depresión (a esta mi niego todavía a admitir que lo es) debido a la ansiedad, me dolía algo exterior a mi cuerpo, motivo por el que a pesar de mi ateísmo llegue a creer ciegamente en el alma, pero en esta a la hora aproximadamente de levantarme, me entra un dolor, llamémosla en la boca del estómago que rabio con él. A inflarme de ansiolíticos y se me llega a pasar pero las putas píldoras me dejan zombi, o sea sin ganas de hacer nada y solo se me apetece estar en la cama, pero el remedio es peor que la enfermedad, puesto que al echarme en ella me vuelve.
Cosa curiosa, por la tarde me va desapareciendo y sobre todo al ir a ver mi atardecer, siento un gran alivio.
Sé qué motivos tengo para tenerla. Fueron muchos reveces los que tuve al volver a España, y vine medicándome pero al ver algo de luz tire las píldoras al carajo. Esto jamás se debe hacer y bien que lo estoy pagando.
Me mentalizaré que al igual que puede doler algo exterior a ti o en la boca del estómago, para ver si consigo pasar el dolor al dedo gordo del pie derecho, me lo lio con una venda y a seguir.
Con mi retranca, me he costado un gran esfuerzo escribir esto.

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