Semiasfaltando la carretera de Paquera a Cóbano



La cosa va mejorando. En esta carretera de un año para otro había mil huecos y la reparación consistía en echar el asfalto suficiente para rellenar el a veces cráter, pasarle la apisonadora por encima y ahí te pudras.
No se la causa, porque Costa Rica va con unos gastos superiores a sus ingresos, o alguien habrá dicho que lo de antes era una tomadura de pelo, puesto que cuando acababan ya estaba igual por el principio que esta vez van asfaltando tramos enteros. No sé por qué se guía el técnico de la obra, porque hay tramos de unos dos metros que se quedan sin asfaltar. Otros de muchos más, pero lo de los dos metros me tiene escamado.
En fin dejo esto aquí para seguir las crónicas de este pueblo.

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Yo no soy yo y mis circunstancias


Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo. En esta frase basaba su filosofía José Ortega y Gasset. Quería decir que uno está condicionado por dos cosas: por lo que piensa, y por lo que vive, pero cada vez estoy más convencido de que para nada llevaba razón. Es muy fácil dejarse llevar al menos por la primera parte de la misma y en especial si la vida te he ido mal, tratas de buscar las partes de la misma que han dado lugar a que esto ocurra y siempre dejas compensada la balanza. En realidad encuentras los motivos para ver que has sido un desastre y como nadie hay perfecto te sobran para encontrar las causas de tus males.
Tienes una buena familia, un buen trabajo, dos casas, un buen carro, como puedes quejarte de la vida. Esto me lo decían cuando estaba con mi gran depresión. Daban por supuesto que las circunstancias eran justas las necesarias para ser la persona más feliz del mundo, pero nadie pensaba en el cerebro y en sus malditas jugarretas.
Fueron muchos reveces los que tuve al volver a España, dije ayer en mi anterior entrada, pero ¿en realidad esta uno capacitado para darle ordenes al cerebro? Puede que alguien piense que la depresión tiene una gran parte de genética. ¿Son parte de mis circunstancias haber nacido de mi padre y de mi madre?
No sé por qué he pensado en algo que escribí en mi anterior blog.

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Vuelve la depresión con todas sus consecuencias


Ya hace tiempo que vengo mencionando la depresión en este blog, pero temiendo hacerlo; como si al mencionarla creyera que la atraía y que lo que tenía era un bajón que lo mejor era ni hacerle caso, pero ya no, sé que estoy bien abrazado a la misma.
Sé que no hay dos depresiones iguales y está en nada se le perece a la que me tuvo cerca de la muerte, más bien creo que un cuadro ansioso, sin el depresivo detrás y es mucho tiempo el que lo estoy padeciendo.
El puto cerebro gasta putadas que ni los Psiquiatras tienen puta idea. También es verdad que lo que conocemos como Psiquiatría más o menos a comienza en el siglo XX.
En mi anterior depresión (a esta mi niego todavía a admitir que lo es) debido a la ansiedad, me dolía algo exterior a mi cuerpo, motivo por el que a pesar de mi ateísmo llegue a creer ciegamente en el alma, pero en esta a la hora aproximadamente de levantarme, me entra un dolor, llamémosla en la boca del estómago que rabio con él. A inflarme de ansiolíticos y se me llega a pasar pero las putas píldoras me dejan zombi, o sea sin ganas de hacer nada y solo se me apetece estar en la cama, pero el remedio es peor que la enfermedad, puesto que al echarme en ella me vuelve.
Cosa curiosa, por la tarde me va desapareciendo y sobre todo al ir a ver mi atardecer, siento un gran alivio.
Sé qué motivos tengo para tenerla. Fueron muchos reveces los que tuve al volver a España, y vine medicándome pero al ver algo de luz tire las píldoras al carajo. Esto jamás se debe hacer y bien que lo estoy pagando.
Me mentalizaré que al igual que puede doler algo exterior a ti o en la boca del estómago, para ver si consigo pasar el dolor al dedo gordo del pie derecho, me lo lio con una venda y a seguir.
Con mi retranca, me he costado un gran esfuerzo escribir esto.

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