Vuelta al Psiquiatra, de la piscina y nuevos animales en esta casa

El 31 de enero de2017 me receta Irenor (Creo es antidepresivo para la memoria)


Había pensado no ir más a ningún Psiquiatra, pero el sábado pasado me levanté tan mal que volví a la cama. ¡Desesperado estaba! El martes me decido a ir aunque sea para mandarlo a parir, pero o sorpresa esta vez en vez de escribir todo el tiempo en el ordenador, habla conmigo y entre otras cosas me dice que no me preocupe, que de esta salgo. Ya va siendo hora, me digo.
Me ha duplicado la dosis del antidepresivo que me tomo por la mañana y que me tome media de otra nueva para la ansiedad. Será el efecto placebo pero algo mejor estoy (o creo).
Hace más de un mes que no escribo en el blog y pensaba que no iba a hacerlo más, pero la verdad sea dicha es que cosas ocurren.




La piscina si la hubiéramos mantenido durante el invierno habría estado en plena forma, pero ni tocarla así que estaba hecha unos zorros. Del fondo hubo que sacar verdaderas plastas de mierda, aparte de echar sosa en las tuberías, desarmar las válvulas y ya por último la bomba. Yo solo he hecho el 0,5 %. Por fin está en orden de servicio.




A alguien se le ocurrió traer dos gatos (Si éramos pocos parió la abuela). Estaban recién destetados y creía que no durarían pero el hambre hace milagros y desde el primer da se pusieron a comer pienso.
Mi otro temor es que a los perros no les iban a durar ni un día, no en vano son expertos en la materia, cada uno tendrá a sus espaldas un docena de asesinatos de estos felinos, pero los habrán visto tan pequeños que se diran que por tan poca cosa ni se molestan. Hasta duermen juntos.

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