Del dolor de empines a la columna como una alcayata



Últimamente la Ley de Murphy me está jodiendo y bastante. Factor principal, La depresión, pero a esta se han unido el dolor de una vértebra en la zona lumbar y el dolor de pies.
Vayamos por partes. Vertebra en la zona lumbar: Esto no es nuevo.
Blog: Aterocana, el blog sinsentido. Mis epocas en Costa Rica
Entrada: Músculos jodidos y nervios prensados en la columna. Fisioterapeutas y Quiroprácticos
Enlace:http://master2645.blogspot.com/2012/09/quiropracticos-o-fisioterapeutas-mi.html

Si voy a decir que hace unos días, haciendo un gran esfuerzo fui a uno en Granada y no tenía ni puta idea, ni me exploró la columna y no me extraña, porque todo sigue igual, España y Grecia siguen siendo los dos países que no reconocen esta medicina alternativa de toda Europa. Creo hay una escuela en Cullar Vega.



En cuanto a los dolores en las piernas, ese ya es otro tema. Bastante interesante.
Hace uno o dos meses vino el técnico de la caldera de pellet y lo tuve que dejar porque rabiaba del dolor en los empeines. No me lo pensé, baño en la piscina y una pastilla de Paracetamol.
Desde entonces no se me ha ido este dolor. Es un dolor horrible, no por lo fuerte sino por lo continuo. Estoy todo el dia con el ¡Ay! a cuestas. Con lo único que notaba alivio es con el calor de la estufa que hasta ayer la he tenido tanto en el ordenador como en la tele.
Mi hija ya fue al médico para otras cosas, se lo explica y su respuesta fue que me tenía que ver él.
Ya veía el asunto: Pedir cita, ir a verlo y como estoy seguro que no sabe que puñeta es, mandarte a hacer análisis, y como allí tampoco saldría nada después de otra pedida de cita y verlo con cara de asombro preguntándose ¿Qué coño tiene este? No, no estoy ni para salir a la puerta de la calle. Únicamente me encuentro bien aquí encerrado en mi cárcel, que eso si, mejor que la de papel o la de Soto del Real.
La última vez que fui a ver al médico de cabecera fue hace bastantes meses, le enseñe unos eccemas en la parte superior del pie y me mando una pomada que debe de ser la hostia porque no la venden sin receta médica. Cada vez que salía de la piscina me la echaba justo en la parte que me dolia, por lo que las pobres neuronas que me sirven se pusieron muy contentas cuando pensaron.: De esto es, y deje de echármela. Pero nada.
Esta noche he soñado y también es noticia. Me encontraba muy bien y ni siquiera me dolían las piernas. Me levanté me hice un mejunje de dos pastillas y heme aquí que estoy hasta escribiendo. ¡Lo que hace la depresión y creer en algo!
He buscado en internet, he preguntado, mi hija consulto al médico sobre el dolor de empeines y te hablan de deporte de andar de defectos en los pies y sigue por lo que he descubierto una enfermedad nueva. Que no la descubra la industria farmacéutica.

A ver cuando me atrevo a ver a mi gran amigo y profesional Rafael Navarro. Todo por hacer caso a la dichosa segunda opinión.
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En mi caso las cuerdas se tocan. Ya no creo en los antidepresivos


En mi vida por lo que estoy recapacitando he sido de todo o nada. Me acuerdo cuando era un niño y cada veinte pasos rezaba un padre nuestro por si en ese espacio de tiempo había cometido un pecado venial (Bien lavado que me tenían el cerebro) y ahora soy ateo. Con los  antidepresivos me pasa igual con los.
Hice caso a quien me dijo que sería buena una segunda opinión por lo que consulte con alguien que había estado en psiquiatría de un hospital y me recomendó uno.
Con la ansiedad de salir de esta maldita pesadilla me llegue a él. La primera hora la paso en la computadora haciéndome un historial médico que no se para que puñetas le podía servir aquello.
Acaba con el teclado y se pone a hacerme las recetas. No habíamos cruzado palabra en todo el tiempo, ni ¿Cómo estás? ¿Ni cómo te sientes? Que yo algo que me diera esperanzas, no al final me dice tomate X de 75 mg. Se me ocurrió preguntarle cuando notarias los síntomas a lo que en plan seco me dijo al mes.
Pasado este tiempo, más bien el doble, fui a decirle que me encontraba igual o peor y no se lo pensó mucho el X me lo doblo por dos.
No quiero seguir hablando de este fulano solo decir que a la tercera ya ni era X por dos, sino que me añadió una Y más, la cual la tomo una semana y deje de tomarla porque me puso fatal.
Antes de nada, aclarar que yo no le estoy diciendo a quien esté pasando por este turbio mundo se ponga en manos de un especialista.
Ya en su día escribí una entrada sobre la depresión.  Aquí os la dejo.
Mi gran duda si mando los antidepresivos a tomar por el culo o me los voy quitando poco a poco.
Yo sigo con mis baños de agua fría que ahora no en la piscina (La han puesto a pintar) pero he amarrado una goma en un tronco de un árbol y ahí pego mis hermosos suspiros mientras me cae el agua en la nuca.
De todas formas no soy el único que opina así y si no leer también esto.
La piscina esta vacía. Tapar gritas y pintarla. Puede durar entre una y dos semanas. Ya puede que sea vicio, pero me he entretenido en quitarle la alcachofa a la ducha y cada dos por tres estoy debajo del caño. Es peor que la piscina puesto que en ella hago un esfuerzo al nadar que simula el frío del agua.
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Y el cielo bajó a la tierra


Casi un mes sin acercarme por este mi rincón.
¿Sequía de ideas?.. Nada de eso, también ha sido un periodo de inactividad en otras de, llamémosles, mis rutinas (lecturas, pasear, contabilidad, etc.).
Definir lo que me ha pasado tampoco es labor fácil. Lo más probable es que mis neuronas han estado en un laberinto, embrollo, caos, confusión o llamémosle equis que me han transportado a un mundo maravilloso, mundo por el que todavía estoy influenciado y del que me cuesta apearme.
Posiblemente todo empezó como un juego. En esos entresijos del ciberespacio, vi la posibilidad se conseguir uno de mis sueños de juventud y me lo marqué como objetivo.
Que se cumplió, es cierto (se de alguien que al leer esto, la primera palabra que se le vendrá a la cabeza es engreído), pero jamás pensé que lo que podía haber sido incluso un desastre, se convirtiera en una cosa tan bonita, y no solo eso, sino que veo que esa "cosa", se puede prolongar en el tiempo.
La primera fase fue desesperante. Lo que a mi me parecía sencillo y lo mas normal del mundo, otros lo veían como una posible catástrofe en la que incluso podía hacer daño a terceros. Estuve tentado de abandonar, pero también sabía que a alguna otra persona en su fuero interno, no solo lo veía posible, sino que la deseaba, motivo por el que jugué fuerte y seguí.
También me ha reafirmado en mi convencimiento de que lo escrito es muy peligroso, puesto que intentas transmitir una idea y cada una de las personas que la leen, lo puede interpretar de forma diferente [pienso que Cervantes cuando escribió el Quijote para cachondearse de los libros de caballería (una de la teorías), jamás pensó en el éxito que tendría, cosa que no ocurrió con los que escribió como libros serios]
El objetivo podía haber sido tener una buena moto, pero una vez en mis manos, este vehiculo, ¿funcionó como esperaba? No solo funcionó, sino que sobrepaso todas mis expectativas.
Han sido días de luna llena, cosa que no tendría más importancia, puesto que las he visto todas desde que estoy en este país, pero esta vez el rojo de su orto ha sido especial, y si le añadimos que mientras se elevaba y cambiaba su color a amarillo, iluminando intensamente la oscuridad de la noche y rielando sobre las aguas de la bahía, personas del grupo, que sentados en la arena, la contemplábamos, recitaban a Neruda (me quedo en como lo hizo Patricia), la cosa se desbordo.
Días de caminatas por pleno bosque, de ver a los congos sestear encima de mi, de saber que el arbolito tiene unas raíces, que a pesar de abrirse camino entre las duras rocas, son tan suaves como el culito de un bebe, de saber el por qué le pusieron árbol de Jesús, de reunirme con Rosa a la que no veía hace bastante tiempo, de ver como un zopilote se convertía en pavo (no te me cabrees), de comer una tortilla de papas o española como si del mejor manjar del mundo se tratara, de ver a otra persona comerse una langosta como si fuera una sardina (pensé en el protocolo de pinzas y demás gabelas de hacerlo en un restaurante), charlar bajo las estrellas picando en una bandeja frutas del país (desde papayas a piñas, pasando por bananos) fresquitas.
La magia se contagio. Todos deseaban que esta no se acabara, por lo que a alguien se le ocurrió que Carlos demostrara sus dotes de cocinero en una cena en casa de Patricia, cosa que hicimos y a la que asistieron Norberto, Rolo, Alejandro, Rocío y más. Todos los productos fueron ticos y Carlos se lució al menos en la presentación (jamás había visto una ensalada, en la que la gama de verdes superara a la de los bosques ticos en época de lluvias).
En la vida me he sentido mas… ¿mimado?
Todo lo que tiene un principio, tiene un final y este llegó, aunque quiero verlo como una interrupción necesaria de algo que se puede prolongar. Amén.+

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