Zinosal y la madre que lo pario



La primera pastilla que me tomé resinosa, fue el día dos por la noche, que como dije cumplía daños. Al otro día por la mañana me levante ha hacer mis necesidades corporales y todo era un puro lamento y e cuerpo como y si por la noche hubiera descargado un camión de sacos de cemento. Vollvi a acostarme y me levante a las tres de la tarde. Algo mejor por la tarde y a la mañana siguiente igual.
Hoy estamos a día seis y ya no era rabiar. DE la cama a la ducha de agua fría, pero ni por esas se me quitaba. Ya no aguanto más y llamo al Psiquiatra. Me dice que es normal y que lo vuelva a llamar el jueves.
Si sigo igual a tomar por culo los antidepresivos.
LO malo es que a pesar de haber pasado los quince días desde que la pintaron sigue vacia. Hay quien se empeñe en hacer las cosas a la perfección.

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Vuelta a los orígenes. Antidepresivo de última generación: Zinosal 12,5 mg


Después de más de dos años tomándome el anti que me mando el malafollá de psiquiatra al que fui para saber una segunda opinión de mi diarrea mental o depresión (Antes la llamaban melancolía), y de que los baños de agua fría, aunque me hayan hecho bien, no me han quitado la colitis cerebral, y no queriendo quedar hecho una mierda para lo que me quede de vida (Por cierto, gracias Facebook, sé que hoy cumplo años), ayer decidí llamar (O más bien me llamaron) a mi antiguo brujo D Rafael Navarro , y quedamos citados a las once de la mañana.
Después de reírnos un poco de su congénere, hablamos un poco de lo que estaba tomando y solo me cambio el ansiolítico y el antidepresivo que no se si me lo mandara la Seguridad Social porque es nuevo (¡Vamos! Que voy a hacer de conejillo de indias).
No pasó como otras veces que nos hemos reído del mundo. Le advertí que dudo mucho de los antidepresivos y me dijo que los que no creen en ellos terminan por llevarle a los familiares para que se los receten.
Paramos a comprar un limpiafondos y vuelta a la casa.






Hacia poco que me había levantado de la siesta cuando me parece escuchar una voz de mujer, salgo y era una de mi hija que había venido a felicitarme por mi cumpleaños. Al poco apareció la otra. Ralea de nietos Me hacen apagar una velita (Que se apagó a la segunda) y después nos fuimos a la sombra del olivo que hay junto a la piscina. Allí estuvimos dándole a la lengua hasta que ya se hizo de noche y se fueron.
Me tome dos Coca Colas y hoy lo he pegado con la ansiedad.
Ya tengo setenta y dos tacos según me recordaron.

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