Mi segunda intervención quirúrgica de un tumor de vejiga. RTU de vejiga
Y llegó el día V (• • • —). La hora de cita en el hospital era a las ocho de la mañana, pero como buen inglés (¿o alemán?), a las seis ya estaba despierto. El día anterior había cumplido a rajatabla las instrucciones que me habían dado en Preoperatorio: Inyectarme en la barriga, meterme un enema, pastilla para no sé qué, y una cuarta que no recuerdo. Como es lógico con mucha antelación ya estábamos allí.
Subida a la cuarta planta (donde nos habían indicado por teléfono) y nos dicen que tenemos que ir a ingresos en la primera. De ingresos, a una sala donde había tropecientas personas. Los ingresantes nos distinguíamos porque nos habían puesto una pulsera similar a la que ponen en los hoteles o discotecas de todo incluido. Van llamando a personas para diferentes tipos de operaciones en diferentes plantas y yo voy quedando para el final. Tan hasta el final que con brazalete solo que damos dos y cosa curiosa los dos éramos para operación de vejiga. Vienen a buscarnos, subimos los dos a la vez y nos dicen que no hay camas así que a joderse tocan, que van a intentar, meter provisionalmente a uno de nosotros en la sala de curas. Ese día estaba enrollado y me ligo a la recepcionista para que sea yo.
Cuarto cochambroso, con medicinas por todas las estanterías. Me quito la ropa, me pongo la típica bata amarrada por atrás, y me vendan las piernas.
En la espera llegan mis hijas. Bromas y fotografías sabiendo que a una de ellas no le hace puñetera gracia que se las hagan.
Aparece una celadora con una cama de hospital, lo que me dice que ya hay una libre y en ella me lleva a quirófanos. Me aparcan en un pasillo y allí me aparecen dos enfermeras y me dicen que me van a ir preparando para ahorrar tiempo, me meten una guía y me hacen algo más. Por allí pasaban cirujanos, anestesistas y junto a mí en varias sillas había una persona de paisano enseñándoles a dos médicos a hacer un planing. Uno de ellos tenía cara de cabreo. Me imagino sus pensamientos: Estoy hasta los cojones de operaciones y en un rato libre me calientan la cabeza con este rollo.
Se me acerca el anestesista y me hace otra nueva interviú: ¿Eres alérgico a alguna medicina? Etc., etc.
Por fin paso al quirofano. Me paso a la mesa del quirófano, y sentado en la misma el anestesista me tantea la parte de la columna en la que me ponen la epidural, me clava la aguja, y dice: Hoy no es mi día. No encuentro el líquido. Contigo es el cuarto que voy a tener que ponerte anestesia total. Se veía cabreado. Cálmate le digo, vamos a ver, la vez anterior que estuve aquí, me metieron la epidural a la primera, ¿Por qué no lo intentas de nuevo? Me hace caso y voz de alegría: ¡Aquí está el líquido! Quizás con más rapidez que la anterior noto que pierdo la sensibilidad en las piernas. Le pide a una de las enfermeras no se qué medicina y le contesta que no hay, la enfermera le dice que por qué no se la pide al farmacéutico y le contesta que a ese hombre no le pide nada porque le manda lo que le da la gana (el descontrol/falta de dinero de la Seguridad Social continua). Al final nos enrollamos, no sé como, sale que tiene un hermano Marino Mercante, cuando le digo que yo también lo soy, me cuenta la vida de su hermano y ya una vez vestido de calle, se acerca y me pregunta por mi nombre el cual apunta, según él para preguntarle si me conocía.
Esta vez, la pantalla en la que el cirujano, va guiándose estaba en una postura que estaba seguro vería la operación. Fue uno de los motivos por los que insistí para que no me pusieran anestesia general.
El cirujano antes de ponerse a extirpar, hace una exploración general y me dice: La cosa se complica, aparte de los dos tumores te voy a tener que quitar una calcificación en la operación anterior que te ha salido como consecuencia de la quimioterapia. Por mi no hay problema, lo siento por ti que se que ya ha acabado vuestro turno y se va a prolongar la cosa. De esto no paraban de quejarse todos los del quirófano y encima todavía les quedaba otra.
Veía en la pantalla con la precisión que iba eliminando todo y le dije: No soy ningún experto, pero creo que lo estás haciendo muy bien. Se ve que le di en su punto sensible y ya no paraba de explicarme cada uno de los pasos que daba. Tan amigo mío quedó, que al otro día fue a visitarme a mi habitación cosa que no es lo normal, ni tienen el por qué hacerlo, puesto que una vez en ella la responsabilidad pasa al urólogo de planta.
Me pasan a la cama y nuevamente celadora arrastrándome por pasillos y ascensores hasta recuperación. O estuve menos tiempo que la vez anterior, o se me hizo más corto.
Cuando me trasladan nuevamente, me veía en un pasillo esperando se desocupara alguna habitación, pero no, no todo iba a salir mal, y me meten en una individual. Lo primero que pienso es que en ella no voy a tener pegas para inflarme de fumar. Había ido preparado con parches de nicotina, cigarros electrónicos de esos que aspiras y tragas vapor de agua, y aunque los probé (menudo timo), cada vez que se me apetecía fumar, me encerraba en el baño, fumaba debajo del extractor (en el baño no había detector de humos) y al acabar rociaba con un espray de colonia y se acabó el olor a tabaco. La verdad es que siempre piensas que te van a coger, y te fumas el cigarro como un desesperado, hasta el punto que cuando acabas el cigarro, hasta el filtro quemaba.
María había bajado para comprar algo para cenar, y mira por donde, que jamás tengo hambre, y esa, ya noche, al verla comer me entra una canina. Me prepara un bocadillo de tortilla de patatas y cuando acabo con él, comía unas tortas de arroz con chocolate, cuando llega la enfermera y se pone echa una fiera. Que si no podía comer, que con la anestesia podía tener una vomitera que me volviera del revés y algo así como que ella no se hacía responsable de mí. Que yo sepa nadie me había advertido de eso.
Ni vomité ni hostias, sino que me sentó pero que muy bien.
Llega la hora de dormir. La verdad es que no tardé mucho en hacerlo, a pesar de temerle a la noche en los hospitales. Me desperté sobre las cuatro de la mañana con escozor en la uretra. Ya por la experiencia de la vez anterior se que se me ha acabado el liquido que a través de un gotero te van introduciendo en la vejiga y llamo a María. La verdad es que verla hecha un ovillo en el sillón, me hace pensar que soy un egoísta, que peor que yo lo está pasando ella. Me cambian la bolsa por otra llena, y hasta que la luz del día me despierta otra vez.
Empieza la rutina de los protocolos, toma de temperatura, te ponen otro gotero para el dolor (no tenia ninguno), cambio de ropa de cama y de esa cosa como una bata, desayuno de una especie de aguachirri (al parecer todavía no podía comer) y cuando se supone que estás listo, visita de la en este caso Uróloga, que me pregunta que como estoy. Le contesto que como dios, y me enrollo diciéndole que con la falta de camas que hay, debía echarme cuanto antes. Me contesta que hará lo posible para que me vaya mañana, y si hay algo que lo impida como mucho pasado.
Sigue el día con una comida ligera, visita de mis hijos, y a dios gracias a nadie le había dicho que me iban a operar y ninguna otra tuve. La vez anterior, que rabiaba cuando tenía que expulsar algún grumo de sangre (ingresé por una hematuria), las visitas no me faltaban fuera la hora que fuera.
Día siguiente. Esta vez viene el Urólogo, que conocía de la vez anterior, con una sonrisa en la cara de complicidad. Es que quieres irte ¿verdad? Siiiiiiiiiii, le contesto. Cuando acabe de hacer el recorrido te doy el alta.
Sobre las doce vuelve con un papelote que ni lo miro y al poco la enfermera a quitarme la sonda y la guía. Me dice que tengo que esperar hasta ver si puedo orinar sin la sonda, me inflo de agua y al momento estoy orinando.
Cuando vamos a despedirnos del personal, se me queda grabada la opinión de la enfermera: Tú que no has molestado nada te vas tan pronto, y los que son unos coñazos, no hay forma de echarlos. También sus quejas: Antes había varias enfermeras por guardia y ahora estaba ella sola y encima debido a las reformas en el hospital, en planta también estaban los enfermos de otorrinolaringología, los cuales también tenía que cuidar.
El médico me había advertido, que orinaría sangre, cosa normal, pero el resto del día y toda la noche que siguió, no era sangre, eran unos coágulos, que me veía de nuevo en urgencias.
Cuando esto escribo, orino normal y la moral la tengo bastante alta.
Se me olvidó decir que al otro día de la operación me pusieron la primera dosis de Mitomicina (quimioterapia), por lo que se me abreviará, y bastante, el tiempo que dura la misma.
Dicen que no hay dos sin tres, y espero que falle, porque lo único que me faltaba es que la próxima vez que vaya a que me hagan la cistoscopia, me detesten más tumores.
El Movimiento 15-M, Los indignados, Spanish Revolution o como narices se llame
Hace unos meses que escribí sobre la juventud española. No me entraba en la cabeza que con la que está cayendo no dieran señales de vida en contra del sistema.
Salta la liebre y hace unos días se concentran en la Plaza del Sol, en Madrid, y no solo han revolucionado al país entero sino que hemos sido portada en The New York Times; vamos que hemos situado a España en el mapa más que ninguna otra noticia. ¡Perdón y chapó por ellos!
No pensaba escribir sobre este tema hasta estar bien informado, pero ni lo estoy ni creo que ni yo ni nadie sepa ni cómo empezó ni cómo acabará. No es a mi solo, a los políticos les ha cogido en bragas y creo que a más de uno les ha provocado diarrea, y no digamos nada a los comentaristas políticos, que cada vez que uno da su opinión es contraria a la que dijo ayer.
Tengo la impresión que acabará como en la letra de la canción de Ismael Serrano Papá cuéntame otra vez.
Quedaran algunas frases hechas como aquella de la imaginación al poder del mayo del 68.
Por cierto me hubiera encantado estar en la manifestación pero en especial para fotografiar una por una, todas las pancartas con consignas y protestas, mas de una se hará famosa e incluso puede que se repita y sea el motivo de alguna canción. Curiosamente vi que en ellas se repetía mucho la palabra sistema y desde que empecé este blog, encabecé los gadgets precisamente con este:
Tambien el principal movimiento que ha dado lugar a estas concentraciones, ha sido Democracia real ¡YA! (Me pregunto si alguno de los manifestantes saben qué es esa cosa), y hace años que tengo esta entrada.
Como decía, he investigado como empezó. Las tres principales plataformas que han dado origen a este movimiento, han sido ¡Democracia real YA! de Carlos Paredes, No les votes de Enrique Dans y Juventud sin futuro de Fabio Cortese. Se unieron a través de las redes sociales y fraguaron El Movimiento 15-M. Hasta aquí, normal. Que tuviera el éxito que ha tenido, no se lo esperaban ni ellos. El descontento que hay, no solo en España, sino en la mayor parte de los países europeos es patente. Todos tenemos el estomago revuelto por lo que está haciendo con nosotros el sistema, así que a la juventud, se les fue uniendo los parados que en el caso de España es apabullante, los jubilados, los curiosos y todo quisqui. Ha sido la mecha.
Los partidos políticos, exceptuando IU que ha querido monopolizar el asunto, no han querido manifestarse por temor a que se les vuelva en contra, y el caso del PSOE (gobierno), aun habiéndola declarado ilegal La Junta Electoral Central, no se han atrevido a mandar a la policía ni de coña. También se sabe que este partido ha intentado arrimársela a su costado a base de mandar a la misma adláteres suyos (curioso que a pesar de que los organizadores trataron de evitarlo, los gritos que se escucharon fue contra de la derecha).
El mundo financiero ha salido estupendamente y ya vive como antes, mientras que los demás seguimos pagando las consecuencias. Esta reflexión del escritor José Luis Sampedro define ideológicamente al 15-M.
La organización, en la acampada de puta madre. O han sido asesorados por los sindicatos o si ha salido de ellos, puedo asegurar que están sobradamente preparados. Como han evitado que la acampada se haya convertido en un botellón y que se respeten las consignas, como no hacer propaganda electoral y que no haya altercados ha sido una pasada.
Lo último que se de ellos, es que han decidido estar una semana más.
Espero que saquen algo. Al menos a los políticos los han puesto colorados y si no ha sido así es porque no tienen vergüenza de ninguna clase.
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Cumpleaños de Sole y fecha de operación de mis tumores en la vejiga
Ya estamos con los dientes de sierra de la depresión. Llevo varios días que lo primero que hago al levantarme es tomarme la pastilla de la depresión. Pues bien aproximadamente a la media hora, normalmente acabando de desayunar, me llega la maldita ansiedad. A pesar de meterme la dosis de ansiolítico, la ansiedad me anula.
Ayer María se había llegado al pueblo y sabia que preferentemente a comprarle unos regalos a Sole por su cumpleaños. Había vuelto y Sole quería que fuéramos a comer a su casa, menos mal que María la convenció para ir por la tarde.
Llega la hora y allí nos desplazamos Jose, María y yo. Sole se pone a sacar la tarta y demás zarandajas en el interior de la casa, pero es Pedro el que dice de salirse fuera.
Se saca la tarta, María le da los regalos, una caja de bombones y un libro, y a apagar las velas, cosa que se hace casi imposible con el aire que corre. Al fin lo consigue. A comer tarta y Pedro quería que nos tomáramos un whisky especial que el tenia.
Rato de charla, voy a hacerle algunas fotos a la parva de gatillos que ha tenido la gata de Sole. También vemos el Mini que Pedro está restaurando.
En Costa Rica cada cierto tiempo escribía sobre personajes curiosos, pues bien, no hay que atravesar el Atlántico para encontrarlos, Pedro y Sole tienen una historia digna de escribirla. He estado tentado varias veces de hacerlo, pero donde mandan las neuronas, a joderse tocan. Algún día lo haré.
La verdad es que estos “actos de sociedad”, me sientan bien. También reconozco que por la tarde me encuentro mejor, quizás porque me voy atiborrando de ansiolíticos y sin ansiedad soy otro.
Esta mañana que María estaba preparándose para ir a Granada, suena el teléfono. Todo llega en esta vida y le acaban de comunicar el día en que me operan. El 26 a las ocho de la mañana tengo que estar en el hospital. Recibo la noticia con la máxima frialdad. La operación me importa bastante menos que este estado depresivo.
Llegará la calma.
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Un día en familia y la educación de los niños
La verdad es que no sé si fue porque mis neuronas quieren llevarme la contraria, y basta que escribiera la entrada anterior (debía ser bastante negativa porque María me regañó por ella), para que ayer me levantara hecho una prenda. Primera faena después de desayunar: limpiar con la máquina de presión el fondo de la piscina para su pintado. Paré al medio día para comer y después de mi sagrada siesta continué hasta acabarla. Pero no acabó aquí la cosa, junto con mi hijo lavé a los perros [olían a cabra muerta (nunca comprenderé la manía de los perros de restregarse con los malolientes cadáveres de todo bicho que encuentren)], y después baldeé el porche. Hubiera acabado el día contento a no ser por Jose que se empeño en darle un castigo ejemplar a Jorge por haberle tirado una piedra a un coche que pasaba por el camino. No conocía yo esta faceta de Jose. Los llantos se escuchaban en la Conchinchina. Uno empeñado en que el castigo se llevara a cabo y el otro aumentando los decibelios de sus berridos cada vez mas. Yo cada vez paso más de estas labores educativas. Que trabajen los padres.
Hoy aunque sabía de la visita de mi hermano Manolo, no terminaba de creérmela, pero hasta cierto punto temprano, aparece con David, su mujer y la hija de ambos. Nos sentamos en el porche, hablamos, en especial rememoramos pasajes de nuestra niñez, y muy bien. La verdad es que me hacía falta no solo hablar sino salir un poco de mi ascetismo.
Un poco más tarde aparece Eva que es la encargada de hacer las migas. Llegado este momento, se hacen dos grupos, el de las mujeres en la cocina, y la de los hombres, unos haciendo lo que le salía de los cojones, y otros viendo las carreras de motos (Si, ya lo sé, puro machismo).
A comer. Se pone la sartén en la mesa y los diferentes platos de acompañamiento. Cada uno se echa en su plato su ración y vamos comiendo. Se van perdiendo las tradiciones; toda la vida se han comido las migas en la sartén y los acompañamientos se han echado encima de las mismas.
Aunque se me ha jodido mi sacramental siesta, ha venido la sobremesa con mi café y la verdad es que ha sido muy agradable. Hemos hablado sobre lo divino y lo humano hasta que ha salido el tema de bin Laden (después miraré si en castellano es bin o ben.
Apostaría que es ben). Un hombre con los riñones jodidos que cada dos días tiene que hacerse la diálisis, es imposible que no estuviera localizado por la CIA. Manolo a favor de esta teoría y David en contra. No ha llegado la sangre al rio.
Un día muy agradable.
Llega la hora de irse. María que tiene que ir a Marbella a llevar a los niños, y de camino llevar a Eva a su casa (No sé de donde coño saca las fuerzas esta mujer. Un día le dará un infarto).
Por cierto, Manolo, aquí te pongo una imagen de la dichosa maquinita (como veras no se puede llevar en el bolsillo) y un enlace para que veas que no somos nosotros los únicos que pensamos así.
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El estallido de la primavera mitigado por mi depresión
Jamás cuando empecé este diario, creí que tendría que poner la etiqueta depresión. La utilicé, y mucho, en mi anterior blog. Pues bien, hoy es el día que la pongo en este. En realidad ya he hablado sobre ella, pero en aquel entonces, mi subconsciente se negaba a reconocerlo. Pensaba que el antidepresivo que me había mandado el que había sido mi brujo (psiquiatra) durante la anterior, en poco tiempo me pondría en orden de marcha, y puede que lo esté haciendo, pero no con la rapidez que desearía.
Hoy cosa rara, me encuentro solo. María ha ido a Marbella y Jose se ha ido con Dani a hacer espeleología. Tenía pensado limpiar con la máquina de presión el fondo de la piscina (es un decir, porque llevo tres días diciéndome que lo voy a hacer), para posteriormente pintarla, pero me he dicho: ¿y por qué no intentas escribir algo en el blog?, y aquí estoy. La verdad es que hace aproximadamente un mes que no lo hacía, y veo que lo último fué de un tema más bien para forzarme a hacerlo. Mira que la actualidad te da asuntos que en circunstancias normales, bien por el cabreo con que los recibo, bien porque me parecen interesantes, me faltaría tiempo para acercarme por este aparato y soltar mi opinión, pero no, aquello de mens sana in corpore sano (al revés), es la puta verdad.
Sé que el antidepresivo, aparte de reponer neuronas está ejerciendo cambios en las que tengo. Ahora el cansancio que me acompañaba desde casi que volví de Costa Rica, no es exactamente cansancio, es que me ha vuelto por sus fueros la ansiedad y esta maldita cosa, a pesar de estar tratándola, también te anula. Como decía en el escrito al que pongo el enlace: Sé que no hay dos depresiones iguales.
También sé que la futura operación de quistes en la vejiga no es lo que me preocupa, después de pensarlo mucho se perfectamente que lo que más me tiene jodido es el saber que después de la misma, tengo que estar un año amarrado al hospital para la dichosa prevención de que me salgan mas y vigilancia de la cicatrización de lo operado. Va para dos meses que me tiraron la moral completamente por los suelos, diciéndome que tendría que volver a operarme. Hace un mes que me comunicaron que estaba incluido en la lista de espera del servicio de urología. He pasado por pruebas de preoperatorio (análisis, electrocardiograma y rayos), pero nada se dé cuando me llamaran para operarme. Un año y vete a saber cuánto que no seré libre, que no podré hacer lo que me salga de las narices. Mí vuelta a Costa Rica, intento ni pensar en ella. También intento pensar en hacer algo que se me apetezca durante ese tiempo, pero por más que estrujo el cerebelo, no hay nada que se me apetezca en este dichoso país.
La suerte que tengo es que junto a mi tengo a María, pero por otro lado me jode el verla sufrir por mi apatía.
Volaremos.
Me asomo por la ventana y veo la catalpa florida. La verdad es que la primavera ha hecho estallar la vegetación. No estaré tan mal cuando aun observo estas cosas.
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