Entre perros y gatos. Hemos adoptado un gatillo


Creo que equivoqué el titulo de este blog, ahora tengo claro que tenía que haberse llamado mi zoológico o algo similar. Creo haber hablado de la , de los guarrillos que parió, de cómo fueron desapareciendo, de cómo crió la gata de Sole, de que cada uno parecía, por los colores, de un padre distinto, de que María, Alfredo y Rafa se enamoraron de uno canela, pero curiosamente es del mismo que le gustaba a la dueña, y coincidencias de la vida, la única condición que yo ponía para traernos uno, era que fuera macho, y las otras tres eran hembras.
Hace unos días aparece Sole con el canela en la mano, y dice que lo había pensado bien y que había decidido regalarnos el canela y aquí se queda.
También creo haber mencionado más de una vez a mis tres perros, Penca, Fideo y Kiko. Son verdaderos expertos en la caza de gatos. Unos vecinos tenían una manada de ellos y ya no queda ninguno. Antes, el mal olor, nos guiaba donde había alguno con la columna vertebral partida. Es ley de vida: Se llevan como los perros y los gatos.
Nada, hombre, que no pasa nada, me dicen, yo he tenido un gato y un perro y dormían juntos. La Penca es una matriarca a rajatabla y que en su terreno haya semejante enemigo no lo permite. Saco al pobre animalito junto a la piscina y mientras lo tenga en brazos aun lo aceptan, pero cuando hago el gesto de ponerlo en el suelo, a la Penca le desaparecen todos los síntomas de la Leishmaniosis, y salta como si de otro felino se tratara, a engullírselo.


Sigo con mis experimentos y hago una especie de jaula de tela metálica, meto el gatillo dentro, y lo pongo en el suelo. Esta vez no fue solo la Penca, sino que el Fideo tampoco quería perderse su festín. Los calmé y ahí dejé un buen rato al débil animalucho, pero dicha sea la verdad, los perros no le quitaban la vista de encima.
Difícil veo hermanarlos.
Yo que huyo de las obligaciones, me ha caído una buena, la cuasi imposible de hermanarlos y la de estar pendiente de la puerta. No se acuerdan de cerrarla y se pueden dar dos casos, que se salga el gato o que entren los perros buscando el fresco, cosa normal por estas fechas, y ni que decir tiene el encuentro entre estos ancestrales enemigos sería fatal, en especial para el más débil.
A María y a mí, el felinillo nos ha ganado, así que cada vez se complica más la cosa. Dentro de unos días el desenlace.


Entre col y col lechuga. Ahora comprendo a Sole cuando se desembarazo de él. Se enteró que alguien iba a abandonar a una gata blanca con su cria y ella los ha recogido. Lo dicho entre unos y otros, vamos a hacer un parque zoológico; o un refugio de animales.
He escuchado por ahí que ya lo han bautizado. Al parecer su nombre será dorao.
Y ya que estamos, por aquí también se vio el eclipse de luna. Mi maquina no es la más adecuada para sacar esa instantánea, pero aquí la dejo.


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1 comentario:

  1. Mi familia y otros animales, para el título, digo. No es mío, es de Gerald Durrel (y si no te lo has leído, te lo recomiendo, es genial para leer durante el verano).
    El economista camuflado, también. No tiene nada que ver pero el otro día, hablando de él, me acordé de ti y pensé en recomendártelo cuando se diera el caso, por ejemplo ahora.

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