Ya en su día escribí que me había cambiado la caldera eléctrica por una de pellet. Esto fue el 12 de septiembre, o sea que me gusta hacer las cosas con tiempo. Hablando de hacer las cosas con tiempo, a los dos o tres días busqué donde vendían pellet y fui a Las Gabias al sitio que me habían recomendado a ver precios y demás. El servicio era inmediato y me metían los sacos en el sitio que yo les dijera, pero mira por donde me llama el instalador de la caldera diciéndome que él iba a empezar el negocio de la venta de este combustible (A estos ahora le llaman emprendedores) y le dije que me trajera un palets. Me dio una fecha.
Ya he hablado más de una vez que soporto muy mal el frio y hace dos semanas que ando como las abejas en las flores, de estufa en estufa. No paré de llamarlo y me decía el martes que viene, el martes el sábado que viene y ayer lo llamo y le digo que lo voy a comprar en otro sitio. Me dice que me va traer unos sacos mientras le llega.
Ayer serían las cuatro de la tarde, a decir verdad estaba en plena siesta, me llega y trae cinco sacos. Me dice que el camión que tiene que traérselos, no para de engañarlo pero que el martes (El lunes creo que es fiesta) seguro que se lo traen (A muchos les falta trabajo y a otros le sobra) y que al primero que va a servir es a mí. Así sea.
La encendemos y como niño con zapatos nuevos. A las nueve estaba la casa con una temperatura estupenda. Ni estufa de la mesa de camilla ni nada. Estaba tan contento que creía que hasta la depresión me había volado.
La apague serían las diez o las once y esta mañana la casa no estaba tan fría como estos días atrás tan es así que ni la vuelto a encender hasta las cinco de la tarde y hoy no he encendido ninguna estufa. Ya llegará el frío de verdad y la tendré que tener las veinticuatro horas encendida.
Me admiro con que pequeñas cosas se puede ser feliz en esta vida. Sin querer me acuerdo de los que ahora padecen pobreza energética (Así le llaman los cabrones a los que les cortan la luz por falta de pago) y no pueden encender como antiguamente un puñetero bracero. Unos que no tienen ni para comer y otros como los accionistas (Y los políticos que se jubilan en las mismas) de la eléctricas forrándose.
Búsqueda en Google de: Pequeñas cosas que alegran la vida. Ya puse la calefacción