La verdad es que después de haberme recetado todo el Vademécum de antidepresivos [Escitalopran, Wellbutrin (Psiquiatra de Costa Rica y él), Pristiq, Certralina yNobritol] y ninguno haberme hecho efecto no es para tener mucha fe en él a pesar de que en mi depresión anterior le llamaba “mi brujo”, porque cada vez que iba a verlo me creía salir curado.
Como sigo sin reloj y sin smartphon, ayer llegué con más de un cuarto de hora de anticipación, y salí un cuarto de hora después de las ocho. Yo me encontraba a gusto hablando con él y no sé por qué me da la impresión de que también lo estaba.
Hay que reconocer que es muy listo, o conoce muy bien su profesión, porque puede que estemos hablando de fútbol y entre medias hace un inciso preguntándote algún detalle que se perfectamente relacionado con el estado de la depresión.
Otro de mis grandes problemas, como ya he mencionado más de una vez, es mi escepticismo a todo o casi todo, porque al final me dice que me va a mandar una medicina que me va a poner como un toro, le sonsaco y son unas píldoras de vitamina B1. Le digo que ya en Costa Rica ya me lo mando el neurólogo y que no me hizo efecto, a lo que él me contesta tómalo y dentro de una semana me llamas (Puede que en vez de una diaria, sean dos).
Pienso, y me digo que no tengo remedio. Dicen que el 50% del efecto positivo de una medicina, es que creas en ella.
Debía de ser el día del libro o algo parecido, porque al salir del aparcamiento vemos lo menos diez casetas y todas dedicadas a la venta de libros. Había tiempo (Según el reloj del coche) y que menos que echar un vistazo. Al final compro tres y entre ellos El Lazarillo de Tormes. Pienso que pasa igual que con el Quijote que todos los españoles saben de su existencia pero el 90%, y puede que me quede corto, no lo han leído, y mira por donde la noche anterior había acabado uno de una colección que tengo (Los cien mejores libros escritos en el siglo XX) y empiezo a leerlo. Me acuerdo de Costa Rica. Allí conseguir un libro era una aventura. Tenía que llegarme a San José o a Puntarenas para comprar alguno. Una vez me quedé en seco y alguien me consiguió todos los escritos por Paulo Coelho. Los leí casi todos y anoche me pregunté ¿El por qué tanto éxito? Nada tiene que ver la literatura de este escritor con la del Quijote o con la del citado Lazarillo de Tormes (LA VIDA DE LAZARILLO DE TORMES Y DE SUS FORTUNAS Y ADVERSIDADES) a pesar de ser de autor anónimo.
En fin... Esperemos que me hagan efecto las pastillas de Arcalion. Por cierto al igual que el antidepresivo que me estoy tomando, tampoco lo paga la Seguridad Social, y coincide con lo que pienso: Para nuestros gobernantes la depresión y los suicidios que acarrea, no existe.
Búsqueda en Google de: Otra vez al Psiquiatra. Feria de libro y el Lazarillo de Tormes
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