La peligrosa locura de Javier el loco

¿Le mordería a Javier?

Es curioso que de un personaje como Javier, al que tanto he mencionado desde que me encuentro en este pueblo (fue con la primera persona que hablé cuando en él decidí asentarme), no sepa aun su historia, y digo que es
curioso porque de la mayoría de sus habitantes la sé, pero en su caso, hay lagunas que me impiden cerrar el circulo.
La crisis y sus locuras, han hecho que se encuentre sumergido en un pozo del que veo muy difícil que salga.
La historia que me contó, de que su mujer tuvo que llevarse a su hijo para que lo curaran en Guatemala, de donde es natural ella, no me parecía verosímil, pero si sabia de los envíos de dinero que le hacia y casi siempre con el mismo pretexto, la enfermedad de su hijo (mas de una vez hablé con ella). Tuvo que hipotecar la casa en una cantidad que difícilmente podrá recuperar.
Pasa el tiempo y lo de la enfermedad no era muy creíble, por lo que los envíos de dinero, ya eran para comprarle zapatos, uniformes para la escuela, y por que no, otra enfermedad nueva del niño o de la mujer.
Desde que lo conozco, sus ingresos por la venta de abalorios en el hotel, solo tenían dos posibles caminos, los gastos fijos [hipoteca, teléfono (no le puede faltar porque casi todos los días tiene que hablar con sus seres queridos) electricidad, agua y patente (permiso para la venta), y no menciono comida porque nadie se explica de que se alimenta] y envíos a Guatemala. Llega la crisis y sus ventas, y por tanto sus ingresos, disminuyen. Los envíos a Guatemala no los perdona, por lo que va dejando de pagar los gastos fijos. Cortes de luz, avisos de que o paga la hipoteca o lo embargan, se recupera, pasa el punto álgido del turismo en este país, y llega la cuesta abajo.
Lo que tenia que pasar pasó. Javier de nunca ha estado bien visto en el hotel, y periódicamente tratan de hacerle la vida imposible. La policía lo encuentra sin los pagos de la patente y por tanto sin validez, por lo que lo echan. Podía haberla pagado; Cartago que dormía en su casa (seria otra historia), le da el dinero suficiente para hacerlo, pero el tiene que mandar a la maldita Guatemala; no lo duda y hace esto último. Sigue sin poder vender y sin dinero. Su mente no para de darle vueltas y se le ocurre que en Atenas, su ciudad natal, su padre quería sembrar unos plátanos (que no bananos) y allí se dirige. En Costa Rica no hay hijos para padres, ni padres para hijos, por lo que no le perdona a su progenitor el esfuerzo de su trabajo.
De esta paga la patente, me digo. Me equivoqué garrafalmente. Pudo más Guatemala.
Hace intentos de ir al hotel, pero lo han calado. Nuevamente la policía lo manda al carajo y esta vez con cajas destempladas.
No tiene salida, me sigo diciendo. Para colmo Cartago, que ha vuelto a su antigua trabajo con un gringo, abandona la casa, por lo que su único ingreso también lo abandona (Cartago por aguantar, hasta le había pagado la electricidad y el agua de las que hubiera carecido tambien él).
A estas alturas no se ni de que come.
La locura de Javier va en aumento, incluso creo se esta volviendo peligroso, al menos para si mismo (baila delante de la gente para llamar la atención).
No soy el único del lugar que esta observando a Javier, por lo que se van comentando cosas. Las escucho y ato cabos. Creo que la historia de la enfermedad del hijo por la que se fue María (india maya), no es cierta. María no podía soportar a Javier. No la dejaba que se mezclara con la gente, incluso la compra en el Súper, la hacia él. Son mas las cosas que me cuentan de por qué María no sufría a Javier.
María jamás volverá con Javier.
Hay un hecho evidente, últimamente para nada menciona la enfermedad de su hijo, motivo por la que según él lo dejo.
Con Javier no se puede hablar de este tema. Es tabú.
Dos cosas me tienen intrigado: la primera es el por qué Javier tiene entre todas sus prioridades mandar ese dinero y la segunda el por qué María a sabiendas de que no va a volver, sigue sacándole hasta la cerilla de los oídos.
De la primera creo saber la razón: Javier espera que de esta forma alguna vez vuelvan su hijo y su mujer. Otro dato curioso del que me he enterado en estos días es que Javier no puede ir a Guatemala por carecer de pasaporte (Costa Rica es el único país de Centroamérica que no permite la libre circulación de personas) y él no se lo quiere sacar no se por que extraña locura (otra mas). De la segunda, no quiero creer que lo crematístico sea el único motivo.
A Javier el único recurso que le queda soy yo, los dos lo sabemos, pero aplicando la teoría de mi amiga Helena con los drogadictos, de que hay que dejarlos que se hundan del todo antes de ayudarles, no lo he hecho, aunque no se las consecuencias que puede tener para uno o para otro. Últimamente sus locuras se escapan de las que en él serian normales, y esta noche lo he visto, si no agresivo, si diciendo estupideces que no venían a cuento.
Continuaré.

El no haber escrito antes, no es ni por falta de temas, valga como ejemplo el cómo he sido meado por un mono congo y los motivos por los que el mono me meó, ni por ganas de hacerlo, sino porque mi nube, ya casi de colores, me tiene en otra.

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