El otro que no soportaba es a las tórtolas, precisamente por su canto, que más que tal será el sonido que hacían para llamar a la hembra y aparearse. Habrá terminado la época de celo y como he dicho han dejado de emitir ese estúpido sonido.
Me estoy yendo del tema por el que me he decidido escribir: La mosca y no precisamente la cojonera, sino la mosca común, esa que aburre al más santo con sus picaduras y con dar el coñazo por más que las espantes a manotazos.
No paraba de comentarles a las pocas personas con las que me trato, que me extrañaba que estando a mitad de agosto, como aquel que dice al final del verano, no veía ni una. También me extrañaba no ver las avispas que revoloteaban cerca de las escaleras de la piscina y había que meterse con cuidado de no molestarlas o te tirabas de cabeza si no querías que te hincaran su puñetero aguijón. ¡Bien!, estas últimas siguen sin aparecer debido a algún fenómeno extraño y no al que yo digo y que es que vivo tan alejado del mundo que ni llegan, pero las moscas han aparecido de golpe y vienen con una mala hostia que no hay insecticida que las pare.
Sigo utilizando el dejar la habitación a oscuras y abrir y cerrar una ventana para que al ver la luz se vayan (Lo aprendí de pequeño en Guardajamar) y con los moscardones me da un resultado excelente pero con estas putas moscas nada. Pensaran que me vaya yo.
Mi pesar por los que han muerto en Las Ramblas de Barcelona a manos de unos cafres (nada que ver con los de la Cafrería) así como por sus familiares.
Búsqueda en Google de: De bichos: Mochuelos, tórtolas avispas y moscas, no cojoneras, sino comunes
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