Ya en su día, escribí mis primeras relaciones con la supuesta embajada de España en Costa Rica.
El pasado día veintiséis, me llegue a San José a presentar unos documentos, que en teoría y según mi abogado/notario costarricense, se resolvían en unos minutos.
Entrada en la embajada, donde poco les falto para ponerme en pelotas; me dije, no pasa nada, es normal, como no me he cortado el pelo desde que llegue de España y encima tengo barba, me han confundido con Osama; sí, el Ben Laden.
Señorica que me atiende, costarricense ella como debe ser en una embajada española y a la cual se le ha contagiado la malafollá de los pocos españoles que en ella existen.
Primera sorpresa, me dice que me saldrá más barato que me busque a un notario fuera de la embajada, que pasarlos por uno allí, y van dos. Efectivamente, hago mis cálculos y por lo que ellos me cobraban 280.000 colones, fuera me lo hacen por 50.000. Le pregunto si han privatizado el servicio que prestan, no entiende mi indirecta, a lo que le digo que si en vez de ser un servicio a los ciudadanos españoles se ha convertido en un negocio. Aumenta su cara de desprecio hacia mí.
Pasa por allí, otro personaje, y me pregunta: español ¿no?... ¿Como le va? Mi ira estaba a tope así que con él la descargo. ¡Fataaaal! Entre otras cosas les recuerdo que ellos están cobrando un sueldo gracias a los impuestos que he pagado en mi dilatada vida. Me responde que seguro el embajador no esta informado de esto y que él se lo comunicara, al día siguiente, me dice que esta forma de actuar son órdenes de Madrid, suponiendo que con eso me iba a contentar. La verdad es que cambiaron a la señorica de ayer y la de hoy me atiende con exquisita amabilidad, pero eso no quita para que la de ayer, me mandara al Ministerio de Asuntos Exteriores de Costa Rica, sin avisarme que antes tenia que pasar por la Dirección Nacional de Notariado, así que tiempo perdido en una gran cola, llegando a este ultimo a la hora de cierre donde me dijeron que ninguno de los documentos que llevaba reunían los requisitos necesarios. ¿Esto no me lo podían haber dicho ellos evitando que tuviera que estar tres días en San José, con el consiguiente gasto de hotel comidas y demás gabelas?
Siempre he dicho que soñar es bonito, y que no se el por qué me había imaginado a las embajadas desviviéndose por facilitarle la vida a los pobres españoles que por el extranjero andan.
Españolito de a pie, solo te deseo si decides salir de España que no tengas que recurrir a ellas.
Es curioso lo bonito que te lo ponen en la pagina web de mi Ministerio de de Asuntos Exteriores y demás hierbas. Para atender a nuestros compatriotas en el extranjero… (Lejos de España me ha emocionado lo de compatriotas). Prestarle servicios de Registro Civil, NOTARIALES, de legalización de documentos, o de remisión de comunicaciones e instancias a organismos españoles. ¡Puta mentira!
No soy solo el que se queja.
Búsqueda en Google de: Embajada española en Costa Rica… ¡Que desastre!
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