Estos monos son los congos. Hay otras muchas especies
Me impongo obligaciones, creo que estúpidas, que no se cuantas veces me he dicho de mandarlas a freír espárragos, pero nunca veo el día adecuado para hacerlo: Tomar las temperaturas, numero de visitantes del blog, escribir mi diario (¿Cuántas veces he pensado: mañana los quemo todos?) y otras. Esto viene a cuento de que llevamos dos días amaneciendo a -8º C. Al parecer se ha ido la ola de frio siberiano, con la que tanto nos han machacado las televisiones, en la que por aquí estuvimos rondando los 0º, por lo que supongo que esta debe de ser una ola de frio sahariano (cosas del cambio climático). También tomo las de Puntarenas y andan por 27 (a las dos de la mañana allí) .
No soporto el frio. Debe de ir en mis genes. Me acobarda, por mucha ropa de abrigo que me ponga. Por mucho que me ofrecieran, jamás me iría a vivir a Finlandia.
Cosa extraña, están haciendo unos días esplendidos de sol, pero aun así, alas doce de la mañana aun estamos a 0º.
El día ocho fui a revisión al hospital, al departamento de urología. Antes de que el medico empezara a preguntarme, le dije que me encontraba como un reloj y que si no tenia inconveniente me hiciera un historial de todas mis estancias en el hospital por si me hacia falta en Costa Rica.
¿Es que te vas a Costa Rica?
Si tengo residencia allí.
Supongo que en aquel país te harán más revisiones.
Por supuesto (ni aunque pueda me las haré más, si me sale otro tumor, que vuelvan a operármelo).
También después de incontables peripecias, he conseguido el DNI electrónico, o sea que solo me faltaría que me viera el traumatólogo después de hacerme la resonancia magnética de la zona lumbar, pero en mi mente, tenían que avisar para ir mañana para que al final vaya. En definitiva que me joderé y seguiré con mis dichosos lumbagos, porque lo que es operarme no pienso hacerlo.
Mi hija me ha preparado una maleta, con todas las cosas que me tengo que llevar. Ella se ha empeñado, porque el equipaje en el que yo pensaba cabía perfectamente en una mochila.
Resumiendo, estoy preparado para dar el salto al charco, pero no veo el día que me decidiré a hacerlo. Como he dicho, el frio me tiene acobardado, pero hay otra cosa que me preocupa más: Estoy pasando una racha de ansiedad que no es normal. Puede que sea que me estén aflorando los males pasados o mis dudas de si en Costa Rica volveré a ser el que allí fui. Están todos mis amigos/as, pero me va a faltar una persona con la que había hecho muchos proyectos.
También en cuanto llegue tendré que resolver varios asuntos urgentes: Renovación de residencia, pasarle la RTV (así se llama allí) al carro y algunas cosas más. Puñeteras las ganas que tengo de hacerlas. Sigo con mi apatía. Me falta tiempo para que me desaparezca.
Tengo muchas esperanzas puestas en Vanessa. Sé que me ayudará en lo que me haga falta. Por lo pronto ya me tiene preparadas dos residencias, una en Tambor y otra en Cóbano, para que elija donde me encuentre mas a gusto.
Aunque la piltrafa humana que he estado hecho, va quedando atrás, posiblemente me lleve de acompañante a mi hijo y si nada de lo que espero me sale bien me volveré, cosa esta que seria muy rara puesto que no me veo acabar el fin de mis días en este puñetero país. Antes aun podía decir que tenia algún amigo, pero no se por qué causas han desaparecido.
Búsqueda en Google de: Proyectos de mí vuelta a Costa Rica
¡Buen viaje! Los demás estamos ansiosos por volver a ver esos espectaculares atardeceres a través de tus ojos y tu cámara.
ResponderEliminar