Levántate y anda, me están diciendo mis neuronas


Es jodido que el mal de otros sea la cura del tuyo, pero como ya he dicho las neuronas trabajan por libre, unas veces para mal y otras para bien, y no le lleves la contraria.
Hace un par de entradas conté como fui al médico de cabecera y a ver a mi hermano Manolo que habían ingresado en el hospital como consecuencia de un ictus. Como resultado de estas dos visitas, las otra vez citadas neuronas empezaron a coser (Hay que reconocer que Susana Díaz se lució con esta palabrita) etapas de mi vida y he sacado consecuencias. Si son acertadas o no, no estoy seguro pero creo que las dichosas partículas de nuestro cuerpo esta vez llevan razón.
Yo tuve otro ictus, diferente del de mi hermano pero ictus, solo que el mío fue en Nicaragua (Todo lo relacionado con mi ictus y el de mi hermano lo puedes ver aquí).
Lo que me paso allí, recordándolo en la distancia, fue de cachondeo, pero ahora parece que no lo fue tanto.
Se me trabo la lengua y todo parecía ser como consecuencia de haber comido el día antes hormigas crudas y el médico me puso una inyección para la alergia a estos pobres bichos.
Lo que yo entendía, como consecuencias del ictus, era que una parte del cuerpo (Derecha o izquierda) se quedaba sin movimiento y normalmente es un fisioterapeuta el que te hace recuperar la movilidad, pero no, lo mío fue un trabalenguas y el de mi hermano es que no guarda el equilibrio (Tiende a caerse hacia adelante o hacia atrás), pero a raíz de lo último pasado he buscado y he encontrado paginas como esta y de ella puedo entresacar entre otras:
Fatiga
Depresión
Ansiedad
Alteración de la memoria
Vestirse. No es que no pueda vestirme, es que solo pensarlo me entra un flojera de narices.
Según me dice mi hermano él tuvo conatos de mareo antes del definitivo, y yo tenía la fatiga antes del trabalenguas.
Por otra parte hoy en día los médicos cuando vas a verlos no te miran a ti, miran a la pantalla del ordenador y tú no tienes otra cosa que lo que allí aparece y claro, mi ictus fue en Nicaragua por lo que en la Sanidad española no aparece.
En primer lugar, tengo que reordenar mis pensamientos y asumir que lo que tengo, lo más probable es que sea para el resto de mis días, porque no creo que haya fisioterapeutas que quiten la fatiga.
Ahora me viene también a la cabeza las dos cosas que me dijo el médico de cabecera: “no hay enfermedades sino enfermos”y las enfermedades dependen de la personalidad del enfermo
Lo que más trabajo me va a costar quitar de mi mente es la intolerancia al frio y hay veces que pienso, no sé si en serio, irme otra vez a Costa Rica, total que mas da morirse en un sitio o en otro.
Con todo no dejo de asombrarme del poder de la mente.

Otrosí: También es verdad que cuando yo tenía veinte años, una persona que tuviese cincuenta años, para mi era un viejo.


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