Hablar de Panceta, sin mencionar a Sole y por qué no de Pedro, no tendría sentido. En mi anterior blog y dentro de él en mi estancia en Costa Rica, escribí sobre una serie de personajes, que se escapaban de lo que para mi eran individuos atípicos, pero otra vez y sin pretenderlo tengo que recurrir a Paulo Coelho y a su frase Buscas un tesoro lejos de tu hogar y cuando vuelves te das cuenta que lo tenias en él.
No pretendo precisamente escribir sobre Sole y Pedro, aunque tengo in mente hacerlo sobre ella (estoy atando puntos), y considero que mas difícil será hacerlo sobre Pedro.
Hoy solo voy a dar a conocer cómo se va deshaciendo la familia de cerdos vietnamitas.
No sé exactamente como llega a manos de Sole, Panceta, la hembra. Viendo que sola se encontraba triste se hizo con un macho que le hiciera compañía. Le advertían que eran muy jóvenes para procrear, pero cuando se dieron cuenta panceta tenía una barriga que le arrastraba por el suelo. Hasta que parió, existió la duda de que estuviera embarazada, pero una noche, Pedro (Sole no estaba), tuvo que deshacer la cochinera para poder atender al parto. Seis cochinillos vinieron al mundo.
Existía peligro de que bien en sus movimientos aplastara a alguno (también decían que al ser primeriza los podía matar) y los trasladaron a un chamizo que utilizaban para guardar los aperos.
Cama para la marrana, una caja para las crías y otro catre para Sole que estuvo durmiendo con ellos, trasladándolos a las ubres de la madre cada vez que con sus lamentos le indicaban que tenían hambre.
Fueron seis elementos los que nacieron que no está mal para ser primeriza. Como en toda prole nace el fuerte y el débil, este último cada vez se iba quedando mas encanijado, por lo que optaron por llevarlo al veterinario. Murió.
Sole no está sobrada de dinero, su escasez de dinero agobia, por lo que me toco a mí poner unos anuncios en internet poniéndolos a la venta. Ya le han comprado dos, y ayer tuve que repetir anuncios.
Cuando nacieron se veían como criaturas débiles e indefensas, pero en un par de semanas, ya eran cochinillos que campeaban con su madre, hocicando en la tierra como si de adultos se trataran.
A partir de aquí la variación de tamaño, al menos a mi me parece más lenta.
Simplemente quería dejar constancia de unos animales extraños en este país, que la gente en sus excentricidades los adopta como animales de compañía. No me imagino a semejante animal viviendo en un piso, pero que le vamos a hacer, así esta la sociedad actual.
Búsqueda en Google de: Los guarrillos de Panceta (la cerda vietnamita) se están desmembrando