Ahora si que sí
Me faltaba el paso definitivo, comprar los billetes del avión, pero no me decidía. Yo y mis miedos estúpidos, pero en un momento de neuronas cruzadas, decido ir al aeropuerto y sacármelos allí directamente. No me fio de reservarlos por internet ni quiero que me timen en una agencia de viajes.
Ley de perroverde al canto y oficinas de Iberia cerradas. Allí había un teléfono, y hablo con la central: ¿Tan mal va la reducción de personal que hasta las oficinas las han cerrado?
Espere un momento que consulto
Música para que no pierda los nervios y cuando me habla de nuevo me dice que tienen que estar abiertas.
Pues ya he debido perder la cabeza del todo, porque yo las veo cerradas.
Pregunto por allí y me dicen que hoy es su día de descanso.
Volveré, me digo.
La decisión estaba tomada y aprovechando un pretexto bajo a Motril a despedirme de mis hermanos y de otras personas a las que tengo mucho afecto.
Ya con uno de mis hermanos decidimos ir a ver al otro. Ni estaba él ni mi sobrino, hablo con mi cuñada y me dice que mi hermano ha estado toda la noche vomitando y con diarrea y que el hijo esta en el Hospital porque esta mañana confundía el peluche de su hija con una naranja. ¡Cosas mas extrañas! ¿En que mundo estoy?
La verdad es que aunque me preguntan a nadie le doy certeza de cuando me voy a Costa Rica.
Quería sacar mi parte cachonda, pero la puta verdad es que no me salía.
Vuelta a mí casa.
Día siguiente nuevamente al aeropuerto. Al fin tengo los billetes (mi hijo también se viene conmigo). A la vuelta dice de ir a ver a David, mi sobrino. Le ha dado otro derrame cerebral con tres coágulos diferentes. Al principio creo que el habla no le iba muy bien, pero cuando yo lo veo esta de puta madre. Mueve todo el cuerpo bien y habla por los codos. Treinta y pocos de años, no fuma, no bebe y un deportista consumado (quizás demasiado). Comprobado, le toca al que le toca.
El sábado nos reunimos todos mis hijos y todos mis nietos. Barbacoa y aunque todos sabemos que es una despedida, nadie habla del tema.
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Ictus cerebral. El blog de las desgracias
Vuelvo a decir que este blog tenía que haberlo cerrado, pero hay cosas en el que aun quiero tener presentes (aunque no me hace ningún bien, de vez en cuando recurro a alguno de los escritos), lo contrario me parecería ir en contra de mis principios.
Anoche recibo noticias de Kiko. Aunque no lo creas eras una de las personas que había borrado de mi mente. Yo y mi dichoso muro.
En primer lugar te diré lo que has sido para mí: Te conozco digamos desde muy pequeño. Para mi eras más que un hermano; los que nos conocen saben muy bien que cada vez que bajaba a nuestro pueblo, nos dabamos un par de besos, cosa que no hacia con mis hermanos carnales.
¿Cómo eras? Te recuerdo como apocado, de poca resolución y ánimo. Es curioso, a mi me gustaría ser así y estoy convencido de que los que son como tu, lo saben y viven a gusto en esa forma de ser. Cuando había un problema de grupo en el que tú estabas implicado, de antemano todo el mundo daba por supuesto que había que dejarte aparte para resolverlo. Esta forma de ser debe de ir en los genes. A este tipo de personas, como tú, se le perdonan cosas que a otras no se lo harían, como que te de plantón en una cita, que no hayas hecho un encargo que aseguraste que harías y cosas por el estilo; siempre hay quien dicía: ¡Kiko es así!, pero en realidad ahora te recuerdo como una buena persona.
Problemas familiares que ahora no vienen al caso, te alejaron de mí. Hubo personas, más bien de tu familia, que intentaron volver a unirnos, pero en la descripción que he hecho de ti, te suponía complicarte la vida y repito que huías de esas cosas.
Estoy en un desierto pero con los medios que hay ahora, a los desiertos también llegan las noticias. Te habían traído en una UVI móvil hasta un hospital de la capital, y sabiendo que en nuestro pueblo también hay uno, la cosa debía ser grave. Un ictus, fue lo primero que me dijeron.
Llamé a una de tus hermanas y la cosa no me la puso muy bien. La verdad es que me quedé con el cuerpo cortado.
Esta mañana lo primero que he hecho es buscar noticias tuyas, y sé que a las ocho de la mañana, estabas consciente, pero me dicen que te están disolviendo el derrame cerebral y que te ha afectado a la mitad del cerebro.
Como siempre me gusta saber el porqué de las cosas y llevo parte de la mañana informándome de que va la cosa. La verdad sea dicha es que cuanto mas leo, peor veo la cosa. Las secuelas pueden ser bastante jodidas.
Siempre he dicho que me gustaría morir con la mente lúcida, por lo que seria lo ultimo que desearía que me pasara.
Dentro de la gravedad, te aseguro que te deseo lo mejor.
Así éramos
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