Vivir aislado de las noticias sin morir en el intento


Creo que este blog, lo contrario que ocurrió con el anterior, no lo sigue ni dios, y también es verdad que yo hago lo posible para que así sea, incluso he quitado de los gadgets de la derecha la relación y acceso de todo lo en él escrito, así como las etiquetas, por eso la mayoría de los que acceden a él dirán que “vivo en un mundo feliz”, puesto que verán cómo son las playas por esta parte del mundo, las cabalgatas de caballos y algunas chorradas mas. Si alguien leyera lo que escribía,hace sobre un año, vería que mi mundo no era tan feliz. O tan estúpido.
También es verdad que de vez en cuando intercalo un “no quiero filosofar”.
El porqué mantengo este blog abierto, es otra cuestión que no me entretengo ahora en explicar.
Aunque quisiera vivir en una burbuja, el mundo de hoy está tan globalizado, que en este país, en teoría el más feliz del mundo, es imposible escapar a las noticias. A las malas noticias. Y eso que no veo la televisión ni siquiera para saber cómo va el real Madrid, o el Barcelona (puede escamarseme alguien).
Últimamente son pocos los que llegan a mi mesa, a la tertulia. La pesca va mal y no hay mucho dinero para acercarse por el super o por Los Gitanos, pero ayer fue Rigo el que me dijo que habían dicho en la televisión que el paro en España ha vuelto a aumentar.
¿Quién no echa un vistazo a ver cómo va la cosa?
Uno de cada cuatro trabajadores está en el paro, es lo primero que me encuentro.
Merkel augura "cinco años o más" de austeridad para superar la crisis.
Pero en especial en España lo que pone los pelos de punta es ver el grafico que encabeza este escrito. No se invierte tan fácil la tendencia del mismo, o sea que al menos para mí, lo peor está por llegar.
Es cierto que vivíamos por encima de nuestras posibilidades. Aun recuerdo cuando yo moraba en un bloque de pisos (¡Que cosas he vivido!) y a alguien se le ocurría cambiar los azulejos de la cocina, o del cuarto de baño, porque los que había estaban fuera de moda, las obras duraban meses y meses, porque yo no iba a ser menos que el vecino/a, y se terminaban cambiando en las cien cocinas del bloque. Bajabas a la cochera y veías que el vecino tenía en la suya un BMW, y al año todo el garaje estaba lleno de vehículos similares. Alguien me dijo en el banco que tenia domiciliada mi nómina, que yo era un héroe con tener algún dinero ahorrado, que todos los que la tenían, vivían con un mes de adelanto gastado.
También es cierto que por encima de sus posibilidades vivían los gringos y los alemanes y algo de esperanza pueden tener.
¿Soluciones? Ya hay quien las da. Si te has entretenido en ver el enlace, el fulano que habla, empieza diciendo que estamos en un país de chorizos y continúa con que el pueblo tiene que decir basta, pero lo que nadie dice es que con 15- Emes no se va a ningún lado (los políticos aguantan eso y cien veces más), que la solución está en una herramienta que no es precisamente de cacería, y que se utiliza mucho en el sudoeste de Asia (no quiero tener a la red Echelon o Carnivore detrás de mí por citar el nombre del famoso fusil), o de las que han utilizado en Túnez, Egipto o Siria que no se cuales son.
Cambiando un poco, para ser el país más feliz del mundo, no hace falta que su población sea de buenos lectores, porque creo haber escrito por aquí, que en todo el sur de la Península de Nicoya, no hay una puta librería y hasta mañana que alguien va a San José y me traerá algún libro, tengo que estar releyendo los de la estantería, y le ha tocado el turno a El ecologista escéptico, y en el leo cosa como las siguientes (no copio literalmente):
Durante los millones de años que los humanos llevamos sobre la tierra, la esperanza de vida ha estado entre 20 y 30 años. En el siglo XX, ha sido de 67 y va en aumento.
Antes moría un recién nacido de cada dos, ahora uno de cada veinte.
Nuestro aliento ya no apesta por culpa de una dentadura podrida.
No tenemos ulceras infectadas.
Tenemos más alimentos que nunca, no tenemos que coger un AK- 47 (Al final lo dije) para cazar mamuts, aunque al paso que vamos puede que pronto sí.
A lo largo de los últimos cincuenta años hemos pasado a ser el triple de ricos (Parece se ha invertido la tendencia).
El número de personas hambrientas ha descendido del 35% al 12 (en los últimos cincuenta años).
Tenemos agua potable en el grifo
Las que siguen son de mi cosecha:
Tenemos luz eléctrica, carreteras asfaltadas (por aquí no tantas), televisión, radio, y el mayor invento, el celular, también llamado teléfono móvil, Smartphone o como narices le digan en cada sitio.El acceso a la banda ancha según este gráfico. Esto no nos lo quita ni Aznar que volviera.
Vemos que hay razones para ser optimistas, pensemos en cuantas de etas cosas no tenían nuestros abuelos, pero también opino que podríamos prescindir de muchísimas cosas. Alguien me razonará: si no se compran zapatillas Adidas o Nike, cerraran la fábricas y habrá más paro y puede que lleve razón, pero me pregunto: ¿De verdad teniendo agua en el grifo y jabón, necesitamos tanto desodorante y tanto perfume?
Puede que haya llegado a un momento de mi vida en el que pase de demasiadas cosas, pero estoy completamente seguro que el ser más o menos feliz no dependerá de ellas.
Hay que perder el miedo a vivir otras realidades, porque hay otra de la que no se habla. Curiosamente también fue en mi mesa de tertulia cuando me dieron la noticia de que alguien en España se había suicidado porque lo iban a echar de su vivienda. El suicidio, curiosamente llamado defunción por causa externa. Que poco se habla de él, y yo mucho el tiempo que lo mencioné en mi anterior blog.

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Playas entre Tambor de Puntarenas y la de Quizales


Pasó la cabalgata, la noche fue larga en Los Gitanos, así que el domingo por la mañana, Tambor estaba más bien muerto. Aunque los usos y costumbres de la gente, quieras o no te influyen, una de las cosa que creo estoy dejando atrás es o de los domingos. Tengo bastante claro que para mí todos los días son domingos. También es verdad que tampoco veo la televisión, a pesar de tenerla, otro de los trastos que te guían en tu vida (hora de acostarte, hora de comer y mas).
Alguien me dijo de ir a tomar el sol a la playa, cosa extrañísima entre la gente de por aquí, que incluso se bañan con la camiseta puesta para que no les dé el sol. Bueno extrañísimo también es que alguien vaya a la playa a bañarse, se va a ella de comilona y con una buena nevera con cervezas. Lo dicho, me dicen de ir a la playa pero a la que me dicen, pienso que no es la adecuada. Se me pasó por la cabeza llevarme las gafas y las aletas y sabia que estaría turbia, así que les dije de ir a otra, en que la ultima vez tuvimos que dejar el carro porque el riachuelo que había que pasar estaba lleno de palos. Esta vez me fijo mejor y veo que no ha sido la naturaleza la que los ha puesto allí, sino que habrá sido el dueño de todos los terrenos que dan a la playa. No sé de quienes son, pero lo tiene todo aparcelado con alambre de espino. Por supuesto que será de algún extranjero (siempre he dicho gringos pero me estoy dando cuenta que hay también muchos canadienses y europeos) que en su día será supermillonario, o más bien ya lo es.
En vez de explorar los fondos marinos, me dio por explorar caminos que hacía tiempo que no los veía, a pesar de saber que los recuerdos acudirían a mí.
Que al camino le hubieran puesto troncos, hasta cierto punto ha estado bien, se ve perfectamente que los toures de cuadras han dejado de pasar por aquí, uno de los lugares favoritos para los que se dedican a ellos. Llegué hasta una playa que esta vez sí que ha sido la naturaleza la que ha puesto dificultades al paso de vehículos e iba pensando en ver si se podía hacer el camino hasta el arbolito en carro, por lo que seguí un camino que supuestamente daría la vuelta al obstáculo. La maleza iba en aumento y no llevaba puestas los figuerillos (tipo de botas con su historia) y si hay algo a lo que tengo miedo es a las serpientes después de haber visto tan cerca una coral. Me volví. Volví despacio, saboreando el paisaje, el ruido de las olas y pensando que la vida sigue.


Entre Tambor de Puntarenas y Playa Quizales, si miras en el mapa, no veras ninguna playa, pero si las hay.


Veníamos de vuelta y vimos esta pareja de congos. Normalmente forman manada, aquí andaba una pareja sola; también normalmente andan por los arboles y estos andaban por el cableado telefónico. Puede que lo que quisieran es atravesar la carretera, cosa que para ellos es un verdadero problema.

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