Españoles en Tambor de Puntarenas
Para mi es noticia. Desde la primera vez que llegue a este país solo he hablado dos veces con españoles, la primera con unos chavales que venían buscando información de Jart y la segunda fue ayer.
No es normal que la gente que viene al hotel Barceló, sean de la nacionalidad que sean, crucen el Rio Pánica y lleguen al pueblo. Bien, estos lo hicieron dos días seguidos.
En este caso, no voy a poner ni lo que hablamos, ni datos de su vida, simplemente, sé que acercaran por aquí y quiero saludarlos.
Si lo necesitáis, ya veré la forma de mandaros mi correo.
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Del gato que estuvo a punto de morir, al garrobo que murió en sus fauces
Observo que entra el gato con algo en la boca y se mete bajo la cama. Miramos y llevaba un garrobo. Retiramos la cama y conseguimos que el gato lo suelte. Con una escoba le empujo hasta fuera. Me retiro esperando que deje de hacerse el muerto, pero el gato vuelve a aparecer a toda velocidad la vuelve a coger y desaparece entre unos arbustos. Cuando consigo acercarme escucho una especie de crujidos de huesos y observo que ya tenía el rabo partido, por lo que me digo adiós garrobo. Otra vez la cadena trófica.
Bueno la verdad es que si lo pienso en este caso no existe la cadena trófica, puesto que el gato se ha limitado a jugar con él y despues matar al pobre garrobillo y después no se le ha comido, al parecer le gusta más el Mix (pienso para gatos), y lo que es a él, por aquí no llegan ni el puma ni el león breñero, ni otros que se lo puedan merendar a él. Su único peligro son los humanos y los perros que ya una vez lo dejaron en las últimas, pero tampoco se lo comen.
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