Me despierto como cualquier otro día, pero cuando se van levantando los demás e intento hablar con ellos la lengua se me perdía por la boca y no era capaz de articular palabra. Me reía de lo que me pasaba porque la sensación que tenía es de tener una borrachera encima y la lengua se me trababa. No era solo la lengua sino que los músculos de la boca no me respondían y desayunando en el hotel, la comida se fue por donde no era y a poco más me asfixio. Al toser puse la mesa hecha una verdadera mierda.
La verdad sea dicha que en lo primero que pensé fue en las dichosas termitas que me comí ayer. Vamos a una farmacia con dos o tres colas, nos pregunta una dependienta que queríamos, le explicamos el caso y nos lleva a un médico que tenía la propia farmacia. Dictamen: Una alergia. Menos mal que yo creo que no fue un derrame cerebral propiamente dicho, sino que más bien fue un aneurisma, sino con ese médico las palmo. Una inyección antialérgica que el mismo me pone y me receta unas píldoras.
Yo creo que Vane sospechaba lo que era porque su jefa tuvo uno igual.
Como digo seguía sin darle puñetera importancia y yo quería aprovechar el último día que nos quedaba que pasar allí. Cerca estaba el mercado de abastos y nos metimos en él. La concurrencia hacia que te costara trabajo moverte. Me recordaba el mercado de Motril cuando yo era pequeño, pero nada que ver con los productos que en este se vendían. También hacían comidas típicas de Nicaragua y la gente cogía su ración y por allí iban tragando, porque restaurantes no eran.
Yo creo que
no durara mucho, entre otras cosas porque se ha quedado pequeño y de hacerlo en otro lugar espero que el edificio actual lo conserven.
Salimos del mercado y digo de dar un paseo en coche de caballos. Una porque los caballos estaban demasiado flacos (tenían las costillas marcadas) y otro porque íbamos a parecer guiris, el caso es que no nos decidíamos, pero yo pensaba que más que lo habíamos hecho en los días anteriores no lo podíamos hacer, así que nos decidimos y a recorrer la ciudad. Me llamo la atención que en el caos circulatorio que había los caballos se defendían como si fuera su medio. Pensándolo bien es la mejor manera de visitar una ciudad. ¿Seguirán existiendo los simones que había en Cádiz cuando yo estudiaba?
Malecón, estatua de
Francisco Hernández de Córdoba diversas iglesias, una espacie de plaza que hasta hace poco se reunían agricultores y comerciantes para hacer trueques.
La casa más antigua de Granada que según varias personas, allí vivió
William Walker, extraño personaje muy citado en la historia de Costa Rica y también en la de Nicaragua.
Para ser el último día y no tener nada programado la cosa no estuvo mal. Después de comer y de descansar un poco en el hotel, salimos y nos encontramos una especia de caravana, con gran multitud de gente, bandas de música, disfraces y demás. Preguntamos y nos dicen que se celebra el aniversario o algo parecido de FSLN. Entre la multitud nos metemos. Yo creo que tuvimos más valor que el guerra porque me fije y los únicos extranjeros éramos nosotros.
Al día siguiente, tomándonoslo con tranquilidad, taxi a la frontera. A la hora de presentar los pasaportes tuvimos algunos problemas. A mí, que sabrían que tenía la residencia por la computadora, me piden la cedula de residencia y a Jose no hacen más que ponerle pegas. Los torea bien metiéndole un rollo de que yo tenía residencia y que había venido a cuidarme o algo por el estilo. Se de muchos españoles que le han puesto en el pasaporte que solo pueden permanecer en el país diez días en vez de los noventa que son normales y es que creo que con la dichosa crisis hay una marea de españoles que se vienen a Latinoamérica.
Al llegar a Liberia decidimos cambiar de ruta y echamos por el
Puente La Amistad de Taiwán.
Por fin llegamos a Tambor. Hemos estado fuera cinco días.
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