De mis allegados yo creo que eran los últimos por venir a verme. Lo digo como si tuvieran obligación de hacerlo, cuando el que tenía que haberlo hecho era yo, pero no, donde manda patrón no manda marinero y todavía el cerebro me impide hacer estas cosas.
Hablar de Mari Pepa y de Jean Marie tendría para escribir un libro, pero ya otros se encargan de hacerlo. A Mari Pepa este año la han elegido mujer del año en Motril y de ella han dicho cosas como esta.
Cada uno tiene un referente al acordarse de una persona y yo cuando pienso en ellos me viene a la cabeza que fueron los primeros que vinieron a verme cuando lo estaba pasando muy mal y para muchos era una especie de apestado y para ella suponía enfrentarse a mi bestia negra, y para eso había que tener muchos redaños. Los tuvo.
Si Mari Pepa tiene historia, Jean Marie no se le queda atrás, pero como digo no pretendo contarla aquí. Solo diré que me lleva un porrón de años y que ya quisiera yo estar como él.
Vinieron el miércoles acompañadas por Nathalie y su nieta María y sabiendo que mi hija está recién operada trajeron hasta la comida hecha.
Nos sentamos en el porche y hablamos.
En Septiembre van a Burdeos y en realidad no paran de viajar. Me pongo en la balanza y veo claro que estoy hecho una piltrafa puesto que me cuesta trabajo acercarme a Granada. Espero salir de este pozo y parecerme a ellos.
La verdad es que pase un rato muy agradable. Como he dicho hablamos y a mi es una de las cosas que me hace falta hacer.
No tardaron mucho en irse.
Espero hacer un esfuerzo y llegarme a Motril a verlos.
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