Cuándo se acaba una etapa de tu vida, cierra capítulos

Mirando al pasado de Maritza Bernal

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Sí insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.
Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que van clausurandose.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué.
Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse.
¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.
Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente.
El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan.
Suelta el resentimiento, lo único que consigue es dañarte mentalmente, envenenarte y amargarte.
La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción.
¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.
Es un proceso de ap¡El pasado ya pa´sórender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.
¡El pasado ya pasó!.
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Problemas de residencia y cuasi pleito del More con Alvarito

Me desayuno con un correo de Steven, contestación a un par de ellos que le había mandado interesándome por la tramitación de mi residencia, en el que me daba no muy buenas noticias. Leyéndolo estaba cuando gmail me avisa de que tengo otro. También era de él y en este me dice que me ponga en contacto cuanto antes. Dejo este aparato y me acerco al teléfono. No podía ser menos, no funciona. Si has pensado bien, ¿y como tenia internet? No es la primera vez que me ocurre, y viceversa, que tengo teléfono y no tengo conexión a internet.
No me parecía bonito ir en bañador, así que me pongo pantalones y camiseta y me voy a buscar a mi amiga (…) (no le gusta verse reflejada en el blog).
Hablo con Steven y me da detalles de que Fernando, retiró documentos míos para llevarlos al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, pero que no los ha devuelto. También les faltan mis huellas dactilares y el ingreso en el Banco de Costa Rica de cierta cantidad de dinero.
¡Vamos a ver!.. ¿No será, como me dijo Fernando, que abrieron otro expediente y no es el que tu estas viendo?
No, porque en este, aparece su nombre y el poder que tu le hiciste.
Llamada a Fernando, aunque sabia de su inutilidad. Hace más de un mes que lo intento y no consigo hablar con él. (…) hace varias llamadas y consigue el teléfono de su oficina y sabemos que por ella va de tres a cinco de la tarde.
Curioso personaje este Fernando. Era funcionario en Migración, pero ve que los que ganan dinero, no son ellos, sino los que arreglan documentos en especial a los gringos, por lo que decide dejarlo y pasarse al otro bando. Conoce el funcionamiento interior de Migración y los recovecos del otro lado [sobornos y demás (corrupción)]. Si necesita un poder, el se busca un abogado, le paga su mordida, pero el que ejerce como tal es él.
Me vuelvo.
Otra vez a través de internet le pido a (…) que me haga un reporte (aviso de avería) a la compañía telefónica. Lo hace y me dice que no tardaran en venir. No me muevo de aquí a sabiendas de lo que ocurrirá. No han venido.
Ni he podido llamar a Fernando, ni me han arreglado el teléfono. Por mucho que yo mismo me diga que ya soy tico, sigo desesperándome con su forma de ver el mundo. Su pura vida, aun no circula por mis venas.
Me voy a la playa con la esperanza, de dejar atrás mi cabreo y cargarme de energías. Mi mesa libre y en la de al lado, estaban Giovani o Giovanni, que de los dos hay, acompañado de su mujer como no podía ser menos (se apoyan uno con otra cuando van bien bebidos), Alvarito y Cartago. Aparece en su bicicleta el Negro [así le llama todo el mudo y la explicación es bien sencilla, es negro (su nombre es Jorge)] y se mete con Giovani/Giovanni. En su defensa sale Alvarito y pronto se le une Cartago.
Después de las frases que escuchaba creí que la cosa no acabaría bien:
Si busca hombres aquí hay hombres
Si quiere pelear conmigo, no le tengo miedo
Me lo reviento con cualquiera
Usted no es mi amistad y toda esa mierda
A nadie le tengo miedo yo
Si usted quiere machete, machete
Ni que decir tiene que bien al principio o al final de cada frase, el mae no faltaba.
Alvarito es el que mas grita. También el más borracho.
El negro, se iba y volvía.
La cosa se diluye entre los efluvios alcohólicos, y de los otros, y la cosa queda en nada.
Está visto que hoy no ha sido mi día.

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