Entre la pesca del dorado y las lluvias de Octubre


Y pasan cosas… Ha llegado el dorado. En realidad este pescado viene a desovar, pero de eso no entienden los pescadores, ya que es su mayor fuente de ingresos y la temporada es de unos dos meses. Este año incluso se ha adelantado a pesar de las pocas lluvias (Relacionan mucho dorado con fuertes lluvias).
Las pangas salen entre las dos y las cuatro de la mañana y la vuelta es a partir de las cinco de la tarde, es un decir, puesto que por aquí, esa hora es casi la llegada de la noche.
Los estafan. El recibidor les paga a mil y pico de colones los grandes y a quinientos los pequeños, pequeños que en otros lugares se conservarían como trofeos. Una pesca normal anda por los ciento cincuenta kilos.


Nos trajimos este jurel (¿?).


Mientras todos estaban pendientes de la pesca, yo me divertía con los pelícanos (buchones por aquí). Estos están civilizados. Casi tienes que empujarles para que se vayan. ¿Pegarse las zambullidas que se meten para coger una pobre sardina?.. Es de tontos, aquí sobra la comida. Entre las agallas y las huevas, que esa es otra, que las tiran, y están riquísimas, aquí tienen comida de sobra.


Costa Rica, a pesar de ser un país pequeño, tiene gran variedad de climas (tropical seco, tropical húmedo, de montaña…). La época de lluvias no necesariamente es la misma en todos los lugares; aquí en Tambor, los meses más lluviosos son Septiembre y Octubre, pero Septiembre, pasó sin pena ni gloria y este llevaba el mismo camino, pero ayer, ya por la tarde, lo hizo como lo suele hacer aquí. La gente las echaba de menos. Bienvenida sea. Las tormentas también han sido escasas.


Lo peor: Ha muerto Mónica. Triste. De unos treinta años y bastante guapa. Amiga mía.
Sus imágenes han corrido por Facebook, así que aquí dejo una

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Final de La Paquereña en la travesía Puntarenas Paquera


Son muchas las veces que he hecho la travesía desde Paquera hasta Puntarenas en la llamada Paquereña, lancha cuyo nombre era Don Bernardino.
Las últimas veces que he hecho el trayecto en el ferry, he visto asomar el puente sobre las aguas. No sé el por qué causa la hundieron.
Siento cierta nostalgia.
El que su final sería ese, estaba cantado. El sur de la península de Nicoya está aislado del resto del mundo (bueno hay unas pistas especiales para tanques por las que puede uno trasladarse a la civilización) y el papel que hacen los transbordadores pasando vehículos es indispensable.
Como digo me gustaba hacer el viaje en ellas. El ruido del motor no apagaba las conversaciones entre los pasajeros. Era como retroceder en el tiempo.
Había gente que le tenía temor a subirse en ella, porque con un poco de marejada se movía bastante, el agua entraba y mojaba a los pasajeros, de hecho llevaba unas lonas en las bordas que en el caso de que esto ocurriera las desplegaba haciendo el efecto paraguas.
Al llegar a Puntarenas, a diferencia del ferry, nos dejaba junto al mercado, en pleno centro.


Recordando como desapareció la Soda de Ángela, me vino a la memoria y aquí dejo un pequeño homenaje a esta embarcación en la que tanta gente de este lugar hizo la travesia a Puntarenas.


Puede que mucha gente no sepa que antes de ser la paquereña fue la tamboreña. La travesía era desde Tambor a Puntarenas.

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