Réquiem por el gato sin nombre


Ya conté aquí su historia conocida y algo de la desconocida.
El sábado me extraño que a la hora de comer no se pusiera junto a mí, esperando que algo cayera. En caso de que no le echara nada, él se encargaba de empujarme con su pata, diciéndome que se encontraba allí esperando. Ya por la noche lo busque y siendo lo sobón que era, lo acaricie y no se levantaba. Le puse agua, hizo un esfuerzo, se puso de pie y estuvo bebiendo un buen rato. Comer, no quiso comer nada. No se le veían heridas.
El domingo no daba un duro por él, y el lunes en cuanto me levante y vi que seguía con vida, lo primero que hicimos fue llegarnos a Cóbano al veterinario. Lo auscultó delante de mí, y al tocarle en los riñones empezó a orinar sangre. Exactamente igual que cuando lo llevamos la primera vez, lo cual quiere decir que el animal, fuera humano o de los otros, que lo destrozó la primera vez, le dejo los riñones bien jodidos.
No era el mismo de antes. Se pasaba el día durmiendo y no insistía mucho para que lo acariciara.
Esta mañana llamaron advirtiéndonos que no se recuperaba y esta tarde la definitiva, que había muerto. No era el gato de las siete vidas.
Ha muerto sin que ni siquiera le pusiéramos nombre. Lo llamábamos gato.


Entre Rolo y Carlos le han hecho su tumba donde esta noche cuando lo traigan lo enterraremos.


R.I.P.

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Semana Santa en Tambor de Puntarenas


Ha sido una semana rara. Lo principal es que los antidepresivos parece que me están haciendo efecto, aunque la ansiedad no termina de irse.
Por pura coincidencia, hace un par de días estuve hablando con gran parte de mi familia a través de Skype. Parece como si se hubieran puesto de acuerdo. La verdad es que fue una buena inyección de serotonina fluyendo entre mis neuronas.
También me han ocurrido cosas desagradables, como el intercambio de unos mensajes por la puta herencia, la cual ya la doy por perdida.
Bueno, hoy es sábado y se nota, y bien, que está acabando la semana santa. Esta parte de Costa Rica, tiene el inconveniente de que para regresar a la civilización hay que coger el ferry, y se formen colas kilométricas para hacerlo. Si has quedado fuera aunque hayas quedado el primero de la cola, tienes que esperar horas para embarcar en el siguiente, razón por la que algunos dan una vuelta por Playa Naranjos hasta llegar al puente de la amistad, puente construido por Taiwán cuando las relaciones comerciales eran con este país (¿Qué fue de él?), y ahora como es lógico son con China que al paso que va, comprara parte de Latinoamérica, al igual que está comprando África.
Jamás había visto tanta gente por aquí. No solo estaba lleno el camping de aquí, sino también el de Pochote, pero lugares de difícil acceso, como el arbolito, y la misma playa de Tambor, estaban llenas de tiendas de campaña. Para mí esto es un inconveniente, porque coger una mesa es una verdadera aventura, pero siempre había algún conocido que me ofrecía asiento.
En lo religioso, solo el viernes hacen un vía crucis en la que las estaciones están marcadas por unas mesas vestidas de blanco con unas flores encima. Yo solo vi dos, para nada las quince que parecen ser ahora. Claro que si ponen todas tienen que llegar hasta Paquera.
Gente en la playa, mucha jugando al voleibol, y muchas mejengas (partidos de fútbol informales por aquí). Tienen sus reglas para que vayan saliendo unos y entrando otros.
Creo que es el único país del mundo que se prohíbe la venta de alcohol el jueves y el viernes, aunque también creo que son los días que más se bebe. Aparecen vendedores de cerveza clandestinos por todas partes. Por cierto, una curiosidad, Costa Rica, después de Alemania es el mayor consumidor de cerveza, por cápita, por supuesto.
Precisamente como consecuencia de la cerveza, o del guaro, da igual, en una de las mejengas, se formó un pleito, que gracias a un gorila, no llego a las manos, al menos mientras duro el partido, pero el acosador no se había quedado conforme y cuando desapareció el sol y dejaron de jugar y todos se iban, volvieron a engancharse y de un solo puñetazo dejo a su víctima echando sangre por las narices y tumbado en el suelo.
Se acabaron las fiestas, se acabó la pesca, y a esperar las lluvias, que aunque me dicen que ya mismo empiezan, y que con ellas viene el pescado, según mis datos, estadísticamente en el mes de Abril, no cae una sola gota.

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Paula con una iguana de Costa Rica


La he visto en directo a través de Skype, y aunque pueda parecer mentira se fijaba en la pantalla como asombrada de que alguien pudiera hablarle desde semejante aparato. Este es el primer video de ella que veo y como encima tiene un muñeco de una iguana de Costa Rica, he hecho esta composición.
Ya he dicho que lo que me está pasando con Paula, debe ser cosa de la chochera de la vejez, pero me parece una niña preciosa y cuando sonríe es como diría cualquier chocho: esta para comérsela.
Aunque con otro nombre este sigue siendo mi diario, así que aquí la pongo.

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