Caballos en Playa Tambor y accidente de moto


La verdad es que verlos en la playa es bonito. No lo es tanto cuando vas de noche por la carretera y al salir de una curva te los encuentras.
Precisamente ayer, venia de Cóbano y justo después de pasar un badén, nos encontramos con una manada mezcla de cabras y ovejas, cosa rara por este lugar del mundo.
Ya he hablado del peligro que corren en especial las iguanas al cruzar la carretera, porque hay otros animales que van conduciendo carros y para ellos es una machada el contarles a sus amigos que le ha pasado justo por encima.
Yo creo que menos felinos y cocodrilos he visto toda clase de bichos atravesarla desde salvajes a domésticos. Un caso muy normal de estos últimos son las gallinas.
Hasta ahora solo había pensado en los pobres animalitos, pero anoche me llaman por teléfono diciendo que V… (La innombrable) estaba en el ambulatorio que había tenido un accidente y me puse en lo peor cuando vi que no estaba el carro, pero me aclaran que había sido con una moto y que ya la traían.
Desde pequeño había escuchado que cuando ves una pelota atravesar la carretera, toma todo tipo de precauciones porque detrás viene un niño, pero nadie dice que cuando veas a un niño atravesar una calle, mucho ojo porque detrás puede venir su perro y en el caso de V…, era bastante hermoso. Revolcón y magulladuras por todo el cuerpo. La verdad es que no hubo rotura de huesos, pero heridas como la que pongo a continuación, tampoco son muy agradables.


Si viajas por Costa Rica en especial de noche, te recomiendo que vayas con los cinco sentidos puestos en la carretera, porque aunque es verdad que nosotros les hemos usurpado el terreno en especial a los salvajes, pero al final perdemos todos.

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La defensa de la mantarraya


“Como decíamos ayer”…, la sinapsis de mis neuronas, aun no dejan circular a su ritmo entre otras a mi serotonina, por lo que no se me apetece para nada desarrollar “mi espíritu aventurero”, pero la gente de por aquí conoce mi afición a fotografiar todo lo se sale de lo común y me traen desde semillas hasta flores.


Ayer, Rolo me trajo el aguijón de una , que no es otra cosa que su cola. Supongo que al entrar en la carne no debe de doler mucho, pero si no se le ha partido y es ella la que tira, debe de ser horrible, porque se trata de una especie de arpón múltiple, que al sacarlo hace el efecto de una doble sierra. He visto en directo a dos personas que le han hincado este aguijón. Una de ellas de la saco de un tirón y no sé si como consecuencia del dolor, o del veneno, le entró hasta diarrea, y a la otra la tuvieron que llevar al ambulatorio para quitársela, aunque no sé qué le podrían hacer allí aparte de ponerle anestesia.
La playa de tambor debido a los arrastres del Río Pánica es de arena muy fina, y supongo que al igual que hacían las tembladeras (otra especie similar que habitaba en el Mediterráneo) se entierran en la misma esperando a sus presas.


Una noche estábamos en Pochote, junto al estero y había una pareja con sus críos pescando. Sacó una y me acerqué a fotografiarla. Me regañó, diciendo que si estaba loco. Al parecer me había acercado demasiado.

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