Yo no soy yo y mis circunstancias


Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo. En esta frase basaba su filosofía José Ortega y Gasset. Quería decir que uno está condicionado por dos cosas: por lo que piensa, y por lo que vive, pero cada vez estoy más convencido de que para nada llevaba razón. Es muy fácil dejarse llevar al menos por la primera parte de la misma y en especial si la vida te he ido mal, tratas de buscar las partes de la misma que han dado lugar a que esto ocurra y siempre dejas compensada la balanza. En realidad encuentras los motivos para ver que has sido un desastre y como nadie hay perfecto te sobran para encontrar las causas de tus males.
Tienes una buena familia, un buen trabajo, dos casas, un buen carro, como puedes quejarte de la vida. Esto me lo decían cuando estaba con mi gran depresión. Daban por supuesto que las circunstancias eran justas las necesarias para ser la persona más feliz del mundo, pero nadie pensaba en el cerebro y en sus malditas jugarretas.
Fueron muchos reveces los que tuve al volver a España, dije ayer en mi anterior entrada, pero ¿en realidad esta uno capacitado para darle ordenes al cerebro? Puede que alguien piense que la depresión tiene una gran parte de genética. ¿Son parte de mis circunstancias haber nacido de mi padre y de mi madre?
No sé por qué he pensado en algo que escribí en mi anterior blog.

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