De pequeño me metieron tanto miedo con la religión, que iba andando por la calle y cada cincuenta metros rezaba un padre nuestro por si en ese trayecto había cometido, de pensamiento, algún pecado venial. Es tal el lavado de cerebro que me habían hecho, que si me dicen de autoinmolarme con unas bombas amarradas a la cintura lo hubiera hecho en defensa de mi religión.
Pasaron años antes de que meditara sobre la existencia de dios. Estuve en trance aunque no llegue a levitar como santa Teresa; lo pase bastante mal. A mi cerebro le faltaba capacidad para llegar a ese punto en el que otros lo ven; era muy poco lo que me faltaba, pero ese pequeño lazo que me hubiera llevado hasta él, nunca fui capaz de romperlo. No comprendía como mi inteligencia no llegaba a descifrar esa minucia. Sufrí bastante. Ha pasado el tiempo y son muchas las veces que he vuelto al punto en el cual mi raciocinio me puso esa pantalla que me impedía ver más allá, pero no solo no me acerco al final, sino que cada vez lo veo mas alejado. Si he de ser sincero estoy contento de no conseguirlo. Se distinguir perfectamente entre el bien y el mal y de mis actos solo respondo ante mi por lo que soy bastante severo conmigo mismo.
Otrosí digo: Tengo más que comprobado que ni siquiera en Internet se puede ir con la verdad por delante. Esto, que para otros sea una tontería, a mi me entristece.
Búsqueda en Google de: Estuve en trance aunque no llegué a levitar
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