Las otras tardes cuando me prepare el café, y me vine a tomármelo junto a esta máquina, en pantalla me aparecía Google Talk con un mensaje de: ¿Qué tal? Quise contestar pero mi comunicante ya no estaba.
En España, para este tema del que voy a hablar, así como de tantas otras costumbres que habían formado parte de nuestra idiosincrasia, ante le avalancha de europeos, que nos visitaban (España ha sido y sigue siendo uno de los piases más visitados por el turismo a nivel internacional), nos hemos avergonzado y la principal ha sido la siesta.
En mis tiempos en los que me gustaba la pesca, me compraba unas tablas que trataban sobre las horas de actividad de los peces. Estas tablas, las había hecho un canadiense, y en ellas decía las dos horas más probables en las que picarían los peces, y aunque se trataba de dos horas normalmente opuestas del día, iban variando a lo largo del año, de forma que no son pocas las veces que me he levantado a media noche, para llegar con mis cañas al sitio que me había propuesto, para mi jornada de pesca.
Estas tablas también eran utilizadas por los cazadores, por lo que la pregunta que siempre me hice, fue: Si los animales tenían dos horas de actividad, lo más inmediato era pensar que también tuvieran dos horas de inactividad, y si los animales tenían dos horas de inactividad, el por qué los humanos no las íbamos a tener. Estoy seguro, que como consecuencia de nuestro sedentarismo, hemos perdido una serie de instintos como el de la orientación y otros, que aún conservan el resto de los animales, pero el conservar el de la segunda hora de inactividad, o sea la siesta, nos hacia mas naturales por lo que yo nunca me he avergonzado de esta peculiaridad nuestra y aquí ya no solo incluyo a los españoles, porque si nosotros a la vista de nuestros visitantes, todos somos toreros, el estereotipo de los mejicanos para el resto del mundo ha sido el de la foto de arriba.
Con el tiempo leí a Ernesto Sábato decir que la siesta para él era sagrada y que algún día, vendrían los bárbaros del norte a descubrirla. Gran premonición la suya porque hoy leo: En Alemania están recomendando los 20 minutos reparadores, porque está demostrado fisiológicamente el beneficio de la siesta; al hacer la digestión hay una gran cantidad de sangre que llega al estómago para favorecer el proceso y, por tanto, el cerebro se queda con menos sangre. Esto provoca cierta somnolencia, una bajada de los reflejos, y ya hay empresas donde se ha instaurado la siesta para personas que tienen que trabajar al 100%. Pero no es solo Alemania la que nos esta imitando, es Japón y por supuesto en Estados Unidos; los que tanto se habían reído de nosotros. Con posterioridad leí a Camilo José Cela, que él se la echaba con pijama y orinal y yo aunque nunca he utilizado ni esa prenda ni ese utensilio, procuro imitarlo. Cuando mi visitante, me apareció en el dicho Google Talk, estaba en plena “faena”
No nos acomplejemos de lo que es nuestro por herencia ante los que por el simple hecho de tener más dinero que nosotros, se creen superiores.
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