Llego por aquí no sé cómo. Yo antes lo había visto por la playa. El caso es que cuando nos dimos cuenta ya no había quien lo echara. Se pasaba el día tumbado en el pasillo, cosa que no le gustaba a alguien porque decía que lo dejaba todo lleno de pelos. Por más que le regañaba, ni puñetero caso, pero no era tonto y al final se tumbaba en la sombra en el jardín y que no hubiera algo recién plantado porque arañaba la tierra hasta buscar la humedad.
Era un perro caluroso para estas tierras. Charco que veía en él se tumbaba y si el agua estaba podrida, mejor que mejor. Por eso decían de él que era un perro apestoso, pero igual le gustaba bañarse en la playa.
Debía de tener algún antepasado pastor alemán.
Cuando dimos por hecho que de aquí no había quien lo echara, le pusimos una inyección antiparásitos, especialmente para las garrapatas y le compramos pienso. Es curioso que cuando se lo echabas en su comedero, no venía a comer hasta que tú te retirabas, también que comía tumbado, no de costado sino con las patas estiradas.
Por más que pregunte quien era su dueño nadie me dio señas, y el primer nombre que me dijeron fue Messi, pero cuando lo llamabas por ese nombre, ni puto caso; fue una niña a la que le oí llamarle Boby y me di cuenta de que por el respondía, así que así le llamábamos.
Sabía perfectamente a la hora que me iba a la playa y eran tales los ladridos de alegría y los saltos que daba para agradecértelo que no había día que no me manchara los pantalones o la camiseta.
Ya en la playa se perdía, pegando corridas y lo peor que es objeto que viera, como unas sandalias una bolsa de mujer o algo semejante, lo cogía y se iba por ahí a morderla. A alguien le escuche decir que el dueño lo había educado muy bien insinuando que era un perro ladrón.
Ya nos habíamos encariñado con él.
Anteayer lo vi cojo, me imagino que de una piedra o de una patada. Ayer no lo vimos en todo el día y quise pensar que había alguna perra en celo por aquí cerca, pero hoy estaba en mi mesa de la playa y alguien me dice que un poco más allá estaba muerto y que lo estaban comiendo los zopilotes. No he querido acercarme a verlo. Según me dicen ha sido envenenado. Sea cual sea la causa es del segundo animal que cae por aquí y que acaba sus días de mala forma.