Nochevieja y primero de año en Tambor de Puntarenas


Día treinta y uno. Por la tarde al igual que todos los días me dirigía a la playa pero alguien me dice de echar por el río y los acompaño. Ya en la playa al menos veo dos montones de leña preparadas para hacer fogatas. Veo a Rolo y sin yo preguntarle me dice que va a hacer una para echar en ella todas las malas vibras que ha tenido este año que ya le falta poco para irse y que no le ocurran el que viene.
Ya sentado veo a Vallejo que se había tomado las fiestas por adelantado. Estaba hasta las cejas de guaro. Se quiere sentar conmigo pero le digo que mejor vaya a dormirla y se recupera para la fiesta que va ser en Los Gitanos.
Me vengo para la casa y cuál es mi sorpresa cuando veo que otra vez están encendiendo la barbacoa. Iban a preparar unos peces que habían pescado y como no, también carne. Poco más o menos la misma gente de la Nochebuena.
Yo a mi hora y sin comunicárselo a nadie, me voy para mi cama, los demás me imagino que al acabar se fueron a la fiesta, es decir, a Los Gitanos.

Día uno: Desde primera hora alguien de esta comuna desaparece y se va a Cóbano.
Ya desde hace varios días se lleva diciendo que la fiesta hoy va a ser de órdago. Traen una orquesta, 90° creo que se llama, que dicen es de las mejores que hay en Costa Rica y que va a estar tocando todo el día.
Un poco antes de lo normal, me voy para la playa, con la idea de ver el ambiente y venirme cuanto antes. No exageraban. Hacía tiempo que no veía a tanta gente junta. Ni un sitio donde sentarse. Me pongo a tomar imágenes de todo lo que me llama la atención y algunos vídeos. Hay muchos que no les hubiera gustado que no lo metiera en YouTube (lo del cronista del pueblo). Hablo con algunas personas y escapo del bullicio.
Por fin se acabaron las fiestas que como dije en la entrada anterior, a la Navidad no hay forma de escapar ni en Tambor.
Llevo unos días de mala hostia. Me imagino que todo esto me está influyendo.

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Ni en Tambor escapo de la Navidad


Llevo mucho tiempo que no me gustan las fiestas y sobre todo si hay acumulación de gente (más de tres personas), pero si hay una en especial, no ya que no me guste, sino que le tengo tirria, esa es la Navidad. No es la primera que paso en Tambor y creo que me he zafado bien de ellas, pero también es verdad que tenía las neuronas en su sitio (Por cierto, esta tarde las tenía muy bien y ojala dure), pienso que es por esto por lo que este año no quería ni saber que existían.
Estoy viviendo en un país que tiene muchas cosas al revés que el resto del mundo (el verano, cuando es invierno por ejemplo) entre ellas una es que las vacaciones sean en el mes de Diciembre estando en el hemisferio norte. Son las vacaciones y dan el aguinaldo que es lo que en España sería la paga extraordinaria (por cierto solo hay una).


Vacaciones, verano y aguinaldo, la gente se mueve, especialmente hacia las playas, y aquí tanto las cabinas como el camping se llenan. Bueno, es un decir. Aunque lo noten menos, o más bien no quieran notarlo, aquí también ha llegado la crisis y las cabinas no sé cómo están, pero el camping en comparación a otros años está vacío, lo que me indicaba que por lo menos la acumulación de gente seria menor, pero ayer fui a la playa y todas las mesas y parte de los tubos que pusieron para que no pasaran los vehículos (sirven de asientos) estaban al completo; me siento en una en la que estaban dos personas de Atenas que ya conocía de otros años, pero no tardo mucho en levantarme y venirme. Lo hago dando un paseo por la desembocadura del río.
Hoy no he ido a mi playa, y tengo que estar muy mal para no hacerlo. No tengo ganas de bullas.
O sea Que ni en Tambor escapo, al menos, de los efectos colaterales de la Navidad.

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