¡Hasta los cojones de médicos! Y para más inri ahora el endocrino dice que tengo bocio y ¡para mediados de mayo (Aquí no es nada)! me manda otro TAC, otra analítica y como es lógico cita con él para ver si me tiene que operar o no.
Encima se cabrea porque me han hecho un TAC con contraste de yodo (Ver entrada anterior), como si tuviera yo la culpa, ahora que tienen en la computadora todos los datos de los pacientes y yo no tengo culpa de que los profesionales de la medicina aparte de ir con retraso con las visitas tarden más de media hora en tomarse el café de la mañana y me pase el efecto del contraste que me había tomado solo levantarme. Según él no me manda por ahora medicinas pero que bajo ningún concepto tome yodo y que ese elemento químico solo está en la sal yodada y cosa curiosa me parece que es el único que se había leído mi historial, porque me dijo que de todas formas no debía de tomarla o muy poca porque era hipertenso.
De todas formas salí con un cabreo, también de cojones, porque cuando le pregunte si todo esto tenía que ver con mi intolerancia al frio y con mi cansancio físico-mental y dijo que nada de nada y que cuando le dije que yo no estaba loco y que esto no me lo estaba inventando y a que especialista tenía que ir, me dijo que primero fuera a un Internista que él me guiaría.
El título que he puesto a esta entrada es un dicho que yo escuchaba mucho de niño y ahora voy comprendiendo el por qué, aunque también me estoy convenciendo que cuando un médico no sabe un cosa no tienen habilidad para echar balones fuera y si no porque ha puesto mis dos padeceres en su informe a pesar de no saber a qué son debidos.
Es curioso que todos los síntomas que salen en el dichoso Google los tengo yo, pero al revés, en hipo pero no en hipertiroidismo.
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