Ancianos que peinan canas de experiencia y sabiduría


En otro tiempo, los hombres experimentados, incluso los ancianos bendecidos por una vida larga de vivencias, estaban al frente de las ciudades y de los estados, y todos los ciudadanos confiaban en la seguridad que transmitía su saber, acumulado a lo largo de largos años de experiencia.
Hombres de trayectorias intachables, honrados y cabales, con la calma de los que han sabido valorar alternativas diferentes, con la seguridad de haber decidido sin tener todos los datos posibles en su mente, eran nombrados por el pueblo o por los gobernantes elegidos por el pueblo, para desempeñar las mas altas funciones de un estado; aquellos que deben encauzar los deseos y los anhelos de todos los ciudadanos.
Con frecuencia el pueblo asistía al nombramiento de estos hombres con la admiración que se siente por las personas que han demostrado ser capaces de gobernar pensando no solo en ellos mismos o en sus afines, sino en la generalidad de los ciudadanos, independientemente de su filiación política. En la asamblea, en el consejo, en los tribunales, en tiempos de guerra o de paz, en situaciones de rutina o de emergencia, la experiencia de los gobernantes llenaba de sosiego y de seguridad las atormentadas pesadillas cotidianas, y cuando había que tomar decisiones comprometidas para toda la comunidad, hombres y mujeres confiaban en su experiencia, en la sabiduría que una larga vida había amontonado sobre sus espaldas, en su capacidad de elegir un nuevo camino entre otros muchos que ya habían conocido, que ya habían experimentado.
Recuerdo la calma, incluso la entereza con que afrontábamos las dificultades sabiendo que la experiencia de nuestros gobernantes nos ayudaría a superarlas. Mirábamos sus rostros a veces arrugados; contemplábamos sus cabellos teñidos de blanco por el paso de los años; escudriñábamos sus ojos, entornados, casi vencidos por el peso de lo que ya habían visto; batallas, disputas, asedios, rendiciones, victorias, derrotas.
La experiencia da a los gobernantes una visión global y ayuda a impedir que se deje arrastrar por una ilusión de perspectiva, por una visión engañosa y simple de la realidad. La experiencia detiene a los mas impulsivos, calma a los ansiosos y sitúa en la realidad a quienes creen que puede cambiarse incluso lo que se desconoce.


MANUSCRIPYUM PARIUM. Libb. III, cap XXV
Traducido por Bernardo Souvirón


Hoy no rendimos culto a la sabiduría ni a la experiencia. No nos seducen los meritos del conocimiento, ni la calma de los sabios. Nos hemos olvidado de la aportación de aquellos que han vivido antes que nosotros. Un gobernante sin experiencia es como un adolescente conflictivo, por decirlo suavemente, y eso es lo que nos ha tocado. ¡Así nos va!

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Esta tarde he visto a un petirrojo


Esta mañana me he levantado muy bien. Debe ser la ley del péndulo, puesto que ayer estaba triste y nada se me apetecía hacer. El Fideo (Mi perro vagabundo) que hacía días, que no me daba los buenos días desde la rampa de la cochera, hoy lo ha hecho y yo también lo he saludado. Me encontraba activo, me he quitado el calzado y he estado barriendo/baldeando, no solo el porche, sino los alrededores de la piscina y el patio, o al menos así lo llamo yo, frente a la puerta de la cocina. La verdad es que falta le hacía, porque entre aceitunas caídas y restos de hojas, daba una sensación de abandono, que ya me va molestando y que al igual que en otros detalles veo que mi depresión se está largando.
Me ha fallado un poco mi reloj biológico, y cuando he entrado a beber, me he dado cuenta de que pasaban de las tres por lo que me he puesto a prepararme la comida y al acabar la obligada siesta. Cuando me he levantado, mientras la cafetera cumplía su misión, fregaba los platos y cubiertos, y a través de los cristales de la ventana y bastante cerca de mí veo a un petirrojo. Hace años que no lo había visto, o que mi mente estuviera en otro mundo en el que no me dejara verlos, y me ha dado una gran alegría. Al igual que mi amigo Juani los otros días me ha retrotraído a mi niñez, pero a continuación me ha venido una sensación de culpabilidad, porque tengo que reconocer que los niños de mi época aunque bastante más felices que los de ahora éramos un poco brutos. Cuando llovía, uno de nuestros deportes era ir a buscar en los hormigueros, las “aluas” (Hormigas aladas cuyo nombre seria aludas), las cuales utilizábamos como cebo en los pillapájaros (Así les llamábamos a las trampas), los cuales enterrábamos en la tierra, en una especia de promontorio en forma de herradura, y en el centro del mismo solo se veía la pobre hormiga en espera de ser alimento de un pájaro y este a su vez ser alimento nuestro. La dichosa trampa no tenía la suficiente fuerza para matar a los pobres pájaros, por lo que, nos decíamos para que no sufrieran, les hincábamos la uña del dedo pulgar en el cuello, y después de unos revoloteos morían. Mi conciencia no debía de estar muy tranquila porque recuerdo perfectamente que miraba para el cielo mientras cometía este pajaricidio.
Había veces que el dichoso pillapájaros, nos lo encontrábamos saltado (Un sartenazo decíamos), señal de que algún pobre animal se había escapado. Espero que la pechuguita (Así les llamábamos a los petirrojos) que he visto esta tarde, sea descendiente de alguna que escapara a uno de los muchos sartenazos que a mi me dieron. De verdad que me he alegrado de verte.

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Puntos cardinales. Falsas creencias sobre el Este y el Oeste

Si le preguntáramos a alguien por donde sale y se pone el sol el sol, la respuesta inmediata seria Este y Oeste. Craso error que nos inculcaron en el colegio y de la que nos cuesta bastante trabajo deshacernos. En realidad esto sólo ocurre dos días al año que corresponden a los equinoccios de primavera y otoño respectivamente.
La forma exacta de la trayectoria que describe la Tierra viene dictada por las leyes de la dinámica celeste, que nos indican que se trata de una elipse. El eje de rotación de la Tierra está inclinado unos 23,5º aproximadamente con respecto al plano de la órbita que describe alrededor del Sol, y lo más importante, este grado de inclinación lo mantiene a lo largo del tiempo. Esto se comprende bien viendo la siguiente figura:

Observamos que el 21 de Junio el plano del ecuador con respecto a la declinación Norte, es de 23,27º hacia el Sur y otros tantos el 20 de Diciembre, pero esta vez hacia el Norte, por lo que un observador que estuviera en el ecuador, entre estas fechas en el horizonte, vería una diferencia de 46,54º
Os lo pondré un poco mas complicado. En la figura de abajo, también observamos que el ángulo de incidencia de los rayos solares con respecto a la circunferencia de la tierra, no es el mismo en el ecuador que acercándonos a los polos, como consecuencia cuanto mas nos alejemos del primero este ángulo ira aumentando.

Os ayudara a imaginároslo, un fenómeno que de todos es conocido y es que en ambos polos hay dos enormes noches y dos enormes días.

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