La Sanidad cada vez peor. Los políticos hijos de la gran… bretaña


Es verdad que a esta España no la va a conocer ni la madre que la pario. Los dichosos políticos con sus frases bien estudiadas (No hablamos de brotes verdes, sino de raíces vigorosas) nos han tomado por estúpidos. hablaba de La sibilina mengua de la Sanidad, pero estoy convencido de que confundí el termino, debía haber dicho algo así como La transparente mengua de la Sanidad.
Ayer me tocaba ir al hospital a que me viera el Urólogo. Tenía cita para las diez y medio pero por si las moscas estaba allí a las diez, gran estupidez por mi parte porque todavía no habían entrado los que estaban citados a las nueve. Me doy una vuelta por el pasillo y veo que han quitado la consulta Nº 2, sin embargo en la que queda pone consulta Nº 1. Como digo nos toman por gilipollas.
A través de la puerta, había visto que estaba el Urólogo que cuando me ingresaron por orinar sangre, le pregunte que cuando me operaban y me contesto que yo no había ingresado para operarme sino por tener la hemoglobina a cinco (Lo normal es en hombres 13.8 mínimo) y que se tenían que alinear los planetas para que me operaran. Le conteste que se alinearan porque yo no salía de allí sin operarme. Al final me operaron.
Por si me decía algo semejante, como que se alinearan las galaxias, entre con el gatillo limado, pero para mi sorpresa (no sé si es que me recordaba), me recibió muy amable y explicándome lo de la obstrucción en la uretra, me dijo que tenían que saber cómo era y donde estaba.


Me tenían que hacer una , que fuera a rayos a solicitar fecha y que cuando me la dieran, para aligerar el asunto, que volviera, se la enseñara a su compañera y que me darían cita allí otra vez. La verdad es que lo vi lógico y no tuve que disparar.


Recorrido por pasillos, hasta encontrar lo que se llamaba Cita previa de Radiodiagnóstico.
Cogemos un tiquete al igual que en los supermercados y me quedo de piedra cuando veo que tengo el número 80 y el indicador luminoso iba por el 50.


La cola era impresionante. Lógico, radiografías mandan de todas las especialidades del hospital. Pienso que para algo me tuvo que servir estar en Costa Rica y pensar que el tiempo no existe, pero cuando pasé a la mesa Nº 1, el tío miro en la computadora y puso la fecha a bolígrafo y la leí me salió un ¡¿En Diciembre?! El tío me miro como diciendo: ¡Jodeté, es lo que hay!
Pienso que una vez que me hagan la dichosa prueba, tendré que volver al Urólogo, que a su vez me mandara al anestesista y que me recibirá como mínimo al par de meses y este a que me haga las pruebas pertinentes (Análisis de sangre, electrocardiograma, radiografía de pulmón etc.).
Puede que dentro de un año me operen, y la verdad es que hay que pensar en positivo y decir que tengo suerte, porque si en vez de escozor al orinar, que es bastante soportable, pero que pasaría si tuviera una peritonitis o una ciática. Meses rabiando.

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Del síndrome de Diógenes al minimalista. Consumo desaforado


Que España está en crisis, es verdad, pero que harán falta generaciones para cambiar una mentalidad en que la mayoría de las cosas que consumimos/compramos no nos hacen puta falta, también es verdad. Habrá quien esté en el paro y no sepa pasar sin su iPhone ni sus gafas de sol Moss Lipow. No es mentalidad solo de España, sino de todos los países que estamos bajo la influencia del consumismo. Es curioso que la única solución que proponen para salir de la crisis, es que consumamos más (No sé cómo van a hacerlo cinco millones de parados). Leo por ahí: Sólo el 20% de lo que consumimos a diario lo necesitamos realmente.
No voy a hablar aquí de la huella ecológica, ya lo he hecho antes en este blog. Quizá destacar:
A nivel mundial sabemos que la biocapacidad existente es aproximadamente de 1,7 hectáreas por habitante en el mundo, es decir, que si repartiéramos el terreno biológicamente productivo tocaríamos a 1,7 hectáreas por individuo. Ahora bien, la huella ecológica media mundial es actualmente de 2,8 hectáreas por habitante, lo que significa que se necesitarían dos mundos para satisfacer el actual ritmo de consumo y generación de residuos.


Esto viene a cuento de que mi pobre coche, que sumando, había estado parado unos cinco años y además a la intemperie. Arrancaba cuando quería (el sistema electrónico), en el motor habían anidado las ratas, las puertas estaban atascadas, la documentación, triángulos de señalización y chaleco reflectante, perdidos, sin pasar la ITV, etc. Casi me convencen que lo llevara a la chatarra.




Ya está en orden de marcha y creo que durará los que yo dure.
Cuando vivía en Granada, al bajar a la cochera común del bloque, llamaba la atención ver un coche nuevo y más si este era un BMW. En aquellos tiempos era un vehículo que por precio, solo se lo podían permitir unos pocos, pero la gente se decía: Fulano se va a permitir este cochazo y yo no, y antes de pasara un año la mitad de las plazas del garaje estaban ocupadas por esta marca. Eso sí, todos endeudados hasta las narices, pero en aquella época a los bancos le interesaba que estuvieras así, es más, te lavaban el cerebro para que así fuera.
Al paso que vamos no pasara mucho tiempo en que tengamos la flota más vieja de Europa y ni Don Juan ni Juanillo.


Cuando volví de Costa Rica dos cosas me llamaron la atención, el aspecto de abandono que tenía la casa pero sobre todo la cantidad de cosas inútiles tanto dentro como en sus alrededores. Me fui quejando y ya han tirado bastantes (me lo están agradeciendo), pero hacía falta dedicar un día a dar viajes con el coche para tirar cosas inútiles, aunque habría que pensar en un camión porque hasta frigoríficos hay para deshacerse de ellos.
Debo de ser un bicho raro, porque cuando la mayoría de los mortales padece el síndrome de Diógenes, yo padezco el minimalista. Todo lo que me hace falta cabria en una mochila y así he vivido en Costa Rica (puede que aquí no me llegara porque la ropa de invierno me la ocuparía toda) y yo era un privilegiado porque conocí a muchos que solo vivían con lo que llevaban encima.

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