Del tratamiento de la operación de vejiga a la mordedura a Kiko en el ojo

Las cosas no me van bien. Últimamente tengo un cansancio físico/mental que no es normal, así que me decido ir al médico de cabecera. Para hacerlo, antes tengo que ir a hacerme un análisis de sangre que me había pedido. Dos días a Granada con el placer que me da hacerlo. Están metiendo un tren/tranvía/metro (a veces va subterráneo y cuando les parece en superficie) que une Granada con los pueblos del cinturón (Bueno, también con los que les ha parecido a los proyectistas) y circular por la ciudad en coche es una verdadera aventura y para llegar a la misma fui todo el camino en primera y había veces que me admitía la segunda.
Visita al médico le explico mis achaques y me viene a decir que todo es consecuencia del veneno que me están metiendo en la vejiga (tratamiento le llama él). Cuando lo acabes, ya te pondrás bien, o sea dentro de un año poco más o menos. Mientras jodete.
Iba a decirle cuatro barbaridades, pero me callé. Desde que los políticos les han lavado el cerebro para que no se salgan de los dichosos protocolos, los médicos han perdido el norte. El ojo clínico para ellos ya no existe. Suponiendo que esto sea verdad, cosa que no me creo en absoluto, el muy estúpido, me manda un placebo y me quedo tan a gusto, pero no, la Seguridad Social, no se puede permitir el lujo de dilapidar el costo de una aspirina diaria.
Ayer me tocaba la introducción, por el meato, mediante sonda, del liquido que impide que se reproduzcan las células sobrantes de la extirpación (más bien trituración) del tumor y le pregunto a Encarnita (Encarnita es la enfermera encargada de esta maniobra): Vamos a ver, (le cuento lo que me ha dicho el médico de cabecera), el resto de tus pacientes también tienen estos síntomas.
Ninguno me lo ha comentado, además este liquido no va por vía intravenosa, si no que es de contacto, con los restos del tumor, no veo claro que tenga nada que ver con los síntomas que me cuentas.
Ni yo tampoco, le contesto.
Estábamos de vuelta, con mi correspondiente cabreo, como es lógico, cuando escucho a los perros una trifulca y ladridos como si se estuvieran comiendo a alguien. Salgo y estaban jugando entre ellos. ¡Coño!, me digo, en vez de jugar parece que se están matando. Llega la hora de echarles la comida y acuden como locos los tres. Uno de nosotros se fija y Kiko, aparte de tener un ojo cerrado, echaba sangre mezclada con una supuración espesa, y después de lavársela también observamos en el parpado una especie de taladro, que en nada me equivoco si digo que ha sido hecho por un colmillo. Le han taladrado el ojo, creo que pensamos todos. Cura y a esperar hasta mañana. A no ser de urgencias sospechamos que ya no hay ninguna clínica veterinaria abierta.
Duermo mal, esta mañana tenía cita en la Clínica Dental, llamadas a varias Clínicas veterinarias, nos vamos los tres, Kiko en el asiento trasero, me dejan en mi Clínica y ellos continúan para la de Kiko. Yo paso mi mal rato y cuando acabo ya estaban de vuelta con el perro. Lo mejor: el ojo lo tiene bien. Lo peor, hay que colocarle una especie de cono que le cubre la cabeza y hacerle una serie de curas a base de colirios, pastillas y demás gaitas. No creo se deje.
Tenía que fogar (no viene en el diccionario) y le mando un correo nada agradable a mi abogada.


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