A río revuelto ganancia de pescadores. Sigo con la nueva ley antitabaco

Sigo sin entender el por qué nuestra señora (¿o señorita?) ministra Pajín, que tengo la impresión es la mejor Ministra de Sanidad que en el mundo ha sido, solo nombrarla como tal, se sacó de la manga la nueva ley antitabaco. Hoy vengo del pueblo y había una calle cortada. Dejamos el coche donde pudimos y fuí andando al sitio donde me dirigía y a tal efecto ví el motivo de la interrupción del tráfico: Entre el centro de la calle y la acera estaban montando una terraza de verano. La sinapsis de mis neuronas se activan. Algo no me cuadra. Vamos a ver, me pregunto: esto es normal que se monte, como su nombre indica, en la época estival, pero no precisamente un día después de que haya nevado, cosa que ocurrió ayer. Mis neuronas atan cabos y pronto veo el motivo:
Lo fumadores en los bares, para quitarse el mono de la horrible droga del tabaco, salen fuera del local, pero como he dicho, ayer nevaba, y lo normal por esta época es que si no es nieve, sea lluvia, así que los empresarios, antes de perder a sus clientes (no debe ser agradable salir del calorcito del local a ponerse chorreando mientras se sacia el síndrome de abstinencia), les facilitan las cosas. Buena foto para los turistas japoneses: En medio de una gran nevada, la gente tomándose un café al aire libre en una terraza que ahora sería para apestados fumadores. El castigo por serlo no está mal.
Dejemos aparte a los fumadores. Aquí hay un claro perdedor, el dueño del bar, que aparte de pagar la terraza, tiene que pasar por ventanilla en el Ayuntamiento para obtener permisos y pagar tasas por ocupar parte de la vía pública. Los ganadores saltan a la vista: Zapatero creando puestos de trabajo (obreros haciendo terrazas), y la superministra de economía recaudando más impuestos.
¿El por qué no prohíben semejante veneno? La superministra lo tiene claro, el año pasado recaudó 10.811 millones de euros en los impuestos que lo gravan, un 3,18 % más que el anterior (ni leyes ni hostias, los fumadores siguen en aumento), y con la nueva subida espera recaudar 780 millones de euros más.
Los bares amenazan con quitar de sus locales las máquinas expendedoras de ponzoña, a lo que nuestros gobernantes replican: pues donde dije digo, digo Diego: habíamos prohibido venderlo en las gasolineras en 2.006, pues se vuelve a permitir venderlo, y probablemente se permitan poner maquinas de tabaco en hospitales, ambulatorios, colegios y demás centros públicos.
Nos humillan, nos hacen aparecer para el resto de los mortales como apestados, pero como dicen los catalanes, la pela es la pela.
¿Ganancia de pescadores?.. ¡y hasta de chinos!. En las abundantes tiendas de tales, venden unas maquinitas, y unas cajas de pitillos vacios, los cuales se rellenan de un tabaco en hebra que curiosamente también venden en los estancos, y liándoselos uno, el precio de cada dosis es bastante menor que la de la oficial. Ya desconfió de todo, aparte de los asiáticos el Estado debe de estar recaudando algo, o es una forma de llevarnos al terreno que a ellos les convenga.


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