Haciendo cosas. Reponiendo leña, cambiando el grifo de la cocina y el calentador


Desde que nos han dejado solos, la verdad es que estoy haciendo cosas. No porque se me apetezca, sino más bien porque me está forzando mi hijo. La primera casi me vi obligado a hacerlo; la estufa que tenía en los pies donde me siento en el ordenador, se la llevaron, y pasar sin una la verdad es que con estos fríos no podía. Yo estaba convencido de que era mia, pero tampoco iba a discutir por eso, así que nos llegamos a unos grandes almacenes y aparte de la mía compramos otra para la ducha.
“Posyaque” estábamos fuera dijimos de hacer acopio de leña. Quedaba poca del primer viaje que trajimos. De los grandes almacenes atravesamos Granada y fuimos si no me equivoco a Huetor Santillan. Te das cuenta del derroche que hemos tenido cuando las vacas estaban gordas. Pasamos por no sé cuántas rotondas y cada una tenía una especie de monumento. Si tuviera que volver allí no sabría.
Ayer se puso a ordenar la cocina y de lo primero que se dio cuenta es que el grifo del lavadero perdía. Haciendo un esfuerzo por mi parte, fuimos a por uno y cuando estaba colocado, nos pusimos a cambiar el calentador de agua. El que había, era de llama constante, lo cual para mí es un peligro, y lo cambiamos por uno que enciende solo al abrir el grifo. Una cosa que en un principio parecía más o menos fácil, nos llevó todo el día y tuvimos que ir dos veces más al pueblo a por latiguillos, reducciones y demás accesorios. No me cabe en la cabeza que no se normalicen cosas tan estúpidas. No sé para qué sirve la Unión Europea aparte de para hacérnoslas pasar putas.
Sigo sin estar bien de mis neuronas. Cualquier contratiempo me parecía un mundo y hoy estoy rabiando de ansiedad.

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