Muerto de frio y eso que solo estamos a -2º C



Anoche estuvo la chimenea encendida hasta las doce y los radiadores no se les podía tocar porque quemaban, pues bien, esta mañana serían las siete cuando me despertó el frio. He de decir que duermo con sabanas de peluche (o como se llamen), con dos mantas y con un edredón.


También colgado de la pared una especie de estera que es una resistencia eléctrica. Me he levantado y antes de desayunar he puesto la estufa que tengo en los pies, he bajado al sótano y he encendido la caldera eléctrica hasta las doce que comienzan las horas punta.


Algo he metido la casa en calor, pero esto no es lo mío. Le haya puesto el precio que le hayan puesto a la energía eléctrica (No hay quien coño entienda la factura porque la electricidad a cada hora tiene un precio), voy a tener que programar la caldera para que encienda de madrugada.


Tampoco es que estén haciendo unas temperaturas desorbitadas, esta mañana estaba a -2 ºC. Ni quiero imaginarme como dije en una entrada anterior lo-40 ºC.
Pero ¿y la calle? Ni siquiera la piso o sea que estoy en una cárcel o quizás peor porque tal y como están los derechos humanos hoy en día puede que estos establecimientos tengan calefacción las veinticuatro horas.


De la cama a la estufa de los pies a hacer solitarios en el PC, a cierta hora a ver la TV a la mesa de camilla, por supuesto con su estufa, a comer, siesta, más solitarios y más TV.
El día cinco tengo que ir al hospital a que me hagan análisis de sangre y un electrocardiograma y llevo más de una semana pensando en que tengo que estar allí antes de las ocho y media y mientras el coche no caliente y se note la calefacción, las voy a pasar putas.
Me operarán y espero que la depresión no dure cien años, pero lo que sí es seguro es que tengo que cambiar de clima. Así no merece la pena vivir. Volveré a Costa Rica (si tiene solución lo de la residencia), me iré a Las Azores o a Malasia, pero huiré de aquí.

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