En mi vida por lo que estoy recapacitando he sido de todo o nada. Me acuerdo cuando era un niño y cada veinte pasos rezaba un padre nuestro por si en ese espacio de tiempo había cometido un pecado venial (Bien lavado que me tenían el cerebro) y ahora soy ateo. Con los antidepresivos me pasa igual con los.
Hice caso a quien me dijo que sería buena una segunda opinión por lo que consulte con alguien que había estado en psiquiatría de un hospital y me recomendó uno.
Con la ansiedad de salir de esta maldita pesadilla me llegue a él. La primera hora la paso en la computadora haciéndome un historial médico que no se para que puñetas le podía servir aquello.
Acaba con el teclado y se pone a hacerme las recetas. No habíamos cruzado palabra en todo el tiempo, ni ¿Cómo estás? ¿Ni cómo te sientes? Que yo algo que me diera esperanzas, no al final me dice tomate X de 75 mg. Se me ocurrió preguntarle cuando notarias los síntomas a lo que en plan seco me dijo al mes.
Pasado este tiempo, más bien el doble, fui a decirle que me encontraba igual o peor y no se lo pensó mucho el X me lo doblo por dos.
No quiero seguir hablando de este fulano solo decir que a la tercera ya ni era X por dos, sino que me añadió una Y más, la cual la tomo una semana y deje de tomarla porque me puso fatal.
Antes de nada, aclarar que yo no le estoy diciendo a quien esté pasando por este turbio mundo se ponga en manos de un especialista.
Ya en su día escribí una entrada sobre la depresión. Aquí os la dejo.
Mi gran duda si mando los antidepresivos a tomar por el culo o me los voy quitando poco a poco.
Yo sigo con mis baños de agua fría que ahora no en la piscina (La han puesto a pintar) pero he amarrado una goma en un tronco de un árbol y ahí pego mis hermosos suspiros mientras me cae el agua en la nuca.
De todas formas no soy el único que opina así y si no leer también esto.
La piscina esta vacía. Tapar gritas y pintarla. Puede durar entre una y dos semanas. Ya puede que sea vicio, pero me he entretenido en quitarle la alcachofa a la ducha y cada dos por tres estoy debajo del caño. Es peor que la piscina puesto que en ella hago un esfuerzo al nadar que simula el frío del agua.
Búsqueda en Google de: En mi caso las cuerdas se tocan. Ya no creo en los antidepresivos
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