A veces pienso que lo más grande de que dispone el hombre es el hambre de conocer. La frase aunque no es mía, ha sido una constante en mi vida, pero ahora en mi soledad, se ha convertido si no en algo enfermizo, puesto que disfruto delante de un libro o con este invento de Internet en el que buceando un poco, es difícil no encontrar lo que se busca, si en una especie de necesidad, que tengo que alimentar.
Precisamente hoy, he pensado en mi soledad y me he venido a este trasto a buscar como la definen y la verdad es que la conclusión que he sacado es que o soy un bicho raro, o al igual que en la depresión, solo el que pasa por ella, sabe lo que es. En la mayoría de los casos la definen como uno de los posibles factores que causan otros desórdenes, entre ellos depresión, suicidio. Es curioso que precisamente a mi me ha pasado todo lo contrario, ha sido al salir de mi depresión (Considero que he salido aunque me den algunos bajones), es cuando voluntariamente he escogido esta opción. Me sigo asustando cuando busco imágenes y todas ellas son estampas que nos inducen a la tristeza, la desesperación y en definitiva a la nada. Continuo buscando y encuentro lo siguiente: “Si la soledad es deseada nada hay que objetar, aunque la situación entraña peligro: El ser humano es social por naturaleza y una red de amigos con la que compartir aficiones, preocupaciones y anhelos es un cimiento difícilmente sustituible para asentar una vida feliz. Es una meta difícil; las estructuras y hábitos sociales de nuestra civilización frenan este empeño de hacer y mantener amistades, pero merece la pena empeñar lo mejor de nosotros en el intento”. Ya me quedo mas tranquilo.
Para nada me considero infeliz, y efectivamente vivo con la esperanza de hacer y mantener amistades, pero no precisamente en esta civilización. Seria como retroceder en mi vida a unos valores que a mi alrededor los veo si no agotados si en una pendiente difícil de parar. También tengo mis dudas de conseguir esta meta, pero la sola ilusión de conseguirlo me mantiene vivo.
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