Playa de Malpaís descrita por un tico
En mi anterior entrada, decía que pasé videos, imágenes y una canción del celular de Diego al mío. Había escuchado la canción, y visto solo uno de los videos, pero el resto y las imágenes no; hoy lo he hecho y sin adornarlos ni nada los he subido a YouTube. Nunca he dicho que todos los ticos sean igual que él, sino más bien todo lo contrario, que Diego es un ser especial, y sobre todo un niño de la calle y en este video que encabeza esta entrada, se describe perfectamente. Si se pone un poco de atención y se entiende su jerga, se verá su forma de pensar.
Volviendo al video que subí ayer. Alguien me ha dicho que hace muy mal el playback. Ya dije que hice una composición, de un video en el que cantaba otro regatón, al que le quite la voz y le superpuse la canción que había grabado en un estudio; demás sabía que no iba a salir nada bien, pero esperar a Diego para volver a gravarlo es como esperar el fin del mundo de los mayas. También lo voy a subir a YouTube para que se vea lo que cantaba en él.
En todos, y sin venir a cuento le sale el regetón.
Como pronosticaba el nicky, probablemente no lo volveré a ver, y espero que sea lo único, porque tengo perfectamente claro que a mí me respeta. La última vez que paso por aquí, mientras me duchaba, el me espero. Fue contándole a todo el que pudo como confiaba en él, lo había dejado “cuidando” la computadora, la cámara, el celular y demás. Ni el mismo se lo creía.
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Diego y su reguetón. Ocho cuatro de Franco Big
Años ha que lo conocí, y son varias las veces que he escrito sobre Diego, la última hace relativamente poco.
Volvió a desaparecer, y temí lo peor, pero un día hablando con Julio, me dice que está trabajando en Malpaís, y que está muy formal.
Por esta época del año en Costa Rica son las vacaciones. Coinciden las navidades y el verano. Ayer, me voy para mi playa y me lo encuentro en el super.
¿Qué? ¿De nuevo por aquí?
Si, ha parado la obra en la que estaba y voy a ver a mi familia.
Como es lógico nos sentamos en la mesa y ya me explica algo de su vida.
Esta mañana empecé a trabajar a las seis, pero no se crea, con un mazo rompiendo piedras, después cogí la bicicleta (dice que le ha costado 500.000 colones, cosa que no creo), y aunque pudiera llegar a Paquera, he decidido hacer noche aquí.
¿Dónde vas a dormir?
En Cabinas El Bosque.
No me lo puedo creer, Diego pagando por dormir en una cabina.
Me enseña el regalo que lleva para su madre, un celular, y en estas estaba cuando me dice que voy a ser el primero en escuchar algo, y me pone su canción.
Que tiene una facilidad enorme para improvisar a ritmo de reguetón, ya lo sabía, pero esta tenía música y efectos especiales. Ya me explica que tenía un amigo que trabajaba en unos estudios y en ellos lo había gravado.
Sé que los celulares, llevan un programa con el que puedes pasar imágenes videos y demás sin mediación de cables, le digo que me pase no solo la canción, sino otros videos e imágenes que me enseño. No sabía, llamo a Valentina, una niña de diez años, nos mira con cara de decirnos: ¡Vaya par de torpes!, nos enseña cómo es y seguimos nosotros.
Diego es como es, está trabajando pero sigue siendo no solo un elemento que se las sabe todas, sino que para él es normal, algo así como traficar con marihuana (para nada estoy diciendo que lo haga) o robar ciertas cosas.
Me acompaña hasta mi casa, venia sin camisa, me pide una prestada y me dije, adiós a la misma. Lo digo porque no tenía claro si esta mañana continuaba ruta o se quedaba unos días en Tambor, y ha sido lo primero, y supongo que lo hizo bastante temprano.
Se lo advertí, que posiblemente con lo que me había dejado haría una composición y lo subiría a YouTube.
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