Como los perros y los gatos


Recurrimos a la frase que encabeza este escrito para dar a entender que las personas a las que se la aplicamos se llevan a matar, pero curiosamente no entre todos los perros y gatos ocurre esto.
Son un par de días los que llevan juntos Dorao y Escubi. La verdad sea dicha son bastantes más las veces que se habían visto. Pues bien, entre ellos se podía aplicar la frase de juegan como el perro y el gato. Juegan a una especie de escondite para ver quien sorprende a quien.
Escubi debido a su tamaño, juega con ventaja con respecto a por ejemplo Kiko. Una pata de Escubi sobre Dorao, apenas le hace nada, pero la pata de Kiko con unas uñas que parecen garfios, no solo aplastan al gatillo, sino que cuando me las echa a mi, me deja marcado.
Y pongo como ejemplo a Kiko, porque en la terapia de grupo que hago todos los días con ellos, parece que lo está aceptando, y que incluso quiere jugar con él, pero cada vez que le echa la manaza encima el gato le responde con un fuuuu que hace que Kiko se ponga no solo a la defensiva, sino que quiera atacar.
No digamos de la Penca. No hace migas con él ni por asomo. Cuando se lo acerco le caen babas de la boca yo creo que pensando en el bocado tan exquisito que tiene a tan corta distancia. Difícil veo que congenien.
Son muchas las veces que el Escubi y el gato han jugado, pero difícil es que tenga la cámara a mano y cuando la tengo parece que se lo huelen y no juegan. A base de paciencia he cogido unas pocas de tomas y las he unido.

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Penca, Fideo y Kiko, y se nos agregan otros dos, primero Escubi y al día siguiente Otto.
Son cosas de las vacaciones de verano y otras no tanto, precisamente los trabajos de de esta época.
Los agregados no son perros callejeros como los nuestros, son de raza y con pedigrí. Un Pincher enano, y un Braco alemán.
Para el enano, la dueña trae su cama, arnés, correa, su pienso especial y muchas recomendaciones de cómo hay que cuidarlo, pero una vez que se une al trió autóctono, no había forma ni de que entrara en la casa.
El matrimonio que trae al alemán no da tantas recomendaciones y no solo hace amistad con los otros cuatro, sino que duerme en el campo con ellos, eso sí, hubo que echarle de comer aparte porque a la hora de comer no hay amigos que valgan.
Esta mañana nos han despertado el Fideo y Ottto. Han congeniado bien y sus juegos los tenían precisamente junto a la ventana de nuestro dormitorio.
Otto ya se ha bañado en la piscina, en este caso si es un perro especial; cuando los demás, aprieta el calor, y buscan la sombra, el se tira a la piscina.


Esta mañana ladrerío en la parte de arriba del campo, al final no sé exactamente cuál de ellos, ha cogido un conejo (el mejor en estos menesteres es Kiko), lo que sí es cierto que ha sido la Penca la que se lo ha comido con piel y todo. Buen desayuno.


Si le sumamos a esta manada el Dorao, el gatillo, que por cierto ya ha cumplido los tres meses, dentro de poco nos tendremos que salir nosotros.


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