¿La soledad produce depresión o viceversa?


A veces pienso que lo más grande de que dispone el hombre es el hambre de conocer. La frase aunque no es mía, ha sido una constante en mi vida, pero ahora en mi soledad, se ha convertido si no en algo enfermizo, puesto que disfruto delante de un libro o con este invento de Internet en el que buceando un poco, es difícil no encontrar lo que se busca, si en una especie de necesidad, que tengo que alimentar.
Precisamente hoy, he pensado en mi soledad y me he venido a este trasto a buscar como la definen y la verdad es que la conclusión que he sacado es que o soy un bicho raro, o al igual que en la depresión, solo el que pasa por ella, sabe lo que es. En la mayoría de los casos la definen como uno de los posibles factores que causan otros desórdenes, entre ellos depresión, suicidio. Es curioso que precisamente a mi me ha pasado todo lo contrario, ha sido al salir de mi depresión (Considero que he salido aunque me den algunos bajones), es cuando voluntariamente he escogido esta opción. Me sigo asustando cuando busco imágenes y todas ellas son estampas que nos inducen a la tristeza, la desesperación y en definitiva a la nada. Continuo buscando y encuentro lo siguiente: “Si la soledad es deseada nada hay que objetar, aunque la situación entraña peligro: El ser humano es social por naturaleza y una red de amigos con la que compartir aficiones, preocupaciones y anhelos es un cimiento difícilmente sustituible para asentar una vida feliz. Es una meta difícil; las estructuras y hábitos sociales de nuestra civilización frenan este empeño de hacer y mantener amistades, pero merece la pena empeñar lo mejor de nosotros en el intento”. Ya me quedo mas tranquilo.
Para nada me considero infeliz, y efectivamente vivo con la esperanza de hacer y mantener amistades, pero no precisamente en esta civilización. Seria como retroceder en mi vida a unos valores que a mi alrededor los veo si no agotados si en una pendiente difícil de parar. También tengo mis dudas de conseguir esta meta, pero la sola ilusión de conseguirlo me mantiene vivo.

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De gatos y gatas. Las cacerías nocturnas



Me he propuesto hoy no escribir cabreado igual que lo hice ayer. Lo hare sobre los gatillos que dicha se la verdad ya no lo son tanto.
Nombre tampoco tienen, aunque yo les llamo la gata (Tiene más cuerpo) y el gatillo negro, que parece mentira que siendo de la misma madre sean tan diferentes.
Desde que me levanto están esperando en unas sillas que hay en la puerta del dormitorio, me hacen algunas caricias o más bien se las hago yo a ellos, en especial al gatillo, se ponen a dormir sobre la cama y sin parar lo están hasta las ocho o las nueve.
Cenan, y al poco se escucha el ruido de la gatera y me imagino que se irán de cacería o al menos a intentarlo.


Desde que están con nosotros yo les he visto meter en la cocina dos ratas y una paloma.


Que menudo plumerio armó. Yo creo que todos los ha cogido el gatillo negro que al parecer tiene más instinto de depravador.


También los he visto en el jardín con un gazapo, pero de este se apodero el Curro y el negrillo no hacia más que dar vueltas a su alrededor para ver si se lo cogía

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Lleva sin funcionar la Temeré, entre tres y cuatro años. ¿volveré a cogerla?




Mi hijo tiene una BMW Dakar, que, a pesar de tenerla bastante tiempo en la cochera, tampoco había hecho mucho por cogerla. Más bien nada.
Sera porque está llegando el verano, ahora ha decido hacerlo. Antes dijo llevarla a un amigo que, aunque es albañil tiene un hijo que trabaja en un taller de motos para que le diera un repaso.
Puta envidia y quizás que me había puesto como tope que cuando cogiera la Temeré, es porque ya la depresión era un recuerdo, así que le dije que la llevara también.
Estaba hecha un desastre: Cubiertas rajadas, el deposito por dentro con más mierda que el rabo de una coneja, el silenciador que no pasaría la ITV con él y paro de contar.
Entre que el trabajo no está sobrado y lo que le ha enseñado el hijo, poco a poco entre los dos la han ido poniendo en funcionamiento. La verdad es que me han entrado ganas de subirme en ella, pero que entre los días que me llevo tomando el nuevo antidepresivo, harán choque con las pastillas que me tomo para dormir, que no son ni más ni menos que tres y a launa de la madrugada estoy completamente despierto, me pongo en el ordenador a jugar al solitario y vuelvo a caer sobre las cinco. No, no estaba en condiciones de cogerla ha pesar de ya haberme dado dos baños en la piscina. Por cierto que mi hijo ha vuelto a pegar las piezas de la bomba. Ha ido esta mañana temprano a por pegamento.
La verdad es que, con cubiertas nuevas, tubo de escape también nuevo y las otras cosas que no se le ven a simple vista a mi me parece igual.
Le compraré el seguro e intentare que pase la ITV y no sea mucho el tiempo que pase sin cogerla.
Algo me debe estar haciendo el antidepresivo cuando ya soy capaz de escribir en el blog.

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