Perros mineros. A la caza de un conejo
Estábamos junto a la piscina cuando vi subir al Fideo. El canícula apretaba, motivo por el que me extrañó. Era la hora en que los perros se aletargaban a la sombra en espera de que pasaran los rayos que el astro rey nos mandaba convertidos en lenguas de fuego.
Sin escuchar ladridos ni ninguna otra señal, veo que también sube la Penca. Que la perra con su Leishmaniosis, se molestara en subir ya me extraño mas.
La curiosidad hace que también suba yo y allí me encuentro también a Kiko.
Habían visto/olido una presa y su instinto depredador, hacia que no la perdonaran.
La pobre presa había buscado refugio, pero los perros no se daban por vencidos. La tenían demasiado cerca para hacerlo. El trabajo de excavación así como el calor ambiente hacia que se cansaran, motivo por el que se intercambiaban en la tarea. La única que ladraba (ladridos entrecortados) mientras hacia su trabajo era la Penca. Tendría que dejar constancia de su matriarcado y amedrantar al pobre bicho.
Llego la noche y continuaban, por lo que no se si cumplieron su objetivo.
Que sacaron más de dos metros cúbicos de tierra es seguro, pero si consiguieron su objetivo lo ignoro. Ojala no. Aunque me imagino era un conejo y es ley de vida, también tienen derecho a burlar a sus depredadores.
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Exterminio de tortugas en Costa Rica
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Es curioso que lo último que he escrito sea acerca de la falta de recursos en el planeta Tierra. Decía que le achacábamos la mayoría de los males al agujero de ozono, al cambio climático y no se a cuantas choradas mas. Y digo es curioso, porque me acaban de llegar las imágenes que encabezan esta entrada (las he convertido a presentación de PowerPoint).
Son imágenes de recogida de huevos de tortugas en Costa Rica.
Ha sido bastante tiempo el que he vivido en Bahía Ballena, Península de Nicoya, en aquel país. Como su nombre indica a ella acudían bastantes de estos grades mamíferos. Pues bien, en todo este tiempo no vi ninguna.
Lo más doloroso, es que en este refugio natural, precioso donde los haya, también venían a desovar las tortugas, pero al igual que en la imágenes de arriba acudía la gente a la recogida de huevos. Repito, en el tiempo que estuve allí no vi ninguna que viniera a hacerlo.
Todos sabemos que por no sé qué causas extrañas vuelven a dejar sus huevos al sitio donde nacieron, pero si no nace ninguna, ninguna vuelve.
Costa Rica es un país eminentemente turístico, no comprendo cómo su gobierno permite estas cosas, menos en un país que no tiene ejercito y debía esmerarse, en la efectividad de su policía, cosa que tampoco ocurre (la falta de medios de la misma es sorprendente).
No todas las personas, son tan ignorantes, y hubo algunas, que recogían los huevos, y los incubaban en la escuela del pueblo. Cuando nacían, era una fiesta para los niños que iban a soltarlas al mar. Problemas con los maestros y también dejaron de hacerlo.
Por causas que he explicado en escritos anteriores, me vine de allí con la idea de volver pronto, pero el hombre propone y dios dispone.
Me da lástima que esto ocurra allí. Les tengo mucho cariño a aquel país y a sus gentes. Si hacen estas cosas, es más bien por ignorancia. Otros, bastantes, por necesidad.
A esto añádele el daño que le están haciendo los barcos pesqueros.
He buscado que el gobierno de Costa Rica haya desmentido esta noticia, y he encontrado esto. Para más INRI el periodista que lo investiga en su artículo da más datos y dice que es Playa Junquilla de Costa Rica. También un comunicado del Instituto Costarricense de Turismo donde da su versión.
No quito ni pongo rey, pero las imágenes son demasiado fuertes.
La crisis y la repartición de recursos del planeta Tierra
Que el gasto de la gente de la calle está disminuyendo es cosa obvia. La inseguridad ante la economía hace que prefiramos ahorrar antes que consumir, y a esto añádele al que no tiene un puto duro para hacerlo (no hay más que recordar a los cinco millones de parados en España), porque aun habiendo mucha economía sumergida, no creo que les dé para comprarse BMWs.
El que el consumo disminuya, para los economistas, esos señores que no fueron capaces de alertar sobre lo que se nos venía encima, es una catástrofe. Hay que consumir para que los países progresen, dicen.
No voy a hablar aquí de la jaula de grillos en que se convierten las reuniones de los mandamases de la zona euro, de los mercados ni de Moody's.
Veíamos la televisión y ponían un reportaje de cómo vivían los desheredados de la ciudad de Manila. María me dijo: Quita eso que no soporto verlo.
Entre las noticias de los telediarios, sobre como lo está pasando la gente en las playas, también dieron otra sobre sequía y hambruna de Somalia. Ni puto caso que se le llama a eso. A nadie le interesa que 57.000 niños sufren de malnutrición severa.
Un inciso: En su día nos amargaron con el agujero de ozono, la Huella ecológica, la tierra cultivable, la esquilmación de los océanos, el peligro asiático, el final del petróleo, de que Gaia estaba enferma y paro de contar.
Me hago una reflexión: ¿El que los países, digamos desarrollados, consuman menos, no será bueno para los más necesitados toquen a más? Por lo pronto me vienen a la cabeza los países emergentes, sobre todo China e India, que están creciendo a un ritmo desmesurado, por lo que lo que no estemos consumiendo nosotros, lo están consumiendo ellos.
Lo de la crisis me suena a aviso. Los gringos, no pueden estar consumiendo diez veces más de lo que da el planeta Tierra, ni los españoles cinco, pero como siempre el pez grande se come al chico y aunque escaseen los recursos, quienes peor lo pasaran serán los más débiles. Puede que terminemos comiéndonos unos a otros.
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Como los perros y los gatos
Recurrimos a la frase que encabeza este escrito para dar a entender que las personas a las que se la aplicamos se llevan a matar, pero curiosamente no entre todos los perros y gatos ocurre esto.
Son un par de días los que llevan juntos Dorao y Escubi. La verdad sea dicha son bastantes más las veces que se habían visto. Pues bien, entre ellos se podía aplicar la frase de juegan como el perro y el gato. Juegan a una especie de escondite para ver quien sorprende a quien.
Escubi debido a su tamaño, juega con ventaja con respecto a por ejemplo Kiko. Una pata de Escubi sobre Dorao, apenas le hace nada, pero la pata de Kiko con unas uñas que parecen garfios, no solo aplastan al gatillo, sino que cuando me las echa a mi, me deja marcado.
Y pongo como ejemplo a Kiko, porque en la terapia de grupo que hago todos los días con ellos, parece que lo está aceptando, y que incluso quiere jugar con él, pero cada vez que le echa la manaza encima el gato le responde con un fuuuu que hace que Kiko se ponga no solo a la defensiva, sino que quiera atacar.
No digamos de la Penca. No hace migas con él ni por asomo. Cuando se lo acerco le caen babas de la boca yo creo que pensando en el bocado tan exquisito que tiene a tan corta distancia. Difícil veo que congenien.
Son muchas las veces que el Escubi y el gato han jugado, pero difícil es que tenga la cámara a mano y cuando la tengo parece que se lo huelen y no juegan. A base de paciencia he cogido unas pocas de tomas y las he unido.
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Nuestros visitantes caninos
Penca, Fideo y Kiko, y se nos agregan otros dos, primero Escubi y al día siguiente Otto.
Son cosas de las vacaciones de verano y otras no tanto, precisamente los trabajos de de esta época.
Los agregados no son perros callejeros como los nuestros, son de raza y con pedigrí. Un Pincher enano, y un Braco alemán.
Para el enano, la dueña trae su cama, arnés, correa, su pienso especial y muchas recomendaciones de cómo hay que cuidarlo, pero una vez que se une al trió autóctono, no había forma ni de que entrara en la casa.
El matrimonio que trae al alemán no da tantas recomendaciones y no solo hace amistad con los otros cuatro, sino que duerme en el campo con ellos, eso sí, hubo que echarle de comer aparte porque a la hora de comer no hay amigos que valgan.
Esta mañana nos han despertado el Fideo y Ottto. Han congeniado bien y sus juegos los tenían precisamente junto a la ventana de nuestro dormitorio.
Otto ya se ha bañado en la piscina, en este caso si es un perro especial; cuando los demás, aprieta el calor, y buscan la sombra, el se tira a la piscina.
Esta mañana ladrerío en la parte de arriba del campo, al final no sé exactamente cuál de ellos, ha cogido un conejo (el mejor en estos menesteres es Kiko), lo que sí es cierto que ha sido la Penca la que se lo ha comido con piel y todo. Buen desayuno.
Si le sumamos a esta manada el Dorao, el gatillo, que por cierto ya ha cumplido los tres meses, dentro de poco nos tendremos que salir nosotros.
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Oficios desaparecidos. Recuperándolos para la crisis
No todo van a ser penas.
Cuando abro los ojos después de una noche durmiendo, lo primero que veo es lo de la imagen de arriba. Por repetida nunca me fijo en los detalles, pero mira por donde hoy me he fijado en uno de los objetos que en ella hay. Normalmente este no ha sido su sitio; la tenia junto a otros instrumentos musicales, tales como maracas, flautas, cencerros y otros, traídos de mis viajes por esos mares y algunos regalados. No sé su nombre, pero yo siempre le he llamado trompetilla. La saco y le hago imagen aparte.
A este instrumento en especial, le tengo bastante cariño, hasta el punto que me lo lleve al trabajo y lo puse encima de mi mesa del despacho. Algún incauto me preguntaba el por qué la tenía allí y mi respuesta era: Para hacerle la trompetilla al que se lo merezca. Normalmente pensaba en mi jefe (todos en el trabajo tenemos un jefe). ¿A quién no le hubiera encantado hacerle la trompetilla al jefe? (Se que estas pensando en la que se hace con la mano). No me extraña que dijeran de mí que era más raro que un perro verde.
Por asociación de ideas, me retrotraigo a mi niñez, donde había lo había escuchado y con toda seguridad a los basureros cuando pasaban a recoger, lo que por aquel entonces era casi totalmente materia orgánica maloliente (no había ni bolsas ni botellas de plástico, ni tantos envolventes de comida prefabricada).
También lo utilizaba el pregonero, pero en mi pueblo si existía no se acercaba por la calle donde vivía, más bien a las afueras.
Sin darme cuenta pienso en personajes con diferentes oficios la mayoría con otros instrumentos musicales que cada cierto tiempo se acercaban por allí, y el primero que se me viene a la cabeza es el amolador.
Lastima no poder reproducir el sonido de su flauta (similar a algunas que traje de Sudamérica, de caña).
Me admiraba la tecnología que habían aplicado a una simple bicicleta, para hacer girar una piedra de amolar, pedaleando sentados en el sentido inverso de la marcha. También la destreza que tenían afilando cuchillos, tijeras o cualquier objeto cortante que pusieran en sus manos.
El siguiente que me viene a la cabeza es el lañador. Tampoco existía el Super Glue, y no estaban los tiempos como para tirar una fuente que en su momento se rompió y que posiblemente era herencia de la abuela. De este profesional lo que más me gustaba era su berbiquí, sin enchufe, sin baterías y con accionamiento manual. El que pongo en la imagen, debía ser de importación, porque los he visto, parecidos a un arco de madera cuya cuerda la liaban alrededor de la broca y actuando como si tocaran el violín, taladraban donde iban las lañas. ¿Cómo las podían apretar de forma que no perdiera una puñetera gota?
También estaba el sombrillero. No recuerdo el instrumental, pero sé que llegaban con las primeras lluvias.
Sigamos con el sillero.
Los asientos más comunes en aquella época eran con culo de anea, la cual bien por el uso, por los gatos que tenían debilidad por afilar sus uñas en ellas, o por otras causas, terminaban con el peligro de que se colara uno por ellas. A cuestas llevaban un haz de aneas, pregonaban su trabajo, se sentaba en un lugar a la sombra y hasta allí le llevaban, normalmente las mujeres, las desvencijadas sillas.
El canastero. No sé el por qué este era un oficio de gitanos, pero yo como vivía muy cerca de ellos, veía el arte que tenían para hacerlas de diferentes formas y tamaños.
Los sobrantes de las cañas lo utilizaban como combustible para hacer la comida y como te acercaras a la fogata, se te introducía un olor en la piel que no la quitaba ni el jabón Lagarto. ¡Hueles a gitano! me decía mi madre.
Hay otros más que interesaría recuperar, en especial el herrero. Hacían verdaderas obras de arte, pero también al sereno, el vendedor de barquillos de canela, otros que cambiaban alpargatas viejas (¿Qué harían con ellas?) y botellas por chucherías; y más que se me olvidarán.
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No hay dos sin tres, ni quinto malo. Informe de alta
No he puesto el titulo por escucharlo en un anuncio de televisión. Creo que esta frase la he puesto alguna vez en este blog antes del dichoso comecocos.
Llega el día que me indicaba el informe que encabeza este escrito para la consulta del Urólogo y para allí vamos.
El Dr. Suarez que es el que normalmente me ha visitado parece que estaba muy ocupado y me pasan a la consulta de atrás donde estaba un urólogo joven. Nada de bata de medico ni puñetas, una camiseta de esas con mensajes subliminales y bastante agradable.
Lee el documento que le doy y se mete en mi historial del ordenador. Tengo claro que una cosa es lo que te dicen a ti y otra es la que tienen en tu historial. Cuando le comento que la Mitomicina, me había calcificado parte de la herida de la primera operación y que esa calcificación me la habían quitado en la segunda, me dice que al quitarla se habían dado cuenta, que es que quedaban restos del primer tumor y que en la segunda no pudieron profundizar mucho para no romper la pared vesical.
Duda entre seguir con la Mitomicina, pasa a la consulta de Dr. Suarez y al volver me dice que me va a mandar directamente a la mesa de operaciones.
No sé el por qué me acuerdo de unas grúas antediluvianas que echaban unos bloques de hormigón de unos dos metros de arista al espigón del puerto de mi pueblo. Uno de esos bloques lo veo cayendo sobre mí.
Cree que me operaran en Septiembre, pero cuando me paso por Preoperatorio, y aparte de darme cita para un Electrocardiograma, análisis de sangre y rayos para el 21/09/2011, la consulta con el anestesista me la dan para 06/10/2011, lo cual quiere decir que no me operaran hasta Diciembre o Enero del año que viene. Por bien que vengan las cosas, el invierno al que tanta manía le tengo, lo vuelvo a pasar aquí.
Me explica que lo que me están haciendo son operaciones menores, pero que limpiar todo en condiciones, pueden tardar hasta cuatro años. Termina de alegrarme la vida el muy cabrón.
Me sale del alma: ¡Adiós Costa Rica!, y mira por donde dice que el acaba de pasar un mes de vacaciones allí. Me da ánimos y me dice que no lo piense y que después de operarme tire para allí.
Al día siguiente, me desperté, intentándome hacer un lavado de cerebro: Te fuiste a Costa Rica con la idea de empezar una nueva vida, pues a partir de ahora, olvídate de la que empezaste y hazte a la idea que vas a iniciar otra.
¿El por qué no?
Pasan los días y esta depresión solapada que tengo desde que llegue a esta mierda de país, veo que va extendiendo raíces. Por más que pienso, no me veo encerrado aquí con los fríos. No tengo ganas ni de salir al pueblo. Lo que me faltaba es volver a hundirme, y aunque sé que saldré de ella (por ahora nada que ver con la que me tuvo diez años fuera de este mundo), pienso en los que tengo a mi alrededor. Se que se les puede hacer mucho daño. Nadie que no haya pasado por ella sabe lo que es y no comprenden que no es tan fácil como darle a un interruptor para desconectarse de la misma.
Cuando me encontraba muy mal, me echaba en la cama y me traía a le mente la imagen de un fondo submarino con las aguas muy transparentes, cálidas, y llenas de vida, tanto vegetal como animal. Me ayudaba bastante. Me desespera no saber qué imagen traerme ahora.
Esta mañana solo despertarme, lo he visto todo muy negro.
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Después de la crisis, vendrán tiempos mejores. Esperemos
En mi anterior blog quedé convencido de que lo escrito tiene múltiples interpretaciones, y esto viene a cuento de que ya me han dicho a raíz de lo que escribí en mi entrada previa, alguien me dijo algo así como que llevo razón, que es una vergüenza que habiendo tanto parado, los españoles no vayan a la recogida del ajo. En realidad el titulo de la noticia que puse de la Cadena SER, ya era una crítica. Si yo estuviera en el paro, cosa que no es así, antes me iba a atracar bancos que estar de sol a sol recogiendo ajos en una postura que no se cómo coño no acaban con un lumbago para toda la vida, y después para cobrar veinte euros diarios (al menos es lo que puse). ¡Vamos!, para café copa y puro.
Cuando era un crio, y por las mañanas, bien temprano, me dirigía a la academia (en mi pueblo por aquel entonces no había institutos), donde estudiaba bachiller, pasaba por la puerta de uno de los ricos/caciques que en él había, y en su puerta esperando quince o veinte personas. Salía el capataz, no el cacique, y me acuerdo perfectamente que se dirigía a ellos diciendo: tu, tú y tu, para tal finca, tu para tal otra y para los demás no hay trabajo. Con mi corta edad, sentía vergüenza ajena.
Lo anterior, con algunas variantes se está dando otra vez. No lo hacen en la puerta del señorico, y tampoco son españoles, sino inmigrantes, se reúnen en una plaza, llegan unas furgonetas y cogen a los trabajadores que le interesan y ¡hala!, a trabajar al mercado negro.
Le echamos la culpa de lo que está pasando, a los bancos, a los mercados, a los políticos y a todo quisqui que se ponga por delante, pero nadie reconoce que estos elementos nos fueron metiendo en la cultura del despilfarro y o somos tontos y no nos dimos cuenta, o nos lo hicimos. No hace falta ser muy listos para darse cuenta de que si en mi casa hay unos ingresos mensuales de mil euros, no me puedo gastar mil quinientos, y si lo hago un mes, por causa mayor, los siguientes tengo que apretarme el cinturón y ahorrarlos. No, aquí no: que el vecino se compraba un BMW, yo un Audi, si se compraba una segunda vivienda en el pueblo de al lado, yo un apartamento en la playa. En el escalafón, le siguieron los Ayuntamientos; si Guájar Faragüit, se había hecho un polideportivo, el alcalde de mi pueblo nos hace otro pero con piscina climatizada incorporada. Sigamos con las comunidades haciendo aeropuertos en que no aterriza una puñetera avioneta, y el gobierno AVEs en el que se meten diez pasajeros diarios.
Para nada estoy de acuerdo que para hacerle la competencia a China nos retrotraigamos a épocas pasadas en las que pasé vergüenza porque unos trabajadores esperaban a que el señorico de turno tuviera a bien regalarles una jornada de trabajo (eso sí, pagada).
Me extendería pero no acabaría. Únicamente dejar claro lo que quería decir en mi entrada anterior, a la que etiqueté De cachondeo.
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Los parados. De talleres de reparación de autos y de la recogida de ajos
No sé el por qué me sonaba que tenía que pasar la ITV al Passat. Ya desde el año pasado tenia fundido uno de los pilotos intermitentes laterales (No se para que narices sirven), así que junto con que arranca cuando le da la gana, decidimos llevarlo al taller. Precisamente a uno que le habían recomendado a María diciéndole que el mecánico era muy bueno.
¡Nada hombre!, esto le ponemos una válvula de retención en el circuito de combustible y ya arranca como dios, me dice.
Y no te olvides del piloto, le contesto.
Tráelo mañana.
Volvemos y no esta él. Después de buscar por los alrededores, encontramos al hermano que también trabajaba allí.
Me dice que el hermano había tenido un accidente y que solo estaba él. Vuelvo a explicarle lo que quería.
Bueno en realidad lo que necesita es una preiteuve.
Por acabar, le digo que sí, pero que no se olvide de la válvula de retención.
Tráelo mañana.
Al fin lo miró. Nada de piloto ni de válvula de retención, miró/hizo lo que le dio la gana.
Se me ocurre mirar la fecha y ya la tenía que haber pasado. María tenía que ir de viaje y le digo de llevarlo aunque no la pase. Tendríamos un documento en el que decía que lo habíamos intentado.
No sé si avisan de la fecha de pasar la revisión, lo que sería de lo más normal. Lo que es seguro que a mí no me han avisado, por lo que pienso que es una buena forma de recaudar en multas.
La pasó María, sin piloto y al parecer tenía el nivel de aceite bastante bajo pero ella con sus armas de mujer, consiguió pasarla.
Pasan los días y decidimos llevarlo nuevamente. Taller cerrado. Después de no sé cuánto tiempo, lo vemos abierto, paramos y vemos al buen mecánico collarín al cuello.
He tenido que pedir el alta, mi hermano ha desaparecido y no sabemos dónde anda. Traedlo mañana (y van…) que el que no arranque es un circuito electrónico, y al piloto le falta un contacto. No es cuestión de bombilla.
No continuo, porque a día de hoy seguimos igual después de que María haya estado otras quinientas veces.
Es que estoy yo solo y no doy abasto, es lo que le dice ahora.
El carro sigue igual.
¿De verdad no hay mecánicos entre esos cinco millones de parados? O será que consideran que les paga poco. Si es esto último van jodidos.
Sólo ocho españoles entre los 2.538 temporeros de la campaña del ajo en Las Pedroñeras o algo similar veo/escucho en la televisión. Claro que si mal no recuerdo decía que cobraban veinte euros al día, con lo que ya están consiguiendo lo que se proponían que era igualar nuestros sueldos a los de China (los hijos de la gran Bretaña, no tienen otra solución para hacerles la competencia a ese país). Ajos chinos encontraras en cualquier supermercado.
También me acuerdo de un video que vi por ahí y que os lo dejo.
¡Vamos de puta madre! ¡Ni indignados ni hostias!
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