Extraños personajes en mi pueblo. Marcos


Creo que en algún escrito anterior ya los había mencionado. En realidad no son tantos los foráneos que andan por aquí. Destacaría a dos, pero hoy le toca el turno a Marcos.
¿El por qué le toca a él? Se ha hecho asiduo de mi tertulia en la playa, y sin yo preguntarle nada, va soltando su vida.
Marcos llegó aquí contratado como Arquitecto por una empresa canadiense de esas que se dedican a comprar terrenos y dividirlos en lotes para vendérselos a compatriotas. De esta empresas también habría que hablar; compran terrenos a personas que no son los dueños de los mismos, hacen lotes que no tienen acceso, y cosas que se me escapan de mis entendederas, pero sigamos con Marcos.
Marcos nació en una familia en la que eran diez y seis hermanos, su padre se dedicaba a la construcción y él desde muy pequeño trabajó en la misma, después lo hizo como dibujante, estudio en la universidad Ingeniero (algo así como el Arquitecto Técnico en España), no le gusto y estudio arquitectura. Como, de trabajar de tan joven pudo hacer todo esto, sigo sin entenderlo, y aquí viene su primer problema: Es Arquitecto pero sin firma, o sea que no es Arquitecto, el hace los proyectos, sabe bastante de leyes en lo que a la construcción se refiere, pero tuvo que decirle a la empresa que metiera a una amiga suya, joven ella, que los firmara, y aquí llegaron sus desgracias. Según el la joven le aserró el suelo y lo echaron. A mi me han llegado otras versiones, pero dejémoslo.
Que ha trabajado en bastantes proyectos, parece ser verdad, porque se conoce el país de punta a rabo, en especial discotecas, karaokes y cualquier lugar donde hubiera fiestas.
Ha estado casado dos veces y de una de las uniones tuvo dos hijas de las cuales hizo de padre y de madre. Vuelvo a repetir, todo esto según él. Después de los dos matrimonios, tuvo cinco uniones libres, entre ellas con una negra de Puerto Limón, que es la mujer mejor con la que ha permanecido.
Tomó todo tipo de drogas, acabando en el cracks. Ha estado en alcohólicos anónimos, y estoy convencido que si no fuera porque no tiene un puto colon, seguiría bebiendo; de hecho cuando coge algún dinero, se va al Tropical para que no lo veamos, y allí se quita sus penas. Me admira como puede dominarlas, incluso el tabaco, puesto que hay días que ni ofreciéndole del mio, lo hace y fumador es y de los que no para.
Sigo sin comprender como Cristina le ha dejado una de sus cabinas, en la cual vive.
Sé que va a Cóbano, a aprender un programa de topografía, con la esperanza de allí relacionarse con alguien que le de trabajo, pero el topógrafo solo le da dos mil colones, justo para el autobús.
Aquí, lo normal es que todo el mundo tenga las espaldas cubiertas, en casos de falta de trabajo o similar, por familiares o amigos, pero este se encuentra más solo que la una. ¿Estrés? No lo conoce.
Esta entrada la dejo abierta, para meter otras aventuras suyas y sobre todo el final en este pueblo, porque Cristina no lo va a tener toda la vida aparte de cobijado, a mesa y mantel.
No hubiera sido con este con el personaje que me hubiera gustado empezar, pero el solo hecho de que lo haya hecho para mi es muy buena señal. Y continúo con las señales.


Algún tiempo después de lo hasta aquí escrito, hice este vídeo, en el que aparece.


Con posterioridad, me dio este currículo, no voy a explicar el porqué. Ya me había dicho claramente, que nada de esto era, que había llegado a dibujante de escuadra y cartabón, pero que él fue de los pocos, que consiguió aprender el AutoCAD, y que en este país, si eras peón de albañil y no decías que eras constructor, ibas jodido.

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