La balanza se inclinó. El dolor del alma y del cuerpo


Parece que el dilema se inclinó por irme a España. Lo he meditado mucho y he procurado informarme. No quiero dejar puertas cerradas y una vez curadas las averías del cuerpo y especialmente los dolores del alma, nadie me puede asegurar que otra vez me dé la locura por volver.
En Migración, me han dicho que puedo estar fuera del país once meses y que no me ocurriría nada siempre que tenga la residencia permanente, por lo que estoy arreglando todo para obtenerla y creo que será tiempo suficiente para que me arreglen lo que me dejaron mal en las operaciones de vejiga que hace que me escueza al orinar y que tenga que levantarme varias veces por la noche para hacerlo, levantándome como si hubiera descargado un camión de cemento.
A mi médico de cabecera le hablaré, primero que procure mandarme a urología y del ictus y le llevare todas las pruebas que me hicieron (TAC, ecografía del corazón y revisión de las arterias que llevan la sangre al cerebro), aunque de esto espero poco: Mas bien me diré que el tabaco ni olerlo y que si me repite a joderse.
Proyectos. Pero de todos ellos lo primero que tengo pensado es a mi psiquiatra y que intente dejarme no para bailar sevillanas que puñeteras ganas que tengo de hacerlo, pero sí que me haga ver el mundo al menos como un tico (Escribo para mí porque nadie comprenderá como ven el mundo los ticos).
Tal y como tengo la olla veo más que inconvenientes para irme, tan es así que habíamos proyectado el viaje para pasado medio mes de marzo, pero me levanto todos los días con una ansiedad que no es normal, esperando que pasen los días así que creo que adelantaré el viaje y bastante, puesto que estar en estas condiciones es un verdadero martirio.
Hablé en una entrada anterior de noticias calamitosas que me llegaban de España y la cosa no ha cambiado, pero lo malo del asunto es que voy a tener que ver a una persona de las dos que me había prometido en esta vida no tener ninguna relación con ella y aunque me dicen que ha cambiado soy de los que piensan que genio y figura hasta la sepultura.
También estoy pensando en la piscina. Estará hecha una mierda así que habrá que limpiarla y digo esto porque ojala sea capaz de hacer lo que hice con mi gran depresión que fue, en pleno invierno al levantarme pegarme un baño. Independientemente de lo que me ayudo el psiquiatra y de los antidepresivos, estoy convencido de que uno se tiene que marcar una meta y esta fue la que me hizo despertarme del submundo en que me encontraba.
Hasta esto he mirado: . Máximas de unos quince grados y mínimas de dos o tres grados, o sea que la media de la piscina será de unos seis grados. La diferencia de los treinta grados de todo el año aquí no es moco de pavo.
Repito que por eso quiero adelantar el viaje, porque como siempre muchos proyectos y después no sale ninguno y sin embargo hacen que el cerebro de vueltas como si de un molinillo se tratara.

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