Medicina en diferentes países. Costa Rica y España
La verdad es cuando me vine de Costa Rica a España pensando en curar el cuerpo y la mente de diferentes dolencias, tenía mis dudas de que el sistema de salud no fuera el mismo y el viaje no sirviera para nada. Las noticias que tenía allí es que la privatizaban, cierre de centros de salud y huelgas de sanitarios en general (marea blanca). Soy de los que creo que no había que realizar estos cambios (virgencita de Lourdes que me dejen como estoy) porque a pesar de todas nuestras críticas, de las listas de espera y demás, creo que teníamos una de las mejores del mundo (La verdad es que no he buscado datos), pero recuerdo que la situaban en el tercer o cuarto lugar.
Empezaré por la medicina particular. Después de asentarme pedí cita a mi conocido psiquiatra y me la dio casi para una semana después, cosa que me esperaba porque tal y como está la situación en España, las enfermedades mentales (aunque la depresión es física) han debido aumentar exponencialmente (por algún lado he leído que el número de suicidios se ha duplicado en el último año, cosa que no dan en los noticieros). Si digo la verdad no salí demasiado contento. Esperaba que me curara en un plis plas y cuando me dice que siga tomándome el mismo antidepresivo que me había recetado el psiquiatra de Costa Rica, le digo que llevo tomándomelo un par de meses y que no noto ninguna mejoría, a lo que me dice que es de nueva generación y que confía mucho en ella. Eran cerca de las nueve de la noche y le vi cara de cansado y desmotivado. De todas formas me dijo, que lo llamara, y le contara como iba la cosa. Si no me va bien estoy a tiempo de buscar otro que así a bote pronto he buscado y hay así por encima unos quince a quien acudir. Nada que ver con lo que me pasó en aquel país.
Esto fue un viernes, y el domingo me metí en internet, para pedir cita a mi médico de cabecera. La había para el lunes, pero no sé si por pereza, o porque me diera tiempo a pensar lo que tenía que hacer para que mandara al especialista de urología, la pedí para el miércoles.
Me llevan, veo mucha circulación, atascos y me encuentro asustado. Llego a la hora justa y no tarda ni cinco minutos en atenderme. Mira en su computadora y ya sabía hasta que era mi hija la que iba a que me introdujeran en la tarjeta las medicinas. Cuando le cuento mis problemas con la vejiga, ya lo primero que me dice es que me tiene que mandar el urólogo, pero que para que la cosa sea más rápida, me manda al día siguiente análisis para que estén en manos del especialista cuando me visite. También me da visita para que vaya a verlo la semana que viene, porque tenemos que hablar del ictus y poner las cosas en orden.
Esta mañana he ido a los análisis de orina y sangre. Lo peor, cuando salíamos la temperatura era de dos grados; como lo digo dos grados a veinte y siete de marzo, es decir casi en Abril y más peor es que anuncian que el frio continuará. Menos mal que me llevaban en un BMW que tiene calefacción en los asientos, pero los trayectos a pie no hay quien te los quite y yo no estoy preparado para estas temperaturas. Algo tengo que inventar para no soportarlas aparte de estar todo el día delante de una estufa.
A lo que íbamos. Llegamos antes de la hora de que empezaran los análisis y ya había cola, por lo que esperaba echar allí toda la mañana, pero empiezan y no tardo más de un cuarto de hora en acabar. Sobraba mañana y ya que estamos fuera decidimos ir a graduarnos la vista. Por circunstancias que nos eran favorables vamos a un pueblo cercano a Granada. Un reconocimiento de los ojos como nunca me lo habían hecho y vuelta a casa. La temperatura a estas horas ya era de diez grados. Sigue siendo mucho frio para mí, pero la verdad es que por ahora no me puedo quejar.
Para nada estoy diciendo que la medicina en Costa Rica sea como la de Guatemala, en que mi amigo Javier tuvo que recurrir a un chamán, pero le queda bastante por mejorar como en el caso del accidente frente a mi casa. Menciono el Acetaminofen por ser la broma de los ticos contra ella.
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Ya en España. Primeras impresiones
Vengo de dar un paseo por el exterior de la casa, por todo el terreno de la parcela. El tiempo que está haciendo, al menos durante el día es el ideal. Pura primavera. Desde que llegué esta así a pesar de que para hoy anunciaban poco menos que una masa de aire polar. Solo he encendido la chimenea un día y hasta cierto punto por la novedad, porque tampoco dentro hace un frio para no aguantar, aunque la verdad es que la estufa debajo de la mesa de camilla se agradece. Durante el día aquí siempre ha sido así, hace menos frio en el exterior que dentro de la casa y lo que es dormir parece que lo estoy haciendo con dos mantas y un edredón.
He visto novedades: La palmera que había en el jardín se ha secado por completo (Creo que hay una plaga de escarabajos que las arruina), se nota la primavera por cómo está el árbol florido (no recuerdo el nombre) que encabeza este escrito.
El limón, que a alguien le hubiera gustado ver, ha echado sus primeros frutos.
También sus primeras piñas el abeto o similar que hay frente a la casa, el granadillo sigue existiendo (este sí que le hubiera gustado verlo a la persona antes citada).
Los setos de cipreses estaban para no verlos pero ya alguien los está poniendo en condiciones. Piscina hasta las narices de algas, por otra parte normal en esta época.
Resumiendo, lo que es el campo y los arboles de la parcela están mejor de lo que yo esperaba.
He visto mejoras en obras como la entrada de la rampa del sótano y lo más extraño, el Passat, ha arrancado a la primera.
Las comidas me parecen un placer de dioses. En España hay cosas que no sabemos apreciar.
El silencio duele. No ha pasado por aquí cerca ni un vehículo, o al menos no lo he escuchado y los perros no paran de dormir durante la mañana. En el buzón había una notificación del cartero diciendo que no se acerca más por aquí y que lo ha denunciado a la policía, porque el Kiko estuvo a punto de morderlo. Ni cercas eléctricas ni de alambre, este cabrón perro, sigue con su manía de escaparse y sigo sin ver la forma de que no lo haga.
La televisión indignante, he visto algunos noticieros y nada más que estupideces en vez de hablar del Estado de la Nación.
Muy bonito todo lo que he dicho de la parcela, pero me ratifico en que va a ser una cárcel voluntaria. Por aquí cerca no hay ser humano alguno y para poder hablar con alguien, habrá que coger un vehículo, cosa que, al menos por ahora, ni sueño, y o bien por estos pueblos de alrededor o en Granada, buscar a la persona que quiera hacerlo, que esa es otra. El invierno es largo, y cuando llegue ni se podrá salir a darse un paseo por los alrededores de la casa, o sea que me veo chupando computadora más tiempo del que deseo. Sin querer pienso en hacer excursiones por ríos, bosques o playas salvajes como en mi Tambor y no veo algo con que poder sustituirlos.
Ya tengo consulta para mi psiquiatra y es el viernes a las ocho de la tarde/noche. No es normal que tarde tanto en dármela y tenga visitas a esas horas, por lo que la mía, seguro, es especial para mí. Al parecer hay más cabezas averiadas de las que yo esperaba. Después pediré cita para el de cabecera para ver si me arreglan la vejiga averiada que me dejaron, cosa que dudo.
Resumiendo, no termino de ver como pasar lo que me quede de vida, haciendo lo que me plazca. Las circunstancias mandan.
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De Costa Rica a España. Marzo del 2014
Llegó el a su vez tan temido como deseado día, día que últimamente me tenía la ansiedad por las nubes, pero al que por otra parte me sumía en una gran inquietud porque podía significar un cambio irreversible en mi vida, con la incertidumbre de no saber si para bien o para mal.
La maleta y la mochila más de una semana preparadas, pero siempre con el temor de olvidarme algo a última hora. El avión salía de Tambor a las dos así que había tiempo de repasar todo.
Le temo a la despedida, sobre todo de ella (la innombrable) pero resulta que sobre la hora de irnos también llega Verónica, Tabo y Moisés. Gran nudo en la garganta, ojos húmedos y a subirnos al carro. Solo cabíamos Jose y yo porque los asientos de atrás iban abatidos para que cupieran las maletas. Lo dejaríamos en el aeropuerto y después irían a recogerlo.
Como es lógico esperando el avión solo había gringos y los que de alguna forma viven de ellos. No es un medio de transporte que se lo pueda costear cualquier tico.
Veo la iguana que siempre anda por allí. Al parecer se resiste a que la echen de su hábitat.
Siempre olvido que estoy en Costa Rica y que el tiempo allí es indefinido. Pasan las dos y cuarto, las dos y media y por fin escucho que llega un avión. No, no era el nuestro era uno de Air Nature o algo parecido y ya temo que el nuestro no llegue y perdamos el que nos llevara a Europa, pero aproximadamente a las tres llega el de Sansa.
La verdad es que he volado mucho, pero en un cacharro de estos nunca y tengo cierto respeto a hacerlo, y menos mal que hace buen tiempo y los baches en el aire no son muy fuertes.
Veo desde el aire en especial Bahía Ballena (siento un no sé qué).
Adiós a Pochote.
Isla Tortuga, isla Jesusita y la de Cedros. También siento una extraña sensación.
Aterrizaje en el Juan Santamaría. Hay que salir del aeropuerto y volver a entrar para ir a viajes internacionales. Respiro porque veo que tenemos tiempo para coger el Airbus que nos llevará a España. Me sigue jodiendo que al pasar por aduana te hagan quitarte hasta unas zapatillas de playa en las que no se puedan esconder no ya un explosivo sino un puto cigarrillo. Desde el 11 S la única misión de las aduanas es humillarte y acojonarte.
Busco un bar que había en los sótanos en que se hacían los locos y dejaban fumar, en especial porque todos los pilotos pasaban por allí para hacerlo, aunque me imagino que también lo harían en las cabinas de sus aviones. La verdad es que hace tiempo que lo que es fumar no fumo, pero vapeo porque aun me hace falta mi dosis de nicotina.
Subimos al Airbus. Este en concreto es un A340-600 por nombre llamado Vicente Aleixandre. Habíamos escogido un asiento junto a la ventanilla más bien de la cola y desde allí impresiona ver a cerca de cuatrocientas personas y que este ingenio sea capaz de volar con ellas. Pienso que es un desafío a la gravedad.
Otra vez me olvido que aún sigo en Costa Rica hasta que habla el comandante del avión y no sin cierto recochineo nos dice que lo que es por su parte tenía todo en condiciones para despegar a su hora pero que las autoridades del aeropuerto, no sabía bien por qué no les daba la orden de salida.
Por fin despegamos, no sin bastante retraso, al poco nos estaban dando la cena, y despues van apagando todas las luces para que durmamos. Hay que tener en cuenta que viajamos en dirección contraria a la del sol por lo que casi todo el viaje es de noche.
A pesar de haberme tomado una pastilla para dormir me es imposible hacerlo y me sorprendo que todo el mundo lo haga. Me dolían desde las cervicales, el culo y cualquier otra parte del cuerpo. Eso sí, aunque no lo necesitara y solo fuera por joder estuve fumando del cigarrillo electrónico, todo lo que me dio la gana.
Ya se veía claridad aun llevando las ventanillas cerradas, abro la mía y veo que estamos llegando a la costa de Portugal.
Otro si digo, sigo sin creerme que los celulares conectados interfieran en la navegación del avión, y si sirve de prueba, y lo hice conscientemente (o inconscientemente) el mío no solo no lo desconecte sino que fui haciendo fotografías con él (ya había leído algo sobre el tema y sus intereses creados).
Por fin llegada a Barajas y como es lógico con retraso, cosa que no entiendo puesto que el piloto en un trayecto tan largo podía haber recuperado pero me imagino que siguen teniendo una prima por ahorro de combustible y eso de los retrasos se lo pasan por el forro de los testículos.
Aterrizamos en una terminal que está justo al otro extremo de la que estaba el avión que teníamos que coger para Granada. Escaleras mecánicas, pasillos mecánicos, aduanas y vemos que no llegamos a tempo de enlazar. Mi hijo corría como en una maratón, pero yo no era capaz de seguirlo, además pensaba que con las pulsaciones que llevaba el corazón me iba a repetir el ictus. Me conformaba con no perderlo de vista porque a esa velocidad no veía ni las señales que me indicaban el camino a seguir. Llegamos tan en el último minuto que las azafatas tanto de tierra como del avión, no nos miraron ni el billete, sino que nos dijeron que ya lo sabían, lo del retraso del otro avión y que corriéramos.
El piloto del avión de Granada estaba en las escalerillas de subida y al verme la cara y la lengua fuera me dijo que no me preocupara que el funcionamiento de este aeropuerto era un desastre y tan es así que otra vez esperamos no sé cuánto y también salimos fuera de hora, esta vez porque no le daban pista de despegue.
Me quejaba de la forma de ver el tiempo de los ticos pero después de esta experiencia veo que es el mundo el que funciona mal, y así nos va, solo que ellos se lo toman con otra filosofía y es la que debíamos aprender los demás habitantes del planeta Tierra.
Habíamos quedado en llamar desde Madrid a mis hijas para que tuvieran la seguridad al ir a buscarnos, pero después de lo narrado ni que decir que no pudimos hacerlo. Me parecía lo de menos, puesto que podríamos tomar un taxi, pero no solo estaban ellas sino que traían dos vehículos.
Conozco a Pula en persona.
Final del trayecto.
Por fin llegamos a casa, como ET.
Esta fue la mejor parte del viaje puesto que temía algunos, digamos roces, que no solo no se dieron, o ya veo el mundo tan diferente a como lo ven el resto de los humanos que procuré evitarlos.
Continuaré cuando salga de la nube en la que me encuentro.
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La despedida
Sin querer tengo que dedicar esta entrada a Javier. Desde que llegué la primera vez a Costa Rica, no siendo un caso excepcional como que fuera ir a Atenas a ver a su familia o a resolver alguno de sus líos, jamás lo he visto faltar al hotel donde tiene su venta de abalorios y demás, incluyo domingos y festivos; pues bien hoy no ha ido y ha estado todo el día junto a mi digamos que haciendo su despedida particular. Como es lógico he tenido que aguantar sus filosofadas.
Ha estado en Guatemala a traerse a la mujer y al hijo, los cuales los ha dejado en Atenas, y aprovechando el viaje, un chaman lo ha quitado de tomar alcohol con lo cual ni una cerveza huele, eso sí al parecer no le ha hecho efecto para la mota, o será que hay que hacer una sección especial para ella.
Por la tarde nos fuimos a mi mesa de la playa y vi el último atardecer junto a él.
Ya de noche vinieron otros a despedirse, pero venían demasiado empurados, cosa que aprovecho él.
Fue con la primera persona que hable al llegar a Tambor y digamos que ha sido la última con la que lo he hecho.
Aunque sé que vienen malos tiempos para tu negocio, te deseo lo mejor en esta vida.
Sería algo fuera de lo común que Javier lea algún día esto, pero aquí queda.
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Otro gato más. ¿Qué será de él?
He hablado en este blog de muchos animales y la verdad es que hace un par de semanas tenemos otro gato y ni siquiera lo he mencionado.
Unas personas, estuvieron en La Abuela, dentro del llamémosle bar estaba el animal. Debía estar acostumbrado al puteo porque creo que había mujeres que hasta bailaban con él. Las citadas personas no se pensaron mucho y a la vuelta se lo trajeron.
Al parecer es muy raro por aquí ver gatos rayado tipo tigre, y también es coincidencia que este sea del mismo tipo.
Es más joven que el anterior y al igual que las personas tiene diferente personalidad. Su terreno lo ha marcado alrededor de la cocina y es raro que asome por la vivienda, mucho menos subirse en las camas como le encantaba al otro, eso sí por la mañana cuando vas a desayunar no para de restregarse contra ti, y para nada es hambre sino al parecer a esa hora en especial quieren que lo acaricien/soben.
La verdad y quizás pensando en verlo cuando no esté aquí lo he colocado en esta entrada. No se si lo volveré a ver más y espero que no acabe como el otro.
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Faltando menos de una semana
El tiempo se me sigue haciendo larguísimo, pero como me dijo alguien le estoy prestando atención a cosas que ahora tengo aquí y que solo llegar voy a echarlas de menos. Por la tarde no podré salir a mi mesa de la playa a tomar la brisa marina a tope de yodo. En verano allí me salía y me sentaba junto a la piscina pero la verdad es que me he entretenido en buscar el pronóstico del tiempo para el mes de Marzo en Granada, y aunque no sean fiables ni a dos días vista algo de idea te da de lo que voy a encontrar y con seguridad que no será sentarme a tomar el fresco junto a la piscina. Para nada serán los 28º de media que ahora tengo aquí, sea por la mañana o al atardecer (al medio día sube algo).
Ayer tuve una agradable tertulia con Lorenzo, que estaba buscando a su perro y que al final acabamos hablando de política (han sido las elecciones a diputados y ahora viene la segunda vuelta para elegir presidente). Se no unió Carlos el de Monterra y por ultimo Javi.
Javi merecería capítulo aparte, pero no tengo ánimos como para volver a contar su historia. De estar pasándolas putas sin un colon, porque las ventas en el hotel han disminuido al ritmo de la crisis, por motivos raros ha cogido bastante dinero, y ha estado en Guatemala y se ha traído a su mujer y a su hijo que hacía más de seis años que no os veía.
En realidad ya me falta menos de una semana para subirme en el primer avión, un Cessna Grand Caravan. Es la primera vez que me subo en un avión de hélice y además de una sola. Ya tenemos los tiquetes comprados y las reservas de Iberia.
Hablando de otra cosa, llevo más de un mes sin fumar, por lo menos cigarros de tabaco, ahora lo hago con electrónicos y me doy cuenta que así va el mundo. Cada organismo hace lo que le sale de los cojones. En España los dejan fumar en los hospitales menos en la COMUNIDAD andaluza y creo que en la asturiana. ¿Se habrán basado en algún estudio o el que los ha prohibido no había jodido la noche anterior? Lo de los aviones es de más cachondeo, mientras unas compañías los prohíben, me tenía que tocar a mí en Iberia, otras los vende en el interior del avión.
Me paso más de tres cuartos del día descalzo. Todavía no soy capaz de hacerlo sobre el lastre y algunos terrenos con pinchos y otras lindezas que me hacen daño; hay algunas personas aquí que andan sobre cualquier tipo de terreno a pie desnudo. Lo que si se es que es un verdadero placer. Otra cosa que no podré hacer allí aunque sea por el frio.
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Pelícanos en el mes de marzo en Bahía Ballena
Cuando acude la sardina a la orilla, me imagino que a desovar, no faltan los pelícanos. Ayer abundaban las gaviotillas pero hoy le superaban en número lo pelícanos.
Otra cosa que tardare en ver; o quizás no.
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Lo que no se ve ni se escucha. Recapacitando que me voy
Parece que me voy haciendo a la idea de que voy para España y sobre todo a partir de esta tarde, puesto que hace unos quince días que andamos mirando por internet cual sería el vuelo más barato. Hace como una semana, reservamos la compra de los billetes, dándonos 72 horas para que la hiciéramos efectiva, cosa que hicimos antes de las 24 horas. Recibimos un segundo correo en el que dice textualmente: Recibirás un segundo correo la emisión y compra de tus billetes.
Pasan los días y no llega el dichoso correo, quedándome la duda de si nos hemos quedado sin ellos, que operaciones hay que hacer para asegurarte de que te los manden, si se retrasará el viaje y un sinfín de preguntas que me tenían sacado de quicio.
Hoy no me lo pienso, cojo el teléfono e intento ponerme en contacto con reservas de Iberia. Como es lógico sale el dichoso robot que te va diciendo: si es para esto, marque el uno, si es para lo otro el dos y así hasta que te desesperas y no consigo hablar con ningún humano. Lo intento por segunda vez y cuando me dice que diga una palabra la repita, la digo mal dicha, me dice que no me entiende, que la repita, otra vez la digo mal dicha y esta vez es al revés es el robot el que se aburre y me pasa con un humano. Ni que decir tiene que me sale voz de enfado y después de contarle mi vida termino diciéndole que de una puta vez me diga la confirmación del vuelo. Se para como a consultar y me dice que salió ayer y que mañana me llegaría. Creeré en él.
Pero para nada es esto lo que pensaba escribir cuando venía de la playa, pensaba en que bien por el estado mental que me encuentro o porque si se arrutina uno y cosas que antes parecían muy importantes ni te das cuenta de ellas. Seguramente porque piense que se dé el caso de que nunca más las escuche o las vea, he pensado en algunas de ellas.
Mis vecinos los congos. Al principio al escucharlos te fijas en sus movimientos en las crías y en otros detalles como el que comen y así. Después te acostumbras a ellos y u ruido más que pasado el tiempo hasta dices: A ver cuando se callan los coñazos de los congos. Al final ni los escuchas.
Los pelicanos y las gaviotillas, en especial ahora que la sardina llega hasta la orilla, ahora no paran de sobrevolar la playa. Los ves como una parte más del paisaje.
Por estas fechas también aparecen los veleros. Ayer había cinco. ¿Quiénes serán? ¿A dónde irán? Me pregunté.
Marianita dándole su paseo a la yegua.
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