Efectos de la droga en los niños de la calle. Diego ha vuelto


Estaba comiendo cuando veo que enfrente, en la carretera, para Chanwich con su moto. Trae a alguien atrás, y desde que se acercan creo reconocer a . ¿Creo reconocer?.. Es Diego.
Se le notaba la cara de alegría de volver a verme. Pensé: No es para tanto, pero puede que tuviera sus motivos.
-¡Coño! Diego, me dijeron que te habían matado de un balazo.
-Si ya he observado que los que me conocían me miraban de una forma rara.
-¿Y que ha sido de tu vida?
-Cuatro años en la cárcel (he hecho las cuentas y creo que será menos). Tengo mucho que contar.
Sé que Diego quiere contarme sus últimas vivencias. Mejor a mí, que sabe lo entenderé que a otros compas.
No paraba de repetir que se alegraba haber pasado por esto, para tener claro que es lo que no tiene que hacer en el futuro. Es curioso que yo pensara algo similar cuando salí de la depresión.
Hace unos quince días que acaba de salir y se nota a distancia que se encuentra muy raro en libertad.
Quería seguir contándome, pero le digo que me voy a echar la siesta, que no me la eché, y que después en la playa hablaremos. Se percibe su ansiedad.
Bastante antes de que me duche para irme a la playa, vuelve a aparecer con Miguel. Está alojado en casa de su padre (Miguel y su progenitor, otra historia).
No tengo más remedio que ducharme e irme con él.
-¿Qué tomas? Le pregunto al pasar por el super.
- Una cerveza. Eso sí, tenía que ser de litro.
- Diego, me has dicho que de drogas nada.
- Es lo único que tomo cervezas
Nos sentamos en nuestra mesa y no podía faltar Marcos, por lo que no se encontraba a gusto para abrirse. Poco a poco se establecen dos conversaciones, la de Rigo con Marcos y la de Diego conmigo.
Drogas, muchas drogas, consumiéndolas y vendiéndolas, aparentar entre sus compas, peleas con su padre que es vigilante jurado, mucha protección por parte de su madre.
Quería que fuera en primer lugar a los motivos por los que había entrado en la cárcel.
Un crio, al menos menor de edad, hijo de un alto funcionario se presento un día con dos pistolas en la cintura y lo convenció para que hicieran un atraco. Con drogas hasta las cejas atracaron un McDonald.
Caí en que el artilugio que llevo como cámara, tiene otras funciones y decido gravarlo.


-Ahora cuéntame de la cárcel


Antes le dije a Rigo que nos tomara una foto similar a las que nos hicimos antaño. Quería ver como ha pasado ese tiempo en nuestros rostros.
Los dos hemos pasado por experiencias muy desagradables.

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